La Sal de los días

Las bambalinas de Cayo Lara

  • Los sectores que conforman IU pactaron el equipo antes de la elección del coordinador, para evitar sorpresas · También para intentar frenar cualquier intento de desestabilización en las instituciones por parte de quienes más defienden romper con el PSOE (el PCE), los llamazaristas han mantenido a Aguilar

HACE justo una semana, en estas mismas páginas, se reflexionaba sobre las opciones que tenía Rosa Aguilar dentro de IU dependiendo del resultado del Consejo Político Federal que celebró la organización para elegir a su coordinador general, que acabó siendo Cayo Lara, el mismo que había liderado la comisión gestora durante el último mes. A estas alturas ya sabemos que Aguilar se ha quedado en la dirección federal y con la misma tarea -responsable del área de Institucional-, una labor que ya tenía encomendada con Gaspar Llamazares pero que, sobre todo en el último tramo de su mandato como líder de IU, ejerció más bien poco. Con este paso adelante, la alcaldesa no contenta a los que siempre ha estado, están y estarán esperando a que decida irse, la mayoría de ellos compañeros de filas.

Una vez despejado, por tanto, su futuro inmediato, cabría preguntarse cómo se gestó el equipo de dirección que ha devuelto las riendas de la coalición al PCE después de ocho años en minoría y por qué razón Aguilar ha optado por entrar en un grupo tan heterogéneo -al fin y al cabo ésa es la esencia de la formación de izquierdas.

El equipo de personas que acompañan a Cayo Lara en esta andadura, que no se prevé exenta de marejadas externas e internas, fue pactado antes de la elección del coordinador, para evitar así cualquier maniobra por parte de algún sector de los muchos que integran IU. En la dirección, sin ir más lejos, están incluidos el PCE, los llamazaristas, los de la Tercera Vía, la CUT y los que no están alineados con ninguno de ellos.

A Aguilar le ofrecieron seguir al frente de los asuntos institucionales y se decidió que era la mejor opción para evitar "dolores de cabeza", como apuntan diversas fuentes de IU. Incluso desde el Gobierno central se habría visto con buenos ojos esta posibilidad. No hay que olvidar que el PCE es el segmento de la coalición que defiende con mayor contundencia la diferenciación con el PSOE, por lo que muchos miraban con recelo que en unos meses se pudieran plantear situaciones de ruptura en Cataluña o en Asturias, con lo que ello conllevaría de fricciones en los ayuntamientos con pactos de gobierno, entre ellos el de Córdoba. Así, los llamazaristas y muchos socialistas -algunos de ellos así lo han expuesto a este diario- entienden que la figura de Aguilar al frente de todo lo que tiene que ver con las relaciones en las instituciones podrá servir de bálsamo por si otros intentan apretar.

Al margen de estas bambalinas, todos están a la espera de ver cómo de desenvuelve Cayo Lara. Para empezar, ya le han aconsejado que se acostumbre a que se ha convertido en coordinador general y que tiene que medir bien sus palabras y sus mensajes porque es motivo de atención constante de los medios de comunicación. Así, mientras que en su primer discurso como responsable federal de IU quiso hacer un guiño a otros sectores internos y habló de situarse en la línea constitucionalista, algo que ya era una declaración de intenciones, nada de ello se vio destacado y sobresalió la alusión a la posible huelga general por los efectos de la crisis económica.

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