La sanidad preocupa a la población, y mucho. Contar con recursos suficientes para ser atendidos, recibir una asistencia de calidad, contar con técnicas avanzadas y poder ver solucionadas las dolencias, son necesidades vitales. Y la pérdida de calidad del sistema y los recortes hacen que la salud sea un problema diario entre la población. Según los últimos datos del CIS, en sus indicadores sobre la percepción de los principales problemas de España, en febrero de 2017 la sanidad se ha situado en la quinta posición, con un 13,9%, detrás del paro, corrupción y fraude, economía y política. La percepción de la sanidad como un problema principal en el país no deja de crecer desde junio de 2016.

En Andalucía, las reacciones a estos resultados nacionales han sido achacadas a los recortes en la sanidad pública. Por ejemplo, el Sindicato de Enfermería (Satse) los vinculó con la mala valoración que recibió en la última edición del Barómetro Sanitario, correspondiente a 2016, publicado a primeros de marzo por el Ministerio de Sanidad. En el mismo, la sanidad andaluza obtuvo una puntuación de 6,39 sobre 10, por debajo de la media nacional, siendo la séptima más baja de España y descendiendo.

En este sentido, el Sindicato de Enfermería consideró que los datos dejan en evidencia el progresivo deterioro de la sanidad pública andaluza coincidiendo con la mayor incidencia de los recortes impuestos tanto desde el Gobierno central como por los propios de la Junta de Andalucía, dejando claro que la valoración sólo se salva por la profesionalidad de sus trabajadores, que en el caso de Enfermería reciben un 7,28 de puntuación. De hecho, Satse señaló que la nota otorgada por los andaluces a la sanidad ha descendido desde el 6,68 de 2012 a la nota de 6,39 que recibe en el Barómetro de 2016, cifra que además se encuentra por debajo de la media nacional, que se sitúa en 6,55 puntos y siendo Andalucía la séptima más baja de España, sólo por encima de Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Ceuta y de Melilla.

Se han incrementado el número de usuarios que opinan que aunque algunas cosas funcionan bien, el sistema sanitario necesita cambios fundamentales, pasando del 21,20% en 2012 al 32,20% en 2016, y descienden quienes consideran que funciona bien aunque necesita algunos cambios, 52,9% en 2012 frente a 45,10% en 2016, siendo estas las opiniones mayoritarias de los encuestados.

Todos los servicios sanitarios públicos obtienen en Andalucía una nota inferior a la de la media de la sanidad pública española, destacando Atención Primaria, valorada con 7,11 puntos, la nota más baja de España, salvo la de Ceuta.