Córdoba

La calma se anima en El Arenal

  • Las recepciones oficiales copan la jornada del primer día laborable de Feria mientras varias entidades sociales como Promi o la AECC organizan las tradicionales comidas para sus socios

Pega el sol con ganas en El Arenal. Es lunes de Feria, de resaca para algunos, pero la actividad en el recinto continúa, a sabiendas de que la primera jornada de la semana se presenta, cuanto menos, un poco menos ajetreada que el fin de semana. Un día, el de ayer, en el que el calor de mayo caía a hierro y sin piedad sobre el albero. Dada la escasez de sombra a lo largo de todo el recinto de El Arenal, muchos la buscaban en cualquiera de las 98 casetas que la pueblan hasta el próximo sábado. Mientras que varios jóvenes camareros intentan atraer a más comensales a las casetas, con ofertas de la tapa gratis con la consumición, y otros reparten a diestro y siniestro abanicos de cartón en un intento de echar a un lado el calor, en gran parte de los recintos se dan cita grupos de amigos, compañeros de trabajo o de asociación. Una primera jornada en la que las instituciones públicas ofrecen las siempre esperadas por muchos recepciones oficiales que se convierten en un gran escaparate en el que dejarse ver -y mucho- y estrechar lazos entre unos y otros y, por qué no, también pasar un rato divertido y marcarse alguna que otra sevillana o una rumba -lo que sea mientras tenga ritmo- al compás de quien quiera.

Una jornada, la del lunes, que muchos colectivos que trabajan con personas con algún tipo de discapacidad aprovechan ya que suele haber menos bulla para contratar comidas en casetas como la que gestiona la Hermandad de la Expiración. Allí, por ejemplo, se dieron cita más de medio centenar de integrantes de Promi, que dieron buena cuenta de las viandas de "la comida casera que preparamos", explica el vicehermano mayor de la cofradía de San Pablo, Miguel Ángel Cerezo, quien reconoce que el del lunes es un día "muy tranquilo", sobre todo "después de un fin de semana que ha sido un disparate de consumo"; por aquello del gasto que se registró entre los miles de asistentes a la Feria. En su caso, la jornada de ayer se preveía tranquila porque "somos una caseta muy popular", anota. Cerezo señala también que este año vuelven a contar, al igual que en la edición de 2016, con un patio en la caseta. "Es una zona más tranquila para la gente que viene", subraya, al tiempo que recuerda que son más de 80 los miembros de la cofradía que se encargan de que todo salga bien en la caseta hasta el próximo sábado.

Cofradías, colectivos y asociaciones reconocen la bajada de la actividad

La caseta Entrevarales, por su parte, es cita obligada cada lunes de Feria para los alumnos del colegio de Educación Especial Virgen de la Esperanza, según cuenta una de sus responsables, Marisol Rubiano. "Damos la comida todos los años", destaca, y reconoce también que el día que abre la semana laboral en El Arenal "la afluencia suele ser menor y uno de los peores días". Es más, asegura que la noche del lunes "es floja".

Mientras, en la caseta El Capirote -de la Hermandad del Santo Sepulcro-, el mediodía está reservado para miembros de la Fundación Bangassou, la que preside el obispo cordobés Juan José Aguirre, quien la semana pasada vivió uno de los peores ataques de su diócesis Centroafricana. "A la gente que viene el lunes a la Feria no le gusta las aglomeraciones, viene a disfrutar de su espacio y de su lugar", sostiene Sergio García, uno de los responsables de la caseta.

Desde hace diez años, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) reserva el lunes de Feria mesas en la caseta del Esparraguero. Es una tradición a la que ayer no faltaron 89 miembros del colectivo, entre trabajadores y voluntarios; algunas mujeres vestidas de gitana con trajes hechos en los talleres y otras ataviadas con camisetas y mensajes solidarios. Este año su camiseta es blanca y lleva mariposas y letras verdes con un mensaje esperanzador: "Vivir es increíble".

Pero también hay quien se presenta en El Arenal con ganas de marcha, y mucha; da igual el día. "Me gusta venir el lunes porque hay menos gente y se puede bailar y no tener que esperar para poder entrar en ninguna caseta", sostiene Raquel Ibarra, quien acompañada por dos amigas se dispone a echar el resto en el recinto ferial. La joven explica que "hoy -por ayer- no trabajamos y tenemos que aprovechar, de lo contrario no podíamos venir". Con sus elegantes trajes de gitana y coronadas con flores, el trío de amigas cordobesas encuentra sitio en la caseta del Real Círculo de la Amistad. José Manuel Cabanillas es uno de los camareros que trabaja esta semana en el recinto de esta entidad -hay 21 empleados- y coincide con los argumentos ya expuestos: "El lunes es muy tranquilo, casi siempre, y hay menos gasto". Una tendencia que, según avanza, cambiará a partir de hoy mismo, ya que ayer no hubo lleno absoluto.

Mientras unos disfrutaban las viandas de la Feria, en la que no faltaron ni los flamenquines, ni el samorejo, ni el arroz, otros deleitaban a la audiencia de la caseta de la Federación de Peñas. En este caso, las componentes del Coro La Alegría de la Viñuela deslubraron por las calles de El Arenal vestidas con trajes de gitana de rojo intenso. A diferencia de cómo fueron en la romería de Santo Domingo, a la feria acudieron sin el sombrero cordobés porque, según confiesa una de ellas, "hace mucho calor".

Y al tiempo que ellas cantan, en este lunes de Feria la calma se anima en El Arenal para sorpresa de propios y extraños hasta que llega la tarde, de la que disfrutan también muchos en la calle del Infierno, y llega la noche en el ferial, recinto que cambia de nuevo piel para acoger a nuevos visitantes nocturnos y despedir a algunos de los que seguían del mediodía. Porque la vida en El Arenal es así, unos van, otros vuelven y otros, resisten.

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