El Gran Teatro acogió ayer una de las citas más importantes de la Cuaresma en Córdoba, el pregón de la Semana Santa. Fue el doctor en Historia Francisco Mellado quien ensalzó las glorias de la Pasión de la ciudad en una diatriba donde era inevitable acordarse de toda la polémica por el traslado de la carrera oficial. Con un tono crítico que dejó ver en algunas ocasiones, Mellado arrancó su pregón con el recuerdo de la Semana Santa 2016, la que dejó las ganas en los cofrades para que rompan dentro de siete días.

Hermano de la cofradía de la Merced y del Carmen de San Cayetano, el pregonero dedicó unas palabras especiales a sus devociones, si bien todo su discurso estuvo lleno de referencias a cada una de las cofradías que procesionan en Semana Santa y fuera de ella.

El pregonero habló del cofrade que "no se harta nunca de incienso" y para el que la Semana Santa es algo más que "siete días". Hasta septiembre se trasladó Mellado para recordar que en Córdoba, claro está, las procesiones no discurren únicamente de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección y en este punto habló de la Virgen de la Fuensanta y de la devoción a la misma para después llegar a octubre y ensalzar a la Virgen del Rosario.

Las imágenes y patrimonio cofrade ocuparon la mayor parte de un pregón donde no faltaron las referencias que anuncian que ya huele a Semana Santa. Las bandas ensayando (a las mismas las calificó como "conservatorios callejeros"), los capirotes en Alfonso XIII, el olor a azahar y la huida del frío para dejar paso al calor dieron pie al pregonero para continuar un discurso donde, como ya se ha dicho, la crítica iba a estar presente sí o sí.

"Las cofradías se alzan en estos convulsos momentos de extrema laicidad como el mejor antídoto para aquellos que quieren y desean extirpar de golpe al Santísimo Sacramento de la Catedral", afirmó, para añadir que "mucho más que 17 razones tienen las cofradías para ser, al menos, respetadas en la ciudad", en clara referencia a un artículo de la revista 17 donde se criticaba a la Semana Santa. Sin embargo, para Mellado, todas esas críticas "no deben empañar el gran estreno", esto es, el traslado de la carrera oficial. "Ya era hora que la ciudad levantara el letargo de seguir pensando que la Semana Santa debe estar entre farolas y terrazas de bar", manifestó y dijo que muchas de las críticas vienen de "grupos políticos, alternativos, progres" que "se creen que un retranqueo es una enfermedad intestinal, pero da igual, lo importante es salir en la foto".