Las obras que se llevarán a cabo en el Templo Romano permitirán disponer de un parque arqueológico en pleno centro de la ciudad, visitable, que aspira a ser un aula abierta sobre el pasado imperial de la ciudad sobre la base de unos restos accesibles. Pese al modesto presupuesto de las actuaciones, que no llegan a 300.000 euros, se llevará a cabo una labor integral de limpieza y consolidación del yacimiento, descubierto en los años 50 del pasado siglo, y que debe su actual configuración a la reconstrucción realizada por Antonio García Bellido y Félix Hernández.

El proyecto se ha dividido en varias fases, la primera de la cual apuesta por dejar el yacimiento arqueológico perparado para que pueda ser visitado por las personas interesadas en el pasado de la ciudad. El Ayuntamiento ha previsto que, con cargo a fondos propios, se lleve a cabo un centro de visitantes, una estancia que estará dentro del edificio municipal de la calle Capitulares. Esa zona del inmueble, actualmente ocupada por la oficina que gestiona el fondo anticrisis. Desde allí, se accederá al yacimiento mediante una pasarela y que permitirá caminar por el Templo Romano. El proyecto prevé un sistema de paneles didácticos que permitan al usuario saber qué está viendo .

Una de las curiosidades del proyecto es que extiende el ámbito del yacimiento actual. Una vez concluidas las obras, al Templo Romano, que tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural, se le sumarán los dos yacimientos arqueológicos ubicados en el solar municipal de la calle María Cristina, inicialmente destinados a construir un edificio que aliviara las necesidades de espacio del inmueble consistorial. Según el proyecto, este hecho permite que la visita no sea una foto fija. El Templo Romano fue un edificio clave para la ciudad entre los siglos I y III mientras que los restos de María Cristina corresponden a una etapa anterior. El proyecto propone además dejar a la vista restos posteriores, en el límite con la calle Capitulares.

Independientemente de llevar a cabo una limpieza general del monumento, la intervención permitirá realizar una eliminación de los mil y un añadidos que ha tenido el yacimiento a lo largo de los años. El Templo Romano, puede contemplarse a simple vista, dispone de cimentaciones de hormigón de distinto signo, elementos de apoyo de construcciones anexas o elementos que impiden una visión completa de algunos de sus elementos. Las propias columnas fueron reconstruidas con algunos capiteles originales para una mejor comprensión del yacimiento arqueológico.

El proyecto prevé dejar al descubierto, entre otros elementos, la muralla fundacional de la ciudad, que se encuentra oculta en la medianera entre el Templo Romano y la tienda de electrodomésticos vecina. Según la memoria del proyecto, el resultado será reconstruir 60 centímetros de altura de la construcción para hacerla viosible. Además, el programa de obras apuesta por descubrir parcialmente las antérides del templo (el soporte del podium sobre el que se construye el monumental edificio y que en parte se encuentran bajo la actual calle capitulares). Por último, se plantea reconstruir el volumen de la escalinata que daba acceso a la fachada del templo de culto imperial, coronada por seis columnas.

El proyecto de parque arqueológico establece determinadas medidas para controlar el futuro del complejo monumental como drenajes, sondeos para controlar el estado de las cimentaciones o un tratamiento específico con fungicidas de forma que se evite el desgaste continuado de la piedra.

La propuesta, que será financiada por el fondo anticrisis de la Junta de Andalucía, pretende establecer la importancia del edificio y de su vecino, el circo que existió en la actual manza de San Pablo, en el desarrollo urbanístico de Córdoba. El monumento ocupaba un lugar de centralidad en la colonia patricia. Para dar fe de esa importancia, se pretende reubicar algunas piezas en el yacimiento y crear una pequeña exposición de elementos arqueológicos de la ciudad imperial.