Medallas de la ciudad | reconocimiento a la labor profesional y social

El juez Castro dedica su distinción de Hijo Predilecto al "visceral ataque" al Caso Nóos

  • El Ayuntamiento entrega las distinciones de la ciudad en un acto en el Teatro Góngora marcado por un tono reivindicativo del papel de la mujer

El juez Castro recoge el reconocimiento de Hijo Predilecto de Córdoba

"Visceral ataque de personas y altas instituciones del Estado que, usando recursos legales estrenados para la ocasión, arremetieron contra un acto de normalidad procesal. El premio se lo dedico a estas instituciones". El premio, ser Hijo Predilecto de la ciudad de Córdoba. El reconocido, el juez José Castro, instructor inicial del Caso Nóos, que acabó con la condena de Iñaqui Urdangarin y que procesó, por primera vez en la historia, a un miembro de la Familia Real, la infanta Cristina. Con un discurso irónico y crítico, el magistrado cordobés, que reside desde los años 80 en las Islas Baleares, recogió de manos de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, una distinción que se acompañó del resto de nombramientos que la Corporación Municipal otorga a aquellas personas e instituciones que contribuyen a engrandecer a la sociedad cordobesa. Así, gran parte de los agradecimientos del juez Castro se centraron en el citado caso, el que el magistrado instruyó al igual que "centenares" de procedimientos más. La novedad, como él mismo puntualizó, venía de ese "visceral ataque" que su trabajo sufrió. "El mérito, haber sobrevivido a tanto desbarajuste sin perder la compostura y créanme, a veces me ha costado", concluyó Castro para añadir: "Ya saben que el asesino no fue el mayordomo, tampoco fue el ama de llaves y parece ser que iba por el tema del juez instructor".

Los aplausos interrumpieron así en varias ocasiones las palabras del último Hijo Predilecto nombrado por el Ayuntamiento. Pero no fueron los únicos que se escucharon anoche en el Teatro Góngora, donde el acto protocolario contó con la presencia de la Corporación Municipal al completo, así como la de la delegada de la Junta, Rafaela Crespín, el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, o el obispo, Demetrio Fernández.

Andrés Ocaña fue nombrado, a título póstumo, Hijo Adoptivo de la ciudad

De entre todos los reconocidos, una decena, sólo faltó el jugador de baloncesto Felipe Reyes, Medalla de Plata de la ciudad, que dentro de toda la polémica surgida por su ausencia ha anunciado que recogerá la distinción en un acto futuro. Controversias aparte, la alcaldesa anunció antes de que el acto diera comienzo que se trataba de una "tarde importante para la ciudad" y quien destacó cada uno de los valores de los reconocidos, porque éstos "son ejemplo", además de "variados". Acerca de las molestias generadas por distinguir entre Medallas de Plata y de Oro, Ambrosio anunció que el Consistorio trabaja ya en modificar un reglamento que no ha variado un ápice desde que se firmara en el año 1962, y que casi con total seguridad igualará los honores dejando las medallas simplemente en eso, medallas.

Decenas de representantes de la sociedad cordobesa, así como familiares y amigos de los premiados, se dieron cita en el Teatro Góngora. La primera distinción fue para la profesora de Derecho Eclesiástico del Estado Amelia Sanchís, Medalla de Honor, referente además en el estudio por la igualdad de género. Sanchís reconoció que este nombramiento es un "reconocimiento colectivo" a todas las personas e instituciones con las que ha trabajado durante los 36 años de su carrera profesional. Nombró a Amnistía, a Cruz Roja y a la Plataforma Mezquita-Catedral, entre otros, y reivindicó el trabajo desde "el humor, el compromiso y la lealtad".

A Sanchís la siguieron tres mujeres más. Fueron así unas distinciones que reivindicaron el papel de la mujer en todos los ámbitos, el científico, el universitario, incluso el vecinal. Este último vino de la mano de Magdalena Díaz, Medalla de Plata de la ciudad y uno de los mayores estandartes de la asociación de vecinos Cañero Nuevo. Díaz hizo un breve repaso por toda la lucha vecinal del tradicional barrio y recordó la importancia de la participación de los ciudadanos "para la solución de sus problemas". Además, en su discurso introdujo un mensaje muy claro: "Las mujeres somos imprescindibles, imprescindibles", recalcó, "en la humanización de una sociedad que se desangra". Agradeció la distinción, como no podía ser menos, a los vecinos de Cañero por "el apoyo, el cariño y la fuerza".

La bailaora Blanca del Rey introdujo poesía en sus palabras al recoger la Medalla de Oro la cual, afirmó, es "especial" porque "me la ha dado la tierra madre que es Córdoba". Reconoció además que su ya famosa Soleá del mantón se inspiró en la ciudad y concluyó: "A veces, leyendo a Lorca, veo a Julio Romero de Torres".

La última mujer premiada, la aerobióloga Carmen Galán, también Medalla de Oro y Medalla de Andalucía, pidió en sus palabras más reconocimiento a la mujer en el mundo científico y apuntó que "aunque hoy contamos con un importante avance en el papel de la mujer en la ciencia, éste es lento". Con ello, criticó los "estereotipos" que han ocultado ese papel y recordó que buscar soluciones siempre "enriquece".

Las otras dos Medallas de Oro fueron para José Suárez de Lezo, fundador de la Unidad de Cardiología del Hospital Reina Sofía y para la cadena de radio COPE Córdoba, que este año cumple su 50 aniversario. Suárez de Lezo agradeció a todos esos cordobeses "que escuchan con tanto afán a las asociaciones de pacientes" (son éstas las que propusieron al cardiólogo para la distinción) y dedicó la Medalla a Aspacacor, la Asociación de Pacientes Cardíacos de Córdoba y Provincia. Por su parte, el director de COPE Córdoba, Gabriel López, recordó el trabajo de todo el personal que a lo largo de este medio siglo ha pasado por la cadena, desde periodistas hasta todo el personal que compone el medio.

El apartado de la entrega de distinciones como Hijo Adoptivo trajo la nostalgia y la nota emotiva por el nombramiento, con esta distinción, a Andrés Ocaña, exalcalde de Córdoba y fallecido el pasado mes de marzo. Fueron sus hijos, Andrés y Álvaro, y la que fuera su compañera de Corporación Rosa Candelario quienes subieron al escenario para recibir el aplauso cariñoso del público. Su hijo Álvaro pronunció un discurso con el que recordó la labor que hizo Ocaña por Córdoba y quien insistió: "Esta ciudad fue su vida". Reconoció el "carácter temperamental" del político, pero también su apuesta por el diálogo, su comprensión de las posiciones de los demás y su poco cariño por homenajes como el de ayer. "Para él, Córdoba fue una obligación", insistió Álvaro Ocaña, quien concluyó sus palabras con "un buen hijo para una gran madre".

También fue nombrado Hijo Adoptivo Fray Carlos Romero, fundador de las Hermandades del Trabajo que, nacido en Puertollano (Ciudad Real), lleva viviendo 64 años en Córdoba. Con este reconocimiento, afirmó Romero, "ahora soy hermano de todos los cordobeses".

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