En un mundo tan competitivo y abierto a la innovación constante como es la cocina, hay establecimientos que consiguen diferenciarse del resto de su competencia sin renunciar a que sus platos estén también impregnados de la tradición y de las recetas más caseras. Porque a la hora de buscar una identidad propia, es importante estar convencido de lo que se hace y José Cabello tenía muy claro el camino que quería seguir cuando emprendió su aventura profesional en solitario, la Cervecería Casa Pepe. En su caso, la experiencia era un elemento importante, pues durante 25 años trabajó en la hostelería antes de hacerse cargo de un local que tras un tiempo cerrado ha vuelto con fuerza, gracias al trabajo de José Cabello y a la personalidad que Rocío Ramírez, la cocinera de la Cervecería Casa Pepe, le otorga al negocio con sus platos.

"Después de muchos años trabajando en este decidí darle una oportunidad a un negocio propio con la experiencia ya acumulada y gracias a la gente que yo he ido conociendo en todo este tiempo, conseguí que empezara a funcionar pronto", apunta Cabello sobre sus comienzos como propietario de su bar, del que puede decir orgulloso que "gusta porque la buena cocina y el servicio que damos han hecho mucho".

Ubicado en pleno barrio de Noreña, en una zona de mucha actividad para la hostelería, especialmente en los fines de semana, la Cervecería Casa Pepe se ha abierto hueco con el sello de su cocina, en la que se encuentran platos para nada extraños, pero sí fuera de lo que la inmensa mayoría de su competencia puede ofertar. "Nuestro platos estrella son la musaca, el pastel de berenjena y la pechugona (similar al cachopo asturiano pero con pechuga de pollo, jamón, queso y espárrago verde)", asegura José Cabello, que también destaca "nuestras patatas a la brava, que son diferentes a las normales, porque usamos patatas de guarnición a las que abrimos un hueco y rellenamos con la salsa". Otras de las raciones más demandadas por sus clientes son el lagarto ibérico -uno de los cortes de carne más sabrosos del cerdo- o el revuelto de bacalao.

Además, de la cocina de la Cervecería Casa Pepe se puede disfrutar también en formato menú, por el económico precio de ocho euros y con platos tradicionales como el cocido, las patatas con choco o el marmitaco presentes.

Otra de las iniciativas de este hostelero cordobés que ha sido muy bien acogida por sus clientes es la organización de jornadas temáticas algunos fines de semanas. "Las jornadas son platos fuera de carta que ofrecemos durante unos días, como por ejemplo las croquetas, jornadas que hicimos recientemente y en las que se podían probar hasta nueve tipos distintos de croquetas", cuenta José Cabello, que otorga mucho mérito a su cocinera, Rocío Ramírez, con la que trabaja "una cocina diferente a la competencia, pero sobre todo casera".

Además, en la Cervecería Casa Pepe se pueden disfrutar de buenos desayunos y de los churros, al estilo tradicionales, que José Cabello elabora por las mañanas. El local funciona desde las ocho y media y tiene como día de descanso los miércoles. Además de su salón interior, Casa Pepe cuenta con una terraza climatizada y muy bien equipada, con mesas provistas de brasero y enaguas, todo un lujo para el cliente en los días de invierno. Detalles que, junto a la buena mano de Rocío en la cocina, hacen de este bar un lugar para disfrutar de la buena comida.