Hay hechos inesperados que rompen el rutinario transcurrir, exterminan planes y deshacen lo que hasta entonces eran los pilares básicos de una existencia. Inesperados y trágicos acontecimientos que dejan desamparados a su suerte a aquellos a quienes les toca sufrirlos. Situaciones que empujan a emprender una huida hacia lugares desconocidos en busca de un ápice de luz que les arranque de la desesperada situación que los atormenta. Desde el comienzo de la guerra civil en la primavera de 2011 en Siria, cientos de miles son los heridos y más de 40.000 las víctimas mortales, lo que provoca que los habitantes busquen puertas para poder salir de allí. Pero no solo son las guerras lo que llevan a abandonar un país, también hay personas que buscan unas mejores condiciones de vida tratando de escapar del caos y la miseria, con el objetivo de alcanzar el sueño europeo

La crisis de los refugiados ha provocado un terremoto de solidaridad de grandes dimensiones, acelerado por imágenes recientes como la del pequeño en la orilla de una playa turca. Desde las instituciones europeas han tratado de mover ficha para dar respuesta a esta tragedia, pero las medidas y las acciones ante la marea de refugiados todavía no están del todo claras.

Los vecinos del Viejo Continente han arrimado el hombro, en la medida de sus posibilidades, dispuestos a abrir las puertas de sus casas y proporcionar los recursos necesarios para una vivienda digna. En concreto, España acogerá, tras aceptar la propuesta de la Comisión Europea, un total de 17.680 refugiados procedentes de Siria y otros países en conflicto, en cuya acogida e integración a medio y largo plazo trabaja el Gobierno. Y parece ser que desde la capital cordobesa también están dispuestos a tender una mano a aquellas personas que se evaden de la guerra, la muerte y la miseria para tratar de iniciar una nueva vida. Ya son 45 las familias cordobesas las que están dispuestas a acoger a refugiados sirios en su hogar -36 con espacio disponible para ello-, pese a que aún "no hay cifras exactas de lo que corresponde a cada provincia", señaló Susana Hidalgo de la Asociación Pro Inmigrantes de Córdoba (APIC). La organización contabiliza diariamente el número de familias a través de la Plataforma Refugiados Bienvenidos -página impulsada por APIC "para tratar de coordinar las actuaciones que se van a llevar a cabo desde la capital cordobesa"-. En la capital, al igual que en otras partes de España, esta asociación y la periodista Elena Lázaro impulsaron la plataforma digital ciudadana Refugiados Bienvenidos para tratar de "coordinar las actuaciones que se van a llevar a cabo en la capital cordobesa, siguiendo el modelo de países europeos como Alemania", señaló Lázaro. La principal finalidad de esta plataforma es crear un registro de familias dispuestas a acoger a refugiados, con sitio en su hogar y estabilidad económica, y que "no se alojen solo en albergues o espacios religiosos", subrayó. No es fácil acceder a la información de familias dispuestas a recibir a refugiados en sus viviendas. Sin embargo, en El Día ponemos cara a la solidaridad de los cordobeses.

"¿Qué tal? He visto tu mensaje preguntando por gente dispuesta a recibir a refugiados en su casa. Estoy interesada, podría acoger a una persona. Sería en Córdoba, pero necesito saber qué se necesita exactamente. Si no, estoy dispuesta a dar otro tipos de ayuda, ya sea dinero, comida o ropa. No sé, cualquier ayuda que necesiten". Esta fue la petición que hizo María Cecilia Peña en el centro de acogida de la capital. Sin embargo, a su pesar, no todo salió como deseaba. "Siempre me ha encantado la idea de ayudar a los que de verdad lo necesitan, pero al no tener una nómina fija no puedo hacer nada por ellos", explicaba con tristeza y temblor en la voz.

Hay dos clases de personas dispuestas a colaborar: las que tienen espacio pero no tienen recursos económicos para ello y las que no tienen espacio para alojarlos pero sí tienen recursos. María Cecilia es de las primeras. "Ojalá vaya adelante la propuesta de Refugiados Bienvenidos y puedan dar una dotación económica a aquellas personas que ofrecen su hogar, no nos lo ponen fácil a los que queremos colaborar", lamenta Peña.

El corazón de Aurora Muñoz quedó profundamente conmovido tras ver las imágenes de los pequeños muertos en la orilla de las playas de Turquía. El cadáver de los menores le recordó a las "batallitas" de la posguerra que su abuelo le contó y al sufrimiento de los refugiados de Oriente Medio sobre los que tantos libros había leído. Esta mujer, de 54 años, no se lo pensó y llamó a su hijo para informarse de qué podía hacer para intentar aliviar esta situación. Su hijo le habló de la iniciativa del cogobierno de la capital para alistarse a la red de ciudades-refugio a nivel nacional y sobre las plataformas que se habían gestado a través de internet. Muñoz no dudó en apuntarse y aseguró que "estoy dispuesta a ofrecer las tres habitaciones libres de mi casa". Por el mantenimiento aseguró que "no había ningún problema". "Dejar tu país y llevar tu casa a cuestas en busca de un lugar en el que estén dispuestos a acogerte no es fácil, yo me pongo en la situación de que algo así me pudiera pasar y eso es lo que hace que yo ofrezca todo lo que tengo", manifestó Aurora Muñoz.

Pero no solo las familias de la capital se ofrecen. Sindicatos, instituciones humanitarias y organizaciones están dispuestos a tender la mano al gobierno central para que esta acogida sea "lo más organizada posible", resaltaron desde el sindicato CCOO.

En los primeros siete meses del año, más de un millar de personas de nacionalidad siria han pasado por el Centro de Migraciones de Cruz Roja en Puente Genil. Concretamente, a lo largo de esta semana el centro ha recibido a más de 50 personas. "De momento, no tenemos problema por falta de material o habitaciones porque los refugiados se quedan aquí poco tiempo, su interés no es quedarse en España", relata Rosa Flores, directora del Centro de Migraciones en Puente Genil. La institución humanitaria proporciona organización, acogida y asesoramiento a estas familias. Talleres de castellano, conocimiento del entorno, gestión de viajes y la escolarización de los más pequeños son, entre otras, las actividades que ofrecen desde el centro. Córdoba está preparada. La provincia tiene los medios necesarios. Todo puesto a disposición de los refugiados para que salir con lo puesto y dejar atrás a seres queridos y pertenecias, hasta ese momento imprescindibles, sea más amena.