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Rejuvenecido punto y final a la Velá

  • Los niños son los protagonistas de la última jornada de la cita con la Virgen de la Fuensanta en un día, de descuentos en los cacharritos, en el que son presentados ante la copatrona de Córdoba

Las últimas compras de campanitas.

Las últimas compras de campanitas. / Reportaje Gráfico: Álex Gallegos

Ana espera cogida del brazo de su padre -Tomás- para montar en los caballitos. Su hermano Ángel, un par de años mayor que ella, ha decidido echarle un pulso al miedo a bordo de uno de los asientos de las voladoras bajo la vigilante mirada de su madre -María-. "Este es el día de los niños en la Velá y hemos decidido aprovecharlo", detalla ella. "Los cacharritos están a mitad de precio", sentencia mientras señala a un cartel en el que se informa que un viaje sale a tres euros; cinco viajes, a cuatro euros; y diez viajes, a seis euros. "Pero hoy no es así", añade la mujer. Los López Vallejo son tan sólo un ejemplo de las muchas familias que aprovechan el domingo para comer en la Velá. "Hemos empezado la mañana en la Churrería El Caimán; merece la pena la ración que ponen por tres euros", relata.

La Calle del Infierno -Calderón de la Barca cuando no hay Velá- se empieza a llenar desde el mediodía de chiquillería ávida de disfrutar de más de una de la decena de atracciones que les esperan. "Y luego, a llevarnos una campanita", insiste el pequeño Iván, "porque dice mi padre que todo niño que pase por la Velá tiene que irse con una de recuerdo", relata el menor mientras no pierde detalle del adolescente Spiderman que corona una de las atracciones.

Iván y su familia -los Gómez Castro- irán después a pasar a la pequeñísima Susana por el manto de Nuestra Señora de la Fuensanta. La presentación a la copatrona de Córdoba de los niños está fijada para entre las 10:00 y las 12:00, en horario de mañana; y para entre las 17:30 y las 19:00, en el de tarde. "Y tras visitar a la Virgen, esperaremos turno para nuestras raciones de salmorejo [en lo que el Ayuntamiento ha dado en llamar la salmorejá]", detalla el padre de Iván -Rafael-. "Nos han dicho que el gazpacho que pusieron ayer estaba bastante bien, al igual que las sardinas que repartieron en día de la Virgen [el pasado 8 de septiembre] en la sardiná", insiste Rafael.

Antes de la ración de salmorejo, a los Gómez Castro y a todos los que pueblan la plaza del Pocito les espera el ritmo de la batucada cordobesa curiosamente autobautizada como Samborejo y después sobre el escenario que está ubicado junto al santuario de la Fuensanta será el turno del cuadro flamenco de la cordobesa Verónica Moyano. Iván está dispuesto a quedarse en la Velá hasta bien entrada la tarde. "Quiere repetir en los cacharritos, pero va arreglado", comenta su madre. Piensa llevarse su campanita de recuerdo y tiene la oportunidad de hacerlo con un adorno propio fruto de sus propias manos si asiste al taller infantil que bajo el nombre Pinta tu campanita de mil colores ha preparado la Delegación de Educación e Infancia del Ayuntamiento para la hora en la que el salmorejo ya haya acabado el proceso de digestión. Será justo antes de que a la tarde de domingo de Velá le ponga banda sonora DJ Profesional. El punto final a la última jornada de Velá lo debe poner el grupo de baile Fit Flamc, "la revolución del fitness flamenco de la que todo el mundo habla", como ellos mismos se autodefinen.

Todo ello en una edición de la Velá, la de 2017, dedicada por el Ayuntamiento al Derecho de la Vivienda, un derecho a la vivienda personificado en el barrio de la Fuensanta y presente en forma de exposición fotográfica en El Pocito. "Los barrios de la Fuensanta han crecido sobre la base de la reivindicación y la lucha vecinal. Que llegaran autobuses, semáforos, los equipamientos, la mejora del espacio público han sido conquistas de su vecindario organizado", reza la presentación de esa exposición de Vimcorsa, en la que se insiste con casos concretos en los problemas que aún quedan por resolver en esa materia. "La hija de Carmen y Domingo, vecinos del cuarto de la calle Virgen Milagrosa, 32, dice que sus padres viven en una cárcel... Seis vecinos de esta comunidad han fallecido a la espera de un ascensor. Sus ahorros siguen en una inútil cuenta exigida por la administración para pagar el ascensor que nunca llega", es uno de los casos que se denuncian en la exposición, como el de la dificultad de acceso a la vivienda de los jóvenes del barrio.

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