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Preparados, listos, ya

  • Política. El PP ha adelantado más que nunca la presentación de sus candidatos para iniciar el camino electoral. Bellido ya no tiene excusas para ejercer su liderazgo sin mirar atrás

José María Bellido, durante su presentación como candidato.

José María Bellido, durante su presentación como candidato. / juan ayala

El partido Popular no quería que le pillara el toro en esto de las elecciones y de ser prácticamente el último partido en designar candidato a pasado a ser el primero. Los populares tienen ya nombrados a todos los aspirantes de la provincia que concurrirán a las elecciones municipales de 2019. Empezaron por las localidades de menor tamaño y han concluido ahora con el nombramiento de José María Bellido como candidato a la Alcaldía de la capital. Atrás quedó esa época en la que algunos dirigentes del PP se las veían y se las deseaban para lograr un aspirante en determinados municipios y ultimaban candidaturas prácticamente unas horas antes del fin de plazo para hacerlo. "Así no se ganan elecciones", dijo el presidente del PP, Adolfo Molina, en una entrevista con este periódico poco después de acceder a la presidencia del partido. La maquinaria empezó entonces y ahora continúa su funcionamiento. Todos los candidatos tienen más de un año para preparar esta carrera ante unos comicios que, probablemente, son los más difíciles a los que se puede enfrentar un político, pues son las relaciones de cercanía y los detalles lo que al final hace que el voto caiga hacia un lado o hacia otro.

En el PP de Córdoba han vivido un auténtico tsunami en los últimos meses desde que Madrid -o más bien Sevilla- vino a decir que José Antonio Nieto no podía seguir siendo presidente del partido. El proceso de sucesión que se abrió dejó claro que Molina era el elegido, pese al intento de la parlamentaria Rosario Alarcón, que quedó en nada. En Córdoba la sucesión ha sido modélica y así se considera en el partido en Andalucía, sobre todo porque Nieto ha sido un líder que ha marcado una época y no era fácil sucederle. De manera tranquila Molina asumió el mando y su personalidad ya empieza a verse en un partido poco dado a airear las discrepancias y que se cuida mucho de las apariencias.

De manera similar se vivió esa transición de Nieto a Bellido en el Ayuntamiento, tras el mazazo que supuso perder la Alcaldía. El ahora secretario de Estado también llegó a decir a este periódico que se planteó incluso dejar la política. Primero le cedió el puesto de portavoz, después se fue definitivamente y ahora ya es el candidato oficial. Quizá se cierre ahora una transición que tampoco ha sido fácil pero que también se ha producido de manera tranquila. Lo apuntó Bellido el jueves en su primer acto como candidato. "Asumiré un liderazgo tranquilo, serio pero amable", dijo.

Ahora comienza el reto y son muchos los objetivos que hay por delante. Bellido tendrá que conformar su propio equipo de confianza y dejar atrás los compromisos que asumieron sus antecesores. Un equipo que aspire no sólo a ganar las elecciones sino a gobernar. Cuenta además con el respaldo de todo el partido y es el momento de ejercer su liderazgo sin mirar atrás. Nadie le ha regalado nada.

El PSOE seguirá su estrategia de no meterse en más charcos, mantener el perfil discreto de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, de manera que sólo aparezca para la foto y aprovechar el sprint final de presentación de proyectos que tan bien se ha planificado desde el cogobierno. IU, por lo pronto, tendrá que ponerse de acuerdo en todo esto de las confluencias y ya se verá quien encabeza esa lista de Unidos Podemos. En Ciudadanos hay quien habla de un candidato sorpresa y lo de David Dorado sigue sin verse claro, pero el partido tiene que afanarse en Córdoba si quiere aprovechar el efecto Albert Rivera tras lo sucedido en Cataluña. Preparados, listos, ya; la precampaña electoral ha comenzado y se prevén curvas.

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