El proyecto de delimitación del espacio que ocupan los veladores en las calles de la ciudad, en concreto en el Centro y Casco Histórico, siguió ayer su curso en el bulevar de Gran Capitán. Los operarios de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) acotaron con líneas negras la zona que los tres establecimientos existentes en esta vía peatonal podrán utilizar para la instalación de sus mesas. En concreto, según fuentes de la Gerencia, serán 45 los veladores permitidos entre los tres.

"La ordenación va a permitir una mejor circulación peatonal en los laterales del paseo central", destacaron desde la GMU, a la vez que resaltaron que, "de forma coordinada, la Policía Local está intentando que no aparquen las motos en el lateral para la mejora del itinerario de los viandantes".

Las próximas actuaciones se llevarán a cabo en la calle Morería y Las Tendillas

Esta medida es un acuerdo al que se llegó en la Mesa de Veladores, cuya próxima reunión está convocada para el 13 de julio. A finales de junio la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara pidió un nuevo encuentro de esta comisión al considerar totalmente insuficiente la delimitación de las mesas de los bares y restaurantes con cinta, a la vez que exigió al Ayuntamiento que retire de inmediato las instalaciones que incumplan las normas. En la mesa se analizarán las actuaciones que se están llevando a cabo y las que hay previsto hacer. En concreto, la plaza de las Tendillas y la calle Morería serán las próximas zonas en las que se delimitará la ocupación de veladores, mientras que ya se ha hecho en otros lugares del centro como la calle de la Plata, San Hipólito y la plaza de la Agrupación de Cofradías. La Ribera será otro de los puntos en los que actuarán próximamente los operarios de la Gerencia de Urbanismo.

El objetivo primero es la regulación en los espacios de mayor afluencia de peatones. La avenida de Barcelona, donde también se concentra un gran número de terrazas, es otra de las vías que la Gerencia estudia. Además, no descarta otros puntos saturados en este aspecto. Por su parte, Al-Zahara insiste en que aún quedan zonas como la avenida del Aeropuerto o la calle Antonio Maura, entre otros lugares, "donde la convivencia se ve alterada por la imposición de negocios que usan lo que es de todos, la vía pública, para su beneficio privado, sin respetar el espacio necesario que garantice la accesibilidad y el disfrute colectivo". En resumen, el colectivo reclama una política más decidida, menos efectista y más eficaz.

Según el presidente de la GMU, Pedro García, el hecho de poner las líneas negras para que las mesas no sobrepasen el límite "está sirviendo para que tanto ciudadanos como empresarios conozcan y respeten las zonas en las que hay autorizaciones y por las que se abona la tasa correspondiente".