Córdoba

Comidas de Navidad, regresa con fuerza la tradición perdida

  • Las empresas empiezan a recuperar la costumbre de invitar a sus empleados por estas fechas a cenas y almuerzos de convivencia

  • La mayoría de estos encuentros se producen antes de Nochebuena

Comida en la Posada del Caballo Andaluz.

Comida en la Posada del Caballo Andaluz. / Jordi Vidal

"Las personas que sólo comparten momentos o vivencias en el trabajo tienen, por norma general, una relación mecánica, por lo que en estas celebraciones pueden adentrarse en otro ámbito y contribuyen a asimilar que conforman un grupo social, lo que añade un valor emocional al individuo". Estas palabras la pronuncia el catedrático de Psiquiatría Jaime Rodríguez Sacristán al ser preguntado por las comidas de empresa. Por lo tanto, si un experto en la materia lo dice, será verdad. Eso sí, para que los compañeros de trabajo se vean en un ambiente distinto al de la oficina tiene que, primero, llegar este momento del año. Se trata de una tradición que únicamente (habrá alguna excepción) se celebra en estas semanas navideñas. Es a mediados de diciembre cuando los trabajadores comen o cenan (en su mayoría la primera opción) siempre invitados por la propia empresa, o al menos así lo marca la tradición.

Lo que ocurre es que durante la crisis este hecho tan arraigado empezó a perderse. La recesión no pasó por alto absolutamente nada y la mayoría de negocios con un número más o menos alto de trabajadores (al menos los necesarios para llenar una mesa de cuatro en un bar) prescindieron de esta celebración que tan buenos momentos ha dado a más de un empleado.

Pero como apuntan la mayoría de los sectores, esa crisis se ha acabado, por lo que ahora lo que toca es recuperar esas cenas y esos almuerzos y volver a hacer piña (o al menos a intentarlo). Durante estos días, y hasta los días 22 y 23 de diciembre, no resultará raro ver las terrazas y los restaurantes prácticamente llenos a la hora de comer, casi siempre a finales de semana (sobre todo los viernes). Las comidas de empresa han vuelto con fuerza, tras iniciar una recuperación en el año 2015, y siempre es bueno comer un menú decente si te invitan. Porque aquí está la clave, quien paga es el jefe (o la empresa) y de no ser así, no se trata de una verdadera quedada de este tipo. Pero como la crisis llegó como llegó, había quienes no querían perderse ese día de distracciones con los colegas de trabajo, por lo que mantuvieron las comidas introduciéndole una nueva variante: pagar cada uno su cubierto.

Ahora vuelve lo primero, el ser invitado, el reconocer el trabajo del empleado con quien apenas se cruza un saludo de buenos días y hasta luego, o a quien apenas se tiene tiempo de preguntarle qué tal la vida.

Como explica Alberto Rosales, presidente de Córdoba Apetece y propietario del grupo de restauración Puerta Sevilla, "las empresas llegan ya de la salida de la crisis" y se animan a congregarse en estas reuniones sin corbata. Rosales, que organiza comidas de este tipo en los tres restaurantes del grupo (Puerta Sevilla, Posada del Caballo Andaluz y La Viuda), cuenta, como ya se ha dicho, que "a nadie le disgusta que le paguen la comida" y si a eso se le suma ese rato de charla sin pantalla de ordenador de por medio, mucho más que mejor. En cuanto a los días de más aglomeraciones en las mesas con estos almuerzos, el empresario cuenta que siempre son antes del día 24 (Nochebuena) y sí que hay alguna a partir del 26, pero "muy pocas". Y siempre, menú cerrado.

Son pocos aquellos que en un almuerzo de empresa van a carta, es decir, que eligen un plato en el momento (este método se usa, mayoritariamente, en comidas con muy pocas personas). La mayoría de las empresas conciertan con los restaurantes un menú que en su mayoría se sitúa entre los 20 y los 30 euros. En este caso, la mayoría suele incluir entrantes a compartir: jamón, queso, tortilla o croquetas son los clásicos, pero la cocina moderna también aparece en otros menús como algunos que incluyen makis de atún con salsa de soja o gyozas japonesas. Lo siguiente sería el plato principal que va desde carrillada ibérica hasta flamenquín, pasando por algún que otro pescado (siempre menos presente que la carne) y también con algún guiso (el perol de arroz suele triunfar también). El postre, por supuesto, también va incluido, como incluidas van las bebidas. Lo que viene después suelen ser las copas, que pueden alargarse más o menos, y que nunca (o casi nunca) se incluyen en el menú; aunque hay restaurantes que suelen hacer precio. Sobre este hecho, el de beber alcohol en la comida de empresa, Rodríguez Sacristán vuelve a pronunciarse y advierte que beber alcohol "puede inducir a comportamientos que alteren la correcta convivencia entre los compañeros y que la incidencia que se produzca en este encuentro se traslade luego al trabajo", así que mejor tener cuidado.

También los hay que delegan en otras empresas para que les organicen la comida. Ponerse de acuerdo en un día exacto para coincidir parece fácil, pero nada más lejos de la realidad. Hay algunos que derivan esta decisión en otros que además buscan los menús más adaptados al precio que está dispuesta a pagar la empresa y que ya de paso añaden más cosas al pack. Éste es el trabajo de Rocío Sánchez, de Social Eventos Córdoba, que entre otras cosas, también organiza las comidas de empresa en esta época del año y que ha hecho un estudio de mercado con la mayoría de comercios de restauración de la ciudad. "El objetivo es que el grupo tenga un día bonito", comenta esta empresaria que en los paquetes que ofrece, aparte de la comida, también incluye música en directo, por ejemplo (el flamenco es el género favorito durante esta época). Tiendas de ropa, hospitales e incluso instituciones oficiales (como la Diputación) han contado con los servicios de Social Eventos Córdoba para su quedada navideña en restaurantes como Hangar o Doble de Cepa porque sentarse en la mesa (del restaurante) y disfrutar no tiene precio.

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