Córdoba

"Las administraciones deben ser valientes y dedicar ahora más dinero a la cultura "

  • Llegó a Córdoba hace ocho años y ahora es responsable de uno de los proyectos teatrales más ambiciosos de la ciudad · A sus 55 años, cree en el talento de los jóvenes artistas y confía en el futuro de la ciudad

PROFESOR de Interpretación en la Escuela de Arte Dramático de Córdoba, Paco Piñero es un hombre que se define como "apasionado" y lo demuestra en su misma forma de expresarse: con verbo abundante, voz poderosa y amplio recurso de gestos y movimientos de manos. A sus 55 años, este actor, director teatral y pedagogo anda este verano metido de lleno en uno de los proyectos teatrales más ambiciosos que se han proyectado en Córdoba: el Teatro del Mercado, una iniciativa privada que pretendía reconvertir en espacio escénico el Mercado del Alcázar y que finalmente se realizará en el Cine Magdalena con el apoyo del Ayuntamiento.

-Cuando ustedes presentaron su proyecto hay que reconocer que sorprendió: un grupo de actores y de gente de la escena que pretendían invertir su propio dinero en una empresa teatral... ¿Cuál es la filosofía de esta propuesta?

-Nuestra intención es que sea un proyecto profundo, planteado a largo plazo, que tiene por finalidad principal crear una estructura teatral en Córdoba, una industria, pues, sinceramente, pensamos que ahora mismo no la hay. Llevamos ya dos años de trabajo, en los que ha habido las lógicas vicisitudes. Para conseguir nuestro objetivo sabemos que lo primero es constituir un equipo de profesionales que puedan hacer producciones que compitan con las del resto de España de igual a igual. Trataremos de buscar esa materia prima cordobesa, pues lo que queremos es involucrar a la gente de talento que hay en Arte Dramático,en el Conservatorio, la Escuela de Danza o la Escuela de Artes y Oficios.

-Y el proyecto de reforma del Cine Magdalena, ¿avanza?

-Pues estamos muy esperanzados, la verdad, y también agradecidos, porque tenemos la sensación de que el Ayuntamiento se ha dado cuenta de que es una propuesta seria y ha decidido trabajar con nosotros. Actualmente, el arquitecto, que es el mismo que realizó el proyecto original del Teatro del Mercado, está acabando el plan de adaptación a nuestras ideas de este edificio y el siguiente paso será pasar ese proyecto a los arquitectos municipales y que ellos lo desarrollen. Todo se está realizando de acuerdo a los plazos y nuestra meta ahora es que las primeras representaciones puedan comenzar en 2010.

-¿No tienen miedo de verse involucrados en esas largas fases burocráticas que caracterizan a las administraciones?

-Bueno, siempre pueden surgir algunos temores, pero en este caso se cuenta con una ventaja: que el edificio es de titularidad municipal y por tanto no hay que estar pendientes de cesiones y cuestiones de ese tipo. Además, el Ayuntamiento ya ha destinado fondos en los presupuestos y nosotros contamos con una fuerte inversión privada y estamos trabajando para poder acceder al mayor número posible de subvenciones de otras administraciones, como haría cualquier empresa. Entendemos que hay unos plazos legales y que los tiempos de la administración no son los mismos que los del sector privado, pero aún así pensamos que la fecha de 2010 se puede cumplir. En todo caso, nosotros vamos a seguir trabajando duro, porque tener un espacio propio es algo absolutamente esencial.

-En la presentación del proyecto dijeron que el teatro estará abierto 365 días al año y 24 horas al día... ¿Es viable?

-Eso no quiere decir que esté abierto todo el día, sino que se trata de un concepto. Queremos subrayar con esta idea que el teatro no va a ser algo que se abra de vez en cuando, sino un espacio vivo y abierto. Y no sólo serán espectáculos, sino también exposiciones, la cafetería y otras muchas posibilidades. En cuanto al teatro en sí, será un espacio polivalente, con diversos tipos de escenarios que nos permitirán traer ciertos espectáculos que ahora no tienen cabida en Córdoba. Nuestro planteamiento es desarrollar dos producciones propias al año y traer también a compañías españolas y europeas. La pretensión, además, es que estas obras no estén únicamente un par de días en cartelera, como ocurre ahora a menudo, sino que se mantengan dos o incluso tres semanas.

-Y más allá de lo empresarial, ¿qué tipo de propuesta teatral aspiran a plantear?

-Pues mire, todo queremos que gire en torno a dos palabras: calidad y belleza, que son muy importantes. Para conseguirlo, haremos un teatro de repertorio, que no quiere decir que vayamos a hacer un teatro antiguo. Abordaremos todo tipo de obras y en especial las grandes de la dramaturgia internacional, aunque siempre con una lectura propia y actual. Uno de nuestros retos, por ejemplo, es montar Los comendadores de Córdoba, de Lope de Vega, que hace muchos años que no se representa y que queremos actualizar. Al mismo tiempo, apostaremos por dar a conocer la obras de los nuevos autores andaluces y cordobeses, y una muestra de ello es El hada de Abu Ghraib, con la que hemos debutado y que es obra de una autora lucentina .

-¿No teme que en estos dos años de espera hasta 2010 la ilusión que hay ahora se desgaste?

-En este tiempo lo que debemos hacer es buscar ese equipo de profesionales del que antes le hablaba, y eso sólo se puede hacer de una forma: trabajando. Ahora mismo estamos preparando varios proyectos como El sobrino de Rameau, de Diderot, o El Tartufo, de Moliere, del que plantearemos una lectura muy actual. Además, tenemos también en mente poner música y texto al clásico de cine mudo Fausto, de Friedrich Murnau. Se trata de proyectar la película y añadirle una banda sonora musical y hablada en directo, por lo que tendremos que contar con actores y también con músicos cordobeses. Hay proyectos para seguir ilusionados.

-¿Hay un público suficiente en Córdoba para responder de forma sistemática a estas propuestas?

-Pienso que sí, que lo hay, pero también pienso que tenemos que saber captarlo y también saber mantenerlo. Para atraerlo, debemos apostar por el marketing, pues ahora mismo cualquier obra de teatro española de entidad se gasta un tercio de su presupuesto en publicidad. Nosotros quizá no gastemos tanto, pero haremos un esfuerzo porque es fundamental que lo que vas a hacer llegue a la gente. Si lo conseguimos, podremos lograr la previsión que hemos elaborado y que pasa por aumentar desde un 60% de ocupación hasta un 90% en varios años.

-Hablemos del teatro cordobés, un debate que parece estancado desde hace tiempo. ¿En qué situación nos encontramos?

-Ésa es una pregunta difícil de responder, y lo último que yo quiero es herir susceptibilidades. Yo llevo muchos años trabajando en esto y claro que tengo mi opinión, pero que quede claro que es sólo mi opinión, y supongo que no es toda la verdad, aunque sí una parte de ella. ¿Y cuál es? Pues que el teatro en Córdoba no evoluciona al mismo ritmo que en otras ciudades españolas. Es cierto que se hacen cosas, pero hace falta una revolución, y no en el sentido de cambiarlo todo, sino en el de impulsar una evolución rápida. Por ahora no acabamos de romper, hay pocas empresas y muchos actores y profesionales formados en la ciudad se tienen que marchar fuera. De todos modos, yo soy optimista porque creo que tenemos talento suficiente como para conseguir esa rápida evolución y porque la administraciones también se están dando cuenta de que hay que crear una industria para que la gente no se vaya.

-Y en el proyecto de la Capitalidad, ¿también requiere a su juicio de una revolución?

-Yo soy de la opinión de que las actividades que se hagan en 2016 serán importantes, pero hay algo todavía más relevante: lo que quedará después. Es decir, que lo que se necesita es crear una buena estructura cultural, pues Córdoba, y repito que no quiero herir susceptibilidades, está algo retrasada en este aspecto con otras capitales del mismo tamaño o más pequeñas como San Sebastián o Granada. Aquí tenemos ahora mismo dos grandes eventos, el Festival de la Guitarra y Cosmopoética, pero tenemos capacidad para acoger muchos más. Mi teoria es que para conseguir la igualdad primero hay que trabajar desde la desigualdad. Es decir, que si queremos que la vida cultural cordobesa se iguale con la de otras capitales debemos invertir mucho más que en otras áreas. Hay que ser valientes y resolver proyectos como el Palacio del Sur o el Centro de Arte, la finalización de la Axerquía, el teatro Góngora, la sede la Orquesta u otros asuntos fundamentales como el aeropuerto. Por esas cosas deben luchas las administraciones y también las grandes empresas de la ciudad.

-Usted llegó a Córdoba hace ocho años. Dígame lo que le gusta y lo que no le gusta de la ciudad...

-Resulta difícil decirlo, porque Córdoba es una ciudad que me encanta... De todos modos, diría que lo que me gusta es que en esta ciudad lo que me gusta es que todo o casi todo está por hacer y lo que no que hay muy poco hecho. En el fondo, las dos cosas son lo mismo: al menos, las dos caras de una misma moneda.

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