Córdoba

Un Rey cercano y con memoria de hierro

  • Felipe VI se mezcla gustoso con los ciudadanos de la provincia en un encuentro para la historia

Cercano. Felipe VI es un rey cercano. Atiende a unos y otros. Acepta fotos, manos, brazos que se abren como los castillos caleteros. Es el Rey de España, pero se mezcla con la sociedad gaditana con una naturalidad pasmosa. Sonríe a cada paso. Recuerda a personas a las que conoció siendo Príncipe, cuando los vientos de la Bahía de Cádiz le atraían a la ciudad más iberoamericana de Europa, que ayer lo recibió para celebrar el cumpleaños de su Diario, el que ha contado sus cosas durante siglo y medio, y él, Monarca moderno, responde cariñoso. Durante sus años de heredero, Felipe, Príncipe de Asturias, visitó la provincia de Cádiz en varias ocasiones; por ejemplo, con motivo del Mundo Vela 92, que convirtió a la Bahía en capital internacional de uno de los deportes que más apasiona a los Borbones. "Aquí no gusta mucho la vela ¿no?", cuentan que preguntó a Paco, presidente entonces del Club Caleta, a lo que este respondió socarrón: "Porque usted no ha venido en Semana Santa".

Pero ayer fue otra cosa. Ayer quien estuvo en Cádiz fue el Rey de España. Un Rey con memoria. Tanto como para recordar al presidente del Real Club Náutico de El Puerto de Santa María, José María Escribano, con quien se fundió en un abrazo. "Qué bien te veo, estás hecho un pincel", le dijo el Monarca sosteniéndolo por los antebrazos, como muestra de que sabía perfectamente que hablaba con uno de los hombres que más han hecho por este deporte en la provincia.

No había dado tiempo de tomar el postre cuando el Rey se decidía a pasar a la zona reservada para saludar y fotografiarse con un buen número de invitados, entre ellos los trabajadores de Diario de Cádiz y una representación de otros periódicos del Grupo Joly. Simpático y afable, Felipe VI atendió a todos los que quisieron saludarle, estrecharle la mano, incluso varias veces, o inmortalizarse a su lado con un selfie, demostrando mucha paciencia. No todos los días está uno cerca del jefe del Estado.

José Joly Martínez de Salazar, presidente del Grupo Joly, se encargaba de presentarle a numerosas personas. Hablaban ambos del tiempo, esperando el Monarca "que el mes de julio sea más benévolo en cuanto a calor". Para mitigar los efectos de las altas temperaturas, trabajadores del catering de El Faro llegaban a cada poco para ofrecerle agua con hielo. Con mucha franqueza hablaba al Rey Manuel Guerrero Pemán, presidente del Consejo Asesor de Diario de Jerez, quien había coincidido con Felipe VI en un vuelo largo y comentaba la facilidad del Monarca para coger el sueño.

Accedió a fotografiarse con todos los grupos que se lo solicitaron. Primero con los pequeños de la familia Joly, la sexta generación de la estirpe que dio a luz al diario matriz. Luego se retrató con toda la familia heredera del fundador del rotativo con 150 años de vida, de quien en su discurso el Rey dijo que se sentiría orgulloso del recorrido que su idea ha tenido en la provincia.

Durante su estancia en Cádiz también le dio tiempo para saludar a Álvaro y Beltrán Domecq, que no quisieron perder la ocasión de estar presentes en este cumpleaños tan especial del Grupo Joly. Beltrán, un dandy de los jereces, presidente del Consejo Regulador, estuvo cerca de don Felipe en este día tan importante. Otros, como José Argudo, jefe de marketing de González Byass, y Faustino Marín, tampoco quisieron perder la ocasión de poder departir con Felipe VI unos instantes en una jornada tan especial para toda la provincia. Antes de partir para Madrid, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, despedía al Soberano después de conversar durante unos momentos.

El Rey también habló durante unos instantes con José María Pemán Domecq, descendiente del poeta más monárquico, y de quien José Joly tomó prestadas unas frases para ensalzar la vinculación de la Corona con esta tierra cuna de la Constitución.

También lo hacía el alcalde de Cádiz, José María González, que reconocía haberle comentado al Monarca la importancia que para la industria gaditana tiene concretar el contrato de Navantia con Arabia Saudí y la construcción de sus corbetas.

Incluso tuvo su momento el Rey para lanzar su guiño al Cádiz CF, con su presidente, Manuel Vizcaíno, sentado entre los invitados. "Cádiz es de Primera", dijo el monarca para terminar su discurso, aunque tendrá que ser el próximo año, por mor de la mala puntería y del Tenerife.

Y hasta le dio Felipe VI un cariñoso abrazo a Dávila Miura, torero de casta en unos días en que el mundo del toro anda cabizbajo.

Y así, mientras con aire profesional saludaba y se prestaba a hacerse fotografías con unos y otros, el Rey enfiló el camino hacia la parte trasera de la vieja estación acompañado del cariño y la atención de la sociedad gaditana. Deseosa de tenerlo un poco más.

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