Festival de los Patios

Oasis en el corazón de la ciudad

  • La ruta que discurre por la Judería y el barrio de San Francisco cuenta con ocho recintos en concurso que van desde la calle Judíos hasta Maese Luis, donde hay cuatro abiertos

Entre monumentos y turistas, la Judería y el barrio de San Francisco guardan pequeños oasis llenos de geranios, gitanillas, helechos, claveles, fuentes y pozos. Son los patios participantes en el concurso municipal -del que hoy se sabrán los ganadores-, recintos que suelen ser los más desconocidos pero que provocan el asombro de cualquier visitante.

Entre la puerta de Almodóvar y la Sinagoga se sitúa el primero de los patios que conforman esta ruta, el del número seis de la calle Judíos. En su interior, Basilia Bolaños, que ayer mismo cumplió 73 años, mira con atención los movimientos de los turistas para que no causen estropicios en sus plantas: "No se toca nada", indica a un hombre que acerca su mano a una flor. Manchega de nacimiento pero cordobesa de adopción, lleva 50 años habitando esta vivienda y 12 presentando su patio a concurso. Este espacio es tan importante para ella que incluso le habla a sus plantas, entre las que hay pendientes de la reina, pluma de Santa Teresa y alguna carnívora, además de las típicas gitanillas y geranios. "Para mí este patio lo tiene todo", alaba esta cuidadora, y añade que, en general, los visitantes se portan muy bien.

La ruta continúa en Céspedes, 10, una casa con unas vistas excepcionales de la torre de la Mezquita-Catedral de las que su propietaria, Rosario Torrealba, se siente muy orgullosa. "No puedo decir qué es lo que más me gusta de mi patio, me gusta mi patio en sí y lo abro para mí", señala. Geranios, esparragueras, begonias de diversos tipos, costilla de Adán, filodendros, incienso, cintas o amor de hombre son algunas de las especies que los visitantes pueden disfrutar. "La mayoría se porta bien y con buena educación pero siempre está el que no entiende que esto es privado y que las plantas son seres vivos", asevera Rosario Torrealba, que explica que estos días le ha desaparecido una plancha de carbón que era de su abuela y que exhibía en su patio.

Pasando por Samuel de los Santos Gener, 9, un recinto cuidado por Antonio Rey que se caracteriza por su pórtico de arcos de ladrillo de medio punto y losas de barro; se llega a Martínez Rücker, 1, donde viven cuatro familias. Tres de ellas se encargan del cuidado del patio, entre ellas la de Ana Gutiérrez. La "joya" de este recinto es su pozo, que cuando Ana llegó a esta comunidad, hace 28 años, ya estaba cegado, y ahora la intención de los vecinos es rehabilitarlo de cara al próximo año. La parra, el rosal de pitiminí, tres tipos de jazmines, una buganvilla de dos colores, gitanillas, geranios y un gran helecho que da la bienvenida al visitante son algunas de las plantas con las que cuenta este recinto. Además, son pioneros en la forma de riego ya que encargaron una caña metálica a la que se conecta una manguera y que les facilita esta labor.

Tras este paseo por la Judería, la atención se centra en la calle Maese Luis, donde hay cuatro recintos en concurso. En el número 3, que participa por primer año, Mercedes Serrano destaca el alto número de visitantes que se acercan hasta su casa. "A la gente parece que le gusta, está siendo una experiencia muy positiva", indica. En principio pensaba que entre semana el ritmo sería más tranquilo pero la realidad no ha sido así. Una de las peculiaridades de este patio es la cycas revoluta centenaria que ocupa un lugar central en este recinto y a la que rodean un naranjo de Washington, una buganvilla, gitanillas, pilistras, helechos, cinerarias y pendientes de la reina.

Enfrente, en el número 4, se alza la casa de Sara Pulido y su marido. Una de las peculiaridades de su patio es que está hecho con ladrillo visto y no encalado como es típico en Córdoba. Este año resaltan sus hortensias, una planta difícil de sacar adelante porque necesita mucha humedad pero a la que han ayudado las lluvias de los dos últimos meses. Al ser un patio de sombra, las plantas verdes se mantienen mejor, aunque estas se acompañan por geranios chinos, comunes y enanos; azaleas, sulfinias, margaritas, costilla de Adán y un ficus y una hiedra que son los que tienen más antigüedad. Sara también señala que el 95% de los visitantes vienen con respeto pero hay un 5% "que viene de otra manera" y es en las colas donde suele haber más problemas, sobre todo en fin de semana. Por eso, que estén los controladores todos los días "es seguridad".

Más abajo, en el número 9, Florencia Ruiz explica a los visitantes algunos detalles de su patio, que cuenta con la kentia que ha sido elegida como planta singular por el Jardín Botánico, al que tienen previsto donarla. Varias macetas de amarilis (la suegra y la nuera) rodean la fuente central de este recinto en el que también hay especies como la medinilla magnífica, cala negra, esparraguera, geranios y gitanillas, a las que acompañan un par de canarios; uno de ellos al que han bautizado como Donald Trump "por su parecido con el presidente de EEUU", apunta Florencia.

Por último, en el número 22, Luisa García lleva unos 20 años participando en el certamen. Esta edición está siendo la más fuerte en afluencia de público entre semana y cada día visitan su casa una media de 1.500 personas. Según su experiencia, cada año los turistas "se portan peor, creo que no están bien informados sobre dónde vienen". Este patio -que cuenta con un taller de cerámica- tiene como peculiaridad un limonero de espaldera, al que acompañan sedum, pilistras, helechos, pericones, cóleos, claveles, varios tipos de geranios, hortensias, begonias, sulfinias, bromelias, orquídeas y plantas carnívoras que aportan "un toque divertido".

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