Córdoba

"En Córdoba todo arranca a la tremenda pero las cosas se terminan desinflando" "IU está en el límite y tiene que dejar de ser Peter Pan, debe crecer"

  • Aunque su principal reto es el desarrollo de los grandes proyectos de la ciudad, se muestra cauto cuando habla de su ejecución porque, reconoce, en otros momentos se ha pecado de "optimismo" y "voluntarismo"

Durante una hora y cuarto de conversación, el móvil de Andrés Ocaña sólo suena en dos ocasiones y en ninguno de los casos responde a la llamada. Eso denota cambios. En otras etapas, el teléfono no habría parado de llamar y el entrevistado no habría podido eludir hablar con su interlocutor. Él mismo lo reconoce. Desde que se dedica exclusivamente al Urbanismo de la ciudad "estoy más tranquilo". Está apartado de la batalla política diaria, "dando así paso a otros compañeros", y anda inmerso en montañas de expedientes que no para de firmar y en su gran reto: que los proyectos que llevan gestándose años vean, por fin, la luz.

-Otra Navidad que celebramos sin ver ni una sola piedra del Palacio del Sur, del Aeropuerto o del recinto ferial. ¿Cree que la gente confía en ustedes cuando les aseguran que se van a hacer realidad?

-En las últimas semanas hemos dado pasos decisivos para que, precisamente, la gente no piense que son irrealizables. Son proyectos complejos, que requieren tiempo para su planificación y diseño y para que se capten los recursos para su financiación.

-Pero la decisión de tener un centro de congresos adecuado se remonta una década.

-De acuerdo, pero los pasos decisivos empiezan en 2004, cuando se adjudica el proyecto. En 2005 ya lo teníamos y en 2007 estamos dedicados a cumplir el requisito de la financiación, sin olvidar que hemos pasado por una innovación de plan. En algunos momentos hemos sido excesivamente optimistas al pensar que las dificultades se iban a resolver más rápido. Sea como sea, yo soy un firme defensor del Palacio del Sur, porque es excepcional para Córdoba y su futuro.

-Aseguran que la financiación estará perfilada a final de año. ¿Tienen una fecha para el inicio del proyecto?

-Me quiero curar en salud. De ser excesivamente optimista ahora soy excesivamente prudente. Lógicamente, en 2008 se iniciará la obra.

-¿En qué mes?

-Es prematuro concretar, pero sé que todas estas polémicas y sinsabores quedarán en el olvido cuando tengamos el Palacio del Sur.

-Con la inversión que ha sumado la Administración central cambia el escenario de la financiación, tanto que lo previsible es que el Ayuntamiento tendrá que pagar una parte del Palacio. ¿Dónde ha quedado aquello del coste cero?

-Posiblemente fue una afirmación muy voluntarista. Eso es pasado y si para resolver la financiación y que se inicie la obra tenemos que aportar algo, pues se hará.

-¿Esperan que el compromiso de Industria esté, al menos, cercano a los 12,5 millones de euros de la Junta?

-Nuestro objetivo es obtener la mayor cuantía posible de las administraciones, porque mientras más alta sea menos tendrá que poner el Ayuntamiento de esos 35 millones. Fijar una cuantía de antemano sería equivocarse.

-A la Diputación ya no hay manera de sumarla al proyecto, ¿no?

-Para el Palacio del Sur no ha sumado esfuerzos, pero sí tiene que hacerlo en el recinto ferial, donde estamos obligados a exigirlo.

-Por cierto, un recinto ferial para el que la Junta no ha aportado nada en sus presupuestos de 2008. ¿Ha sido un jarro de agua fría?

-Se prevé que incorporen una partida y lo que nos importa es la intención de la Junta de participar en un proyecto en el que nos centraremos una vez esté proyectada la ejecución del Palacio del Sur.

-Veo que defiende la actuación de la Junta. ¿Ha notado un cambio de actitud del Gobierno de Chaves con Córdoba desde que ustedes han pactado con el PSOE?

-Siendo justo tengo que decir que la actitud no ha cambiado. Lo que sí ocurre es que en el ámbito político local hoy es más fluido el desarrollo de los proyectos y eso facilita las cosas, porque no es igual proponer a la Junta una iniciativa que nace con consenso que si no lo tiene.

-En cuanto al Aeropuerto, está en pista de despegue, nunca mejor dicho, pero el camino no ha sido fácil, tanto que durante un tiempo a usted se le cambiaba el rictus cuando se refería a la ampliación.

-Hay que entenderlo en el contexto de cómo es esta ciudad, donde cualquier proyecto se magnifica. En Córdoba todo lo que se plantea tiene un arranque a la tremenda, pero las cosas se terminan desinflando. En el Aeropuerto se ha entrometido una plataforma que ha intentado frenar el proyecto con argumentos poco científicos, como el medioambiental. AENA tiene que elaborar un plan de expropiaciones y ahí se fijará el coste. A partir de ese momento se ofertará un acuerdo a los propietarios por el que tendrían el 50 por ciento de la tasación a la firma del mismo, y el restante al entregarles las llaves de las viviendas. Entiendo que más alla de discrepancias iniciales, el sentido común se impondrá y los vecinos entenderán la necesidad de ampliar el Aeropuerto en un marco en el que se les resarcirá.

-¿Se mantiene el calendario de dos años para su puesta en funcionamiento?

-Si todo va con normalidad, sí.

-En cualquier caso, ¿alguien tendrá la culpa de tantos y tantos retrasos en estos tres proyectos esenciales para la ciudad?

-El problema es que son proyectos que para su desarrollo requerían un consenso político que en la Corporación anterior no se dio. Ahora tenemos un gobierno con mayoría absoluta y eso facilita que las cosas se resuelvan con más agilidad.

-Esa predisposición al entendimiento se ve en esta casa -la Gerencia-, donde usted pasó malos ratos en el anterior mandato a raíz de la denuncia del PSOE de supuestos tratos de favor en Urbanismo. Ahora que son sus socios, ¿ya se han desvanecido las sombras de irregularidades?

-Viéndolo como algo pasado, fue duro porque me veía acusado sin pruebas, pero hemos dado una lección democrática y se ha visto que el urbanismo se hace con legalidad, más allá de las infracciones urbanísticas. Algunos fueron más allá de la lógica dialéctica política entre el gobierno y la oposición.

-Habla de infracciones y en esta ciudad una de las más sonadas ha sido la construcción de naves ilegales en la Colecor. ¿Qué le parece que el CREA haya rebajado 1,8 millones la multa a Rafael Gómez?

-El CREA ha cumplido con sus funciones, y hay que aceptarlo. En cualquier caso, en este país tienen que pasar varias generaciones para que nos mentalicemos de que hay que cumplir las normas, también en el urbanismo, y hay que desterrar esa cultura de si no nos pillan.

-Urbanismo ya ha encargado el estudio de viabilidad del tranvía. ¿Será uno de esos proyectos que se unirán a la Córdoba del futuro que tanto se les escucha vender?

-Ante todo es una apuesta política importante porque el desarrollo que impulsamos a todos los niveles requiere criterios de sostenibilidad. En el ámbito del transporte iremos por mal camino si no introducimos elementos ecológicos y con escaso impacto urbanístico. El modelo de Sevilla de poner un testigo en el centro no nos vale. Queremos ser más eficaces, cubriendo un trayecto que sea demandado y a partir de ahí desarrollar el resto.

-¿Han conseguido frenar el fenómeno de la fuga de empresas, un término que usted siempre ha intentado evitar?

-Sólo he intentado desenmascararlo, porque aquí no ha habido fuga de empresas. Únicamente he recogido cinco casos desde que se viene hablando de esto, pero no se decía que venían 50.

-Pero habrá que ser autocríticos, porque suelo industrial, lo que se dice suelo industrial, se ha planificado poco.

-Es verdad, pero lo estamos haciendo ahora, aunque el vacío de ese tiempo, lógicamente, se nota. Ahora se están captando empresas, como Remosur, Ciudad Mercedes o Decathlon, y el suelo industrial de titularidad municipal ubicado en la Carretera de Palma ya está prácticamente adjudicado.

-¿Y qué hay de esa afirmación de que los empresarios no invierten en Córdoba porque gobierna IU?

-Eso es un mito urbano y un mensaje desconectado de la realidad. IU le debe mucho a Córdoba, pero también Córdoba a IU, porque ha puesto a sus mejores hombres y mujeres al frente de responsabilidades para que la ciudad progrese.

-¿Tiene más respiro desde que dejó la portavocía del Grupo Municipal después de las elecciones?

-Sí. Yo asumí desde 1995 responsabilidades políticas y de gestión importantes, y en situaciones de límite, donde el escenario de trabajo que uno se ha echado a la espalda ha sido muy fuerte. Era el momento de dar el paso a otros compañeros.

-¿Tejada es un buen portavoz?

-Sí, tiene experiencia y capacidad.

-La permanencia de Rosa Aguilar en Córdoba es ya un tema recurrente. ¿Se ve como su sucesor?

-Aunque todos somos seres humanos y podemos cambiar las decisiones, está claro que en este mandato tenemos el compromiso que tenemos con este ciudad, y yo no soy capaz de pensar qué haré dentro de cuatro años.

-Se lo preguntaré de otro modo. ¿Le gustaría ser alcalde?

-No me lo planteo ahora, pero a cualquier persona le resultaría amable la idea. Cuando llegue el futuro, ante situaciones que se podrán dar o que se darán, habrá que pensar lo mejor.

-¿Su intención es agotar el mandato?

-Lógicamente. Las guerras psicológicas que algunos quieren plantear, desarrollando rumores, son un componente de la política local. Son comentarios interesados.

-¿A qué rumores se refiere? ¿Hay quien le quiere jubilar?

-Bueno, bueno... (risas).

-¿Cómo ve el escenario provincial de IU una vez que ha dimitido Centella y a las puertas de elegir a su sucesor?

-Estamos en un proceso de transición hacia un refuerzo de la vida interna y de sus referentes y creo que en Córdoba lo vamos a conseguir. Hay que garantizar una presencia de todos para que se pueda dar una convivencia política.

-¿Ha sido difícil convivir en IU en los últimos tiempos?

-Ha sido difícil, pero no por las personas, sino porque no hemos fortalecido los órganos, lo que nos ha llevado a una situación de debilidad interna fuerte que se vio en las municipales. En cualquier caso, es responsabilidad de todos.

-¿Es usted de los que cree que o las cosas cambian ya en IU o están condenados a desaparecer?

-IU ha llegado al límite y tiene que dejar de ser Peter Pan, debe crecer. Tenemos que creer en nosotros mismos y tener un perfil político propio. Dentro de IU no puede haber una fuerza que quiera tener presencia política compitiendo con las propias siglas. Estoy convencido de que esta organización es necesaria para el ejercicio de la pluralidad política en el país y para ser ese gran movimiento arco iris, pero para eso tienen que cambiar las cosas, respetar las decisiones colectivas y dejar de ser una jaula de grillos, porque la gente pensará que si no nos ponemos de acuerdo nosotros cómo vamos a gobernar. Hay que pasar de las palabras a los hechos, porque llevamos siete años hablando sin hacer nada, sin un mensaje nítido y único, y sin desterrar hábitos actuales.

-¿Estima que Rosa Aguilar debería haber dado un paso adelante y asumir el protagonismo?

-Nunca he tenido la menor duda de que es uno de nuestros principales referentes, pero por encima de todo Rosa tiene un compromiso con Córdoba.

-¿Serán las elecciones de marzo el punto de inflexión para ver qué pasará con IU en el futuro?

-Está claro. No podemos seguir con la situación de indefinición, falta de perfil político, intranquilidad interna y falta de proyectos que nos han llevado al límite.

-Si la casa se cae, ¿se apuntaría a algo distinto a IU?

-Si llega un momento que no es posible poner en pie algo, hay que seguir para adelante. No obstante, soy un firme convencido de que IU tiene futuro, pero, claro, con el marco actual está muy difícil, por lo que o ponemos los mimbres reales o vamos a estar en crisis permanente.

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