Córdoba

La Fiscalía concluye que el crimen del cura fue "vil" y "a traición"

  • La defensa pide al tribunal popular que juzgue la "tragedia personal" del acusado, que "huyó de la miseria en Rumanía", e insiste en el móvil pasional del homicidio

El crimen del párroco de Villafranca Tomás Pérez fue "cruel, vil y canalla". Así lo destacó ayer la fiscal encargada del caso durante la última jornada del juicio celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, donde mantuvo la petición de 20 años de prisión para el acusado del suceso, Vasile Tudose, por un presunto delito de asesinato con ensañamiento y alevosía. La representante del Ministerio Público aseguró que el procesado mató al párroco hasta "la saciedad" y dijo que actuó de manera "consciente" y que, tras los hechos, no mostró arrepentimiento. Expuso, además, que se resistió a que lo detuvieran cuando los agentes del grupo de homicidios de Madrid lo identificaron en la estación de autobuses de la capital.

"No mató, sino que asesinó a don Tomás con riesgo cero y aumentando su dolor, dándole golpes innecesarios para la muerte", dijo la fiscal en su exposición final ante el jurado popular. Los hechos se produjeron en la noche del 15 de julio del año pasado. La víctima y su agresor confeso, al parecer, mantenían una relación laboral y de amistad desde hacía varios años. Según la versión del encartado, el salario que percibía del párroco alcanzaba los 350 euros semanales, debido a que además de los trabajos de albañilería incluía prácticas sexuales.

Según Tudose, el párroco le pidió el día de autos que le realizase una felación, a lo que él se negó. La insistencia del sacerdote y el uso de la fuerza hicieron que el encartado reaccionara de manera violenta, cogiera un radiador y le diera al menos cinco golpes en la cabeza. Ésta fue la versión que el propio encartado ofreció durante su testimonio el primer día de la vista oral, unas afirmaciones que la fiscal puso en dudas.

La representante del Ministerio Público insistió en que el procesado "actuó de noche, de manera sorpresiva" y valiéndose de la confianza que tenía la víctima sobre él y de la diferencia de edad, 55 años menos que el párroco. Desde su punto de vista, lo sorprendió a traición en su propio dormitorio, una habitación situada en el fondo de la vivienda desde donde la víctima tenía dificultades para pedir auxilio. La fiscal también dudó de que el presunto asesino tuviera limitadas sus facultades mentales por el consumo de alcohol, ya que "sabía perfectamente lo que hacía". Vasile Tudose insistió en que aquel día consumió al menos una decena de "cubatas", aunque ningún testigo lo vio con signos evidentes de encontrarse borracho.

La acusación pública también intentó desmontar el móvil del crimen expuesto por la defensa, según la cual Tudose reaccionó a un intento de agresión sexual por parte del religioso. "Sólo existe maldad", dijo la fiscal, quien de esta manera descartó que existiera arrebato u obcecación, como defendió el letrado del acusado, Manuel Fernández Poyatos.

El abogado insistió en que el origen del crimen fue "la petición de unas prácticas sexuales no consentidas" y expuso que no existió alevosía, aunque sí pudo haber un abuso de superioridad del que no ha acusado la Fiscalía. Fernández Poyatos reclamó al tribunal popular, que se reunirá hoy para recibir el objeto del veredicto, que también enjuicie la "tragedia personal" del encartado, que "huyó de la miseria de Rumanía". "Él asume los hechos", dijo el letrado, quien defendió que el suceso es "grave, pero no de la gravedad que proponen las acusaciones". Fernández Poyatos consideró los hechos como un delito de homicidio por imprudencia o, alternativamente, un homicidio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios