Hasta ahora era sólo una intuición. Desde ayer, con la publicación del estudio realizado por Analistas Económico de Andalucía, es indiscutible el peso económico y social que tiene la Semana Santa en la capital. Este trabajo, que aborda una amplia serie de factores, concluye que el impacto sobre la ciudad ronda nada menos que los 42 millones de euros, con la creación de casi 1.700 empleos, una importante inyección que repercute en diversos sectores, aunque fundamentalmente es en el de servicios.

En este trabajo encargado por la Agrupación de Cofradías cordobesa se desglosa que la mitad aproximada de esta cantidad, unos 24,5 millones, son generados por el público que acude a la Semana Santa, que el estudio estima en 760.000 personas, de las cuales 673.700 corresponden a la capital o a su entorno. De estos 24,5 millones, 15,5 millones corresponden a los turistas, a lo que hay que sumar los 0,33 que aportan aquellos que no pernoctan en la capital y los 8,6 millones de los propios cordobeses.

¿Dónde va a parar este dinero? El trabajo de Analistas Económicos distingue dos grandes grupos: por una parte, un tercio de lo que gastan los residentes se dedica a la compra de vestidos y calzado a lo que hay que sumar un 22% para la adquisición de palcos y sillas de la carrera oficial y entradas a monumentos. A los visitantes, en cambio, se les va un 27% de su presupuesto en comida y refrigerios, repartiéndose en resto en gastos diversos, como transporte, aparcamiento o compra de recuerdos relacionados con la Semana Santa.

También se contempla en este movimiento económico los denominados efectos inducidos, que los autores del estudio consideran que a menudo son los más importantes, aunque los menos evidentes. Éstos van desde las repercusiones económicas en el sector hasta el aumento del capital humano, considerando que "los ingresos percibidos por los habitantes y empresas de la zona, generados por el gasto inicial de los asistentes al evento, se traduce en nuevos gastos para esos habitantes y empresas y así sucesivamente". En concreto, los efectos inducidos suponen el 30,4% de los 42 millones que genera la Semana Santa.

A estas dos grandes partidas hay que sumar el gasto que realizan los verdaderos artífices de esta celebración religiosa, como son las hermandades. El volumen que destinan anualmente a su estación de penitencia está calibrado en 4,78 millones de euros, una cantidad pequeña si se compara con el resto pero fundamental para la existencia de esta fiesta.

El hecho de que más de la mitad del dinero que mueve la Semana Santa provenga del público asistente a la misma significa que esta celebración tiene un peso considerable en el sector turístico y de ocio de la capital, una situación que hasta ahora no ha contando con el peso específico propio en la promoción que los diversos órganos de promoción de la capital y la provincia realizan a través de material publicitario o de presencia en ferias monográficas.

Analistas Económicos de Andalucía ha calculado que al año se general 1.682 puestos de trabajo, que se dividen en 204 directos, 966 indirectos y el resto inducidos. Además, este trabajo concluye que el impacato económico es el 0,35% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia y una proporción cercana al doble de la producción de la capital.

El reflejo tangible de estos datos está en el número de personas que cada día de la Semana Santa salen a la calle. El que se lleva la palma es el Domingo de Ramos, con 200.000 espectadores, según este trabajo, seguido del Jueves Santo, con 180.000, y el Viernes Santo con 150.000. El resto de días se reparte entre los alrededor de 25.000 del Domingo de Resurrección y los 85.000 de las demás jornadas.

Una cuarta parte de estos espectadores provienen de la provincia de Córdoba, seguidos del 17% que acude de otras ciudades españolas. El 10% de los que llegan del extranjero lo hacen desde la Unión Europea, mientras que hay un 2% que llega desde países extracomunitarios. Como curiosidad, la Semana Santa cordobesa recibe el 4,2% de visitantes de Sevilla y el 3,7% de Málaga, dos capitales andaluzas que cuentan con una celebración religiosa que cuenta con la declaración de interés turístico internacional.

Por otra parte, la Semana Santa consigue incrementar el índice de pernoctación en la capital, el gran talón de aquiles del turismo local. Según el informe elaborado por esta filial de Unicaja, se desprende que el visitante pasa en la capital una media de 3,6 días, cuando el resto del año este indicador está en una media de 1,6.

Por último, quienes acuden a Córdoba en Semana Santa se llevan una buena impresión. El 92% de los encuentados se van satisfechos o muy satisfechos de asistir a esta celebración religiosa.