De ruta

Donde la Península da la vuelta

  • A pesar de su proyección, el Cabo de Gata conserva aún numerosos enclaves y servicios apenas explotados

Desde el mismo faro de Cabo de Gata, la sensación que asalta al viajero es la de un cambio magnético, como si el mar Mediterráneo y la misma Península Ibérica dieran la vuelta. Desde allí hacia el norte, siguiendo por la A-7 (o la N-341 por la costa) la línea del Levante almeriense en la extensión del Parque Natural que transcurre desde San José hasta Carboneras, el desarrollo turístico de la zona ha crecido considerablemente en los últimos años, pero todavía se conservan rincones preservados de la masa, para gusto de quienes no tienen reparo en lanzarse a cubrir 250 kilómetros en algo más de tres horas para encontrar el Paraíso.

Hablar del Cabo de Gata es hablar especialmente de playas, cuyo estado de conservación y limpieza resulta irresistible. Ya en San José el viajero dispone de dos ejemplos de libro, la de los Genoveses y la del Mónsul. Los accesos en coche, por caminos de tierra, no son muy cómodos, pero aquí residen gran parte de sus encantos. La flora típica de los paisajes desérticos se extiende hasta la misma orilla, con dunas de arena blanca y el mar recogido en hermosísimas calas y largos tramos de poca profundidad, lo que hace a estas playas muy recomendables para los más pequeños. En dirección a Níjar, junto al antiguo poblado minero de Rodalquilar (las antiguas factorías a pie de carretera constituyen por sí solas un verdadero espectáculo), y una vez pasados los bellos parajes de Los Escullos y La Isleta del Moro, el Playazo regala más playas de arena fina. La salud medioambiental es tal que no es difícil encontrar estrellas de mar bañadas al aire libre por las olas. Ya cerca de Níjar, el rinconcito pesquero de Las Negras se revela como una de las plazas turísticas más visitadas, con más servicios de hostelería en un paisaje envidiable a pesar de que la arena ya no tiene aquí tanta calidad. Los más atrevidos pueden salir de la A-7, continuar 30 kilómetros en dirección a Carboneras por la N-341 e iniciar a pie una caminata de una hora por senderos escarpados. La meta es la playa de Los Muertos, milagro virgen junto a Agua Amarga.

Edén de buceadores y amantes del pescado, el Cabo de Gata es la huida ideal para un fin de semana.

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