educación | la sustitución de los programas de cualificación profesional inicial

La Formación Profesional Básica se abre paso en los institutos

  • Casi 1.500 alumnos asisten este curso a alguno de los quince títulos que se ofertan en casi 70 centros

  • Los más demandados son los de cocina, agrojardinería y del sector mecánico

Las enseñanzas de Formación Profesional Básica tienen como finalidad reducir el abandono escolar temprano, facilitar la permanencia en el sistema educativo, fomentar la formación a lo largo de la vida y contribuir a elevar el nivel de cualificación permitiendo al alumnado obtener un título Profesional Básico y completar las competencias del aprendizaje permanente. Así lo define la Administración autonómica en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del 19 de diciembre de 2016. Unas enseñanzas desarrolladas por la Lomce y que sustituyeron a los Programas de Cualificación Profesional Inicial con los que se trata de dar cobertura a aquellos alumnos que no consiguen acabar la Secundaria Obligatoria. Es decir, una especie de segunda oportunidad para estos estudiantes a quienes se les ofrecen unas enseñanzas regladas pero dirigidas a su inserción laboral. Superar uno de estos ciclos, que se prolongan durante dos años, permite la obtención del título de Técnico Profesional Básico de la familia correspondiente, como también de una cualificación de nivel 1 del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales, además de la titulación de Secundaria, siempre y cuando el profesorado lo proponga y se hayan adquirido unas competencias básicas. Pues bien, en Córdoba a lo largo de este curso se imparten una quincena de estos títulos en hasta 68 centros; en total, se han registrado 1.445 matrículas, frente a las 1.421 del curso 2016-2017, lo que representa un leve incremento del 1,6%.

Según fuentes de la Delegación de Educación, los títulos más demandados se centran en sectores como la cocina o la agrojardinería, peluquería y estética, además de mantenimiento de vehículos. Las mismas fuentes reconocen también que este tipo de formación aún "tiene una carga de género importante" y como ejemplo señalan que en el caso de los ciclos de electricidad "las mujeres se autoexcluyen". Señalan también que uno de los aspectos más valorados por parte de los alumnos es el hecho de que "el 50% de la formación se da en talleres, por lo que es una formación más activa".

Los docentes destacan que las clases siempre se enfocan con una mayor carga práctica

Uno de los centros que ofrece Formación Profesional Básica es el instituto Villarrubia, ubicado en la barriada periférica del mismo nombre, que imparte el ciclo de Agrojardinería y Composiciones Florales. Una de sus profesoras es Eva Quintanilla, quien explica que el número de alumnos que reciben clase de este tipo son 15 en el primer curso y 13 en segundo; de estos últimos, tres realiza formación en centros de trabajo. Quintanilla detalla que para acceder a estos cursos el alumnado tiene que cumplir una serie de requisitos: tener cumplidos los 15 años y no superar los 17 años en el momento de acceso, haber cursado el primer ciclo de la Secundaria y que sea propuesto por el equipo directivo. "Suele ser un perfil de alumnos que prefiere la enseñanza de una forma más práctica que académica, y en este tipo de formación, y especialmente esta especialidad de agrojardinería y composiciones florales, se presta mucho a la enseñanza de forma más práctica aunque también tiene su parte académica", destaca y considera que "ha sido una salida muy buena para un sector de nuestro alumnado que solía abandonar prematuramente el sistema".

Quintanilla hace especial hincapié en el desarrollo de esta formación, con la que "se pretende enseñar a los alumnos el tipo de prácticas relacionadas con la especialidad, así como preparar el terreno, producción de material vegetal, trabajos básicos para la instalación de infraestructuras o sembrar semillas". A todas estas prácticas se suman las de implantar céspedes; plantar y trasplantar; riegos; abonos; labores de producción y mantenimientos en viveros e invernaderos; montar y desmontar trabajos de decoración floral; trabajos de presentación de plantas para puntos de venta; además de limpieza y cuidado de zonas ajardinadas ejecutando pequeñas reparaciones, implantación de jardines". La profesora, además, subraya que en este tipo de formación "se fomenta el trabajo en equipo en equipo, así como la iniciativa y la motivación del alumnado para que adquiera hábitos de responsabilidad y autonomía basados en la práctica de valores, desarrollar hábitos y valores acordes con la conservación y sostenibilidad del patrimonio natural". Es por ello, continua, que el método de clases, tiene su parte académica y su parte práctica. La primera se imparte en clase y, para la parte práctica en el caso de los alumnos de primer curso se imparten en una zona de trabajo que se encuentra en el mismo centro, en la que disponen de un invernadero y una zona de trabajo al aire libre, para la realización de todo tipo de prácticas relacionada con la especialidad de Agrojardinería y Composiciones Florales. Los alumnos de segundo curso, por su parte, realizan las prácticas en una finca cercana, el Aguilarejo, donde van dos días completos a la semana y son quienes al final de cada curso hacen las prácticas en empresas. El curso pasado algunos de los alumnos las realizaron en Alemania y Holanda, gracias al programa Erasmus +.

Una vez que estos estudiantes finalizan esta formación tienen un amplio abanico de posibilidades para trabajar, que van desde realizar trabajos auxiliares en la elaboración de composiciones con flores y plantas en empresas dedicadas a la ornamentación floral o decoración de espacios y eventos. Según expone Quintanilla, también desarrollan su actividad profesional en el área de producción o en el área de medio ambiente en grandes, medianas y pequeñas, tanto públicas, como privadas, dedicadas al cultivo agrícola, a la producción de plantas y a la instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes. Además, continua, el alumnado "también está capacitado para realizar tratamientos plaguicidas de nivel básico, según la actividad regulada por la normativa correspondiente". Así, pueden trabajar desde peón agrícola, agropecuario, a peón en horticultura, en fruticultura, en cultivos herbáceos, o a peón en cultivos de flor cortada, de jardinería, de vivero, de centros de jardinería, de campos deportivos, hasta de auxiliar de floristería, auxiliar de almacén de flores, auxiliar de ventas de floristería y repartidor de floristería. Aquellos que quieran continuar formándose pueden hacerlo "estudiando un ciclo formativo de grado medio, en nuestro caso, este título tiene preferencia para la admisión a todos los títulos de grado medio de las familias profesionales Agraria, Industrias Alimentarias y Seguridad y Medio Ambiente", indica.

En el instituto Fidiana también cuentan con un ciclo de Formación Profesional Básica, en este caso, el de Informática y Comunicaciones, al que asisten casi una veintena de alumnos divididos en dos grupos. Según la información facilitada por el centro, a este ciclo acuden "alumnos con necesidades educativas especiales y con una experiencia más o menos prolongada de fracaso escolar". Así, reconocen que "en general, el desfase curricular es bastante significativo". Desde el instituto Fidiana subrayan que este alumnado "requiere una actuación constante del profesorado". Por lo general, continúan, "muestran poca motivación e iniciativa para abordar el trabajo diario".

En este ciclo, la carga lectiva se reparte entre materias comunes, "para adquirir unas mínimas competencias básicas, y materias específicas", destacan y anotan que en el caso del instituto las específicas corresponden a la Formación Profesional Básica de auxiliar de Informática, con lo que aprenden nociones de redes, montaje y mantenimiento de equipos, equipos eléctricos y electrónica. El profesorado subraya que "las clases se enfocan siempre con una mayor carga práctica", al tiempo que recuerda que "partimos de alumnado que no ha respondido a clases tradicionales, así que este tipo de formación requiere un cambio de enfoque en ese sentido". Subrayan que el título está enfocado para "enganchar" al sistema educativo al tipo de alumnado descrito anteriormente. También señalan que "a pesar de que adquieren bastantes conocimientos y destrezas, las salidas laborales de una Formación Profesional Básica son muy limitadas". "El mercado es cada vez más exigente con la formación del alumnado, y por ello la gran mayoría de ellos continúa su formación en ciclos de grado medio", consideran, al tiempo que recuerdan que este tipo de formación básica está enfocada para obtener una cualificación de nivel 1 del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales.

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