Córdoba

Estudian cambios genéticos en el olivo para mejorar la especie

  • La Fundación Genoma España financia un proyecto para la modificación de la fresa, que permitiría alargar la conservación de los frutos en el tiempo

Fresas que duran más en el tiempo y olivos que permiten un mayor rendimiento productivo. Estos son sólo algunos de los beneficios que reportaría la aplicación de modificaciones genéticas en ambas especies y que ya están desarrollando científicos de las universidades de Córdoba, Málaga y Jaén, junto a los institutos de Agricultura Sostenible, de la Grasa de Sevilla y de Formación Agraria y Pesquera.

El proyecto, financiado por la Fundación Genoma España y la Corporación Tecnológica de Andalucía, pretende "optimizar la transformación genética" de ambos cultivos, apuntó ayer el profesor de la Universidad de Málaga José Ángel Mercado, durante su intervención en el curso Transgénicos, células madre, legislación y ética, dentro de los seminarios de Corduba. Mercado, que participa en este proyecto que se ha puesto en marcha este año, destacó que gracias a la aplicación de métodos transgénicos la fresa "durará más en el mercado, ya que la vida por cosecha será más larga". Al tratarse de un producto perecedero, la introducción de cambios genéticos logrará también "una mayor exportación" de las fresas, destacó. En el caso de los olivos, permitirá, entre otros, que la aceituna tuviera más compuestos volátiles y contenido en ácido oléico.

Mercado indicó que estos productos no se pueden comercializar por la normativa existente, por lo que consideró necesario que se produjera "un ligero cambio de opinión" al respecto. Una legislación restrictiva, el desconocimiento ciudadano y la presión ecologista son los frentes con los que se encuentran los científicos, a pesar de que los productos transgénicos "son los más seguros porque son los más testados de cuántos existen en la agricultura y la ganadería", señaló el director del curso y profesor de la UCO, Gabriel Dorado. "Son más seguros por todas las pruebas que se realizan, pero existen grandes barreras", lamentó.

Como ejemplo del escaso conocimiento y, también erróneo por parte de la población, Dorado señaló el caso de los productos como el yoghurt o el queso, que son transgénicos, ya que para su elaboración se utilizan bacterias modificadas genéticamente. Es más, la insulina es también transgénica y "no ha pasado nada, sólo se han salvado vidas", matizó.

El docente subrayó otra de las ventajas de este tipo de productos transgénicos, tales como que su cultivo es beneficioso para el medio ambiente, ya que necesitan menos recursos hídricos y, además, se podría reducir la superficie dedicada a su cultivo. Estos productos, incidió Dorado, pueden ser "perfectamente compatibles con la ecología y el medio ambiente".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios