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La Córdoba más turística se deja querer

  • Mezquita, Alcázar y Puente Romano se convierten en los grandes protagonistas de una jornada festiva que llena el casco histórico de turistas para admirar la belleza de la ciudad

Ensalada mixta de primero, flamenquín de segundo y salmorejo para compartir. Córdoba era ayer bullicio de gente y tradición que, amparados bajo el no puente, eligieron la ciudad para empaparse de cultura monumental. Festivos como los de diciembre siempre se preparan con la duda de qué echar en la maleta; las lluvias son más probables y el frío comienza a tener protagonismo. Sin embargo, ambas fiestas, Constitución e Inmaculada, han venido acompañadas de un tiempo espectacular que hacía que pasear por la Judería fuera una delicia, aún más disfrutable de lo que ya es por sí misma.

Turistas, la mayoría de ellos españoles, esperaron largas colas en los grandes monumentos, los cuales llenaron antes de ocupar los bares. Queda fuera de toda duda que fue un acierto abrir los museos estos festivos. Pasear por Céspedes o Deanes se convirtió así en tarea complicada ante un casco que empezaba a parecerse a la calle del Infierno de El Arenal a finales de mayo. La jornada de ayer constató lo que los datos anuncian a lo largo de estos meses y es que 2016 tiene todas las papeletas para convertirse en el mejor año turístico para la capital con cifras nunca vistas.

No era día de sacarle los colores al sector, era día de disfrutar y lo que tenga que venir, vendrá. Y así disfrutaron los miles de turistas que como José Ugalde se adentraron en el bosque de columnas de la Mezquita-Catedral para disfrutar el silencio que el monumento regalaba y la calle se empeñaba en robar. Este vasco, estudiante de Arquitectura, aprovecha los días festivos para recorrer los monumentos más significativos arquitectónicamente de España. "Lo de la Mezquita es espectacular", contaba ya en el Patio de los Naranjos. Hace dos días estuvo en Sevilla buscando la tradición en la Catedral y la vanguardia en las Setas, Granada la ha visitado en varias ocasiones porque la Alhambra precisa de más meditación, pero "como la Mezquita, pocas cosas".

El casco histórico concentrado, con lugares que visitar separados por no más de diez minutos, hacía fácil poder abarcar Sinagoga, Mezquita y Alcázar. "Nos hemos llevado el chasco porque creíamos que podíamos visitar el Alcázar de noche", explicaba Angustias que, procedente de una excursión organizada venida desde Cáceres, disfrutó del espacio a plena luz del día. Una tarea pendiente la de recuperar el espectáculo nocturno sí, pero la señora salió encantada de lo bien que le habían quedado las fotos de grupo frente a las fuentes.

También se llenó el Puente Romano, que es de obligado cruce para la estampa más tradicional con la Mezquita de fondo se dio un baño de masas y sol. El Triunfo de San Rafael, la Ribera, la plaza del Potro y el Zoco municipal contribuyeron a perpetuar el recorrido turístico que muchos de aquí aún no han disfrutado al completo. Como Ana, que vive en Miralbaida y nunca había visitado la plaza del Cardenal Salazar ni había accedido por ella a la capilla de San Bartolomé o al museo Taurino. "Ya iba siendo hora de conocer nuestra ciudad, que siempre hablamos bien de lo de fuera y de lo nuestro nada", decía la cordobesa convertida en turista con mapa en el iPhone. Para los que sí que han hecho puente aún restan días para poder disfrutar de la Córdoba de diciembre y así no reducir el turismo únicamente a la Mezquita. Coger el autobús y visitar Medina Azahara aparece ahora en las agendas de los visitantes fieles.

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