Malestar, en versión políticamente correcta; enfado importante si se habla con sinceridad. Esta es la sensación que hay en el PP de Córdoba desde ayer, cuando el partido manifestó que el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, no podrá seguir liderando a los suyos tras el congreso previsto para antes del verano. La decisión la ha tomado el comité ejecutivo nacional, que ha decidido aplicar los estatutos del partido, que rechazan la acumulación de cargos en determinados casos. Y es sólo en determinados casos porque el enfado en el PP cordobés es mayúsculo por la manera “arbitraria”, según apuntan algunas fuentes, en que se han aplicado las directrices. Así, la decisión de impedir la reelección de Nieto –y la del secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández Moya, que aspiraba a seguir presidiendo el PP de Jaén–, llega a la misma vez que sí se entiende compatibles los cargos del líder del PP en Cádiz y delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz. Por no hablar del caso de la ministra de Defensa, secretaria general del PP y presidenta del partido en Castilla La-Mancha, Dolores de Cospedal. La jugada, por tanto, se interpreta como una estrategia directa del líder de los populares andaluces, Juanma Moreno, que ha hecho valer su peso en Madrid y su respaldo por parte de Mariano Rajoy frente al sector cospedalista que incluye a Nieto. También ha molestado especialmente porque el PP de Córdoba mostró su apoyo en bloque a Juanma Moreno en el pasado congreso regional que lo reeligió como presidente andaluz. Se entiende, por tanto, como una traición en toda regla.

Sea como fuere, la perplejidad se instaló ayer en el PP de Córdoba, tanto en los cargos como en las bases y no sólo en la capital sino prácticamente en todos los municipios. Nadie se lo esperaba, aunque es cierto que el sábado por la noche comenzaron a llegar algunos rumores, aunque nadie deducía este desenlace. Tal era la incredulidad que desde el mismo partido restaban validez a la noticia, a la que llegaron a calificar de rumor. A lo largo de la mañana no tuvieron más remedio que asimilar la situación.

¿Qué pasará a partir de ahora? La lógica apuesta por una candidatura continuista dentro del bloque de Nieto en la que, no obstante, Moreno Bonilla intervendrá para colocar a sus peones. Sólo si la cosa se pone demasiado fea y la división se hace patente con otras candidaturas, puede permitir que siga el bloque de Nieto, si es que le objetivo es mantener la fortaleza en Córdoba cuando se avecinan citas electorales importantes.Por el momento, los que habían manifestado abiertamente su oposición a que Nieto continuara presidiendo el PP de Córdoba se han mostrado prudentes. El alcalde de Cañete de las Torres, Félix Romero, aseguró ayer que “hay que felicitarse” por que el PP tenga un presidente o una presidenta con dedicación cien por cien a la provincia de Córdoba”, aunque insistió en que él nunca se ha postulado para el cargo. La parlamentaria andaluza Rosario Alarcón se limitó a decir que estará “donde diga mi partido” y que por el momento respeta “a mi presidente y los estatutos”.

El que no ha hablado todavía es precisamente Nieto. Las fuentes consultadas apuntan a que tiene previsto hacerlo el jueves, para mostrar así su descontento por la decisión. Sí se ha pronunciado Juanma Moreno, quien ha considerado la decisión “sensata” que tanto Nieto como Fernández Moya dejen sus cargos en el partido y que el PP de Andalucía trabajará por una transición “tranquila” en ambas provincias. El presidente de Jaén ha matizado que él no ha renunciado, sino que ha sido obligado por los estatutos. En la provincia jiennensa ya se apunta al nombre de Juan Diego Requena como sucesor.