La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a 30 años de prisión a M. B. S., el hombre acusado de abusar sexualmente de sus hijos y de maltratar a otro menor (hijo de su mujer); al tiempo que ha condenado a su mujer a cuatro años de cárcel por ser cómplice de estos hechos. Concretamente, el fallo determinada que el acusado cometió un delito contra la indemnidad sexual de su hija, con agravante de reincidencia, por el que se le condena a 15 años; otro de igual rango sobre su hijo, por el que se le condena a 12 años y uno más de maltrato habitual sobre el hijo de su pareja sentimental, por el que se le condena a tres años. Además, no podrá acercarse ni comunicarse con sus hijos por un tiempo de 25 años, así como del otro menor, por un plazo de cuatro años. Contra la mujer, M. A. C. P., se imponen penas de un año y diez meses, otra de un año y diez meses y una más de cuatro meses por considerarla cómplice de los hechos ejecutados por su marido; todos ellos con la atenuante de "miedo insuperable", según expone la sentencia. El condenado tendrá que pagar indemnizaciones por valor de casi 11.000 euros, y ella deberá abonar otras tantas por unos 3.000 euros.

Según se recoge en la sentencia, se da por probado que el procesado, de 42 años, y la procesada, de 29, eran matrimonio y "en años anteriores a 2015", vivían en una casa de Lucena junto al hijo menor de ella, de unos nueve años en el momento de los hechos, y los cuatro hijos comunes de ambos, de entre nueve y dos años. Al respecto, los magistrados señalan que las relaciones entre los distintos miembros de la familia estaban "dominadas" por el acusado, quien "imponía su voluntad y criterio continuamente, a veces bajo intimidación".

El procesado, "de manera reiterada durante el día y la noche y cuando otros miembros de la familia no estaban presentes, tratando de satisfacer sus deseos sexuales", violó a su hija de unos seis años, en este caso se trata de n delito contra la indemnidad sexual de su hija menor "con acceso carnal sin violencia o intimidación y en el que concurre la agravante de reincidencia". La menor tuvo que ser intervenida quirúrgicamente de manera "urgente", tras lo cual quedó ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) pediátricos. Se emplearon 30 días en su curación, de los que seis de ellos estuvo en el hospital y 15 estuvo impedida para su actividad normal. Durante esas mismas fechas, en el mismo domicilio y "de manera repetida, tratando igualmente de satisfacer sus deseos sexuales", el acusado cometió conductas sexuales sobre su hijo, de unos cinco años. También, en ese mismo tiempo, "de manera reiterada", el acusado agredió al hijo menor de su pareja instándolo a pelear con otros niños, obligándole a sustraer cosas, imponiéndole castigos vejatorios -como no cenar, romperle juguetes o dormir en el balcón-, insultándole y humillándole delante de otras personas, dándole además "un trato sustancialmente diferente al que le daba a los demás hermanos".

Entretanto, los jueces indican que la procesada "conocía las practicas sexuales que su marido llevaba a cabo con los menores", así como "el trato degradante que continuamente" le daba a su hijo. Sin embargo, "no reaccionaba para evitarlos por el miedo poderoso que sufría, dado que él la tenía dominada, sometida y amenazada", según se explica en la resolución judicial.