día de las personas sin hogar | balance anual de atención social

Cáritas atiende a casi un 8% más de personas en su Casa de Acogida

  • El centro Madre del Redentor recibe a 1.040 usuarios a lo largo de 2016

  • Hombre, de entre 45 y 60 años, sin lazos familiares y estudios primarios es el perfil mayoritario de los usuarios

Una de las trabajadoras de la Casa de Acogida Madre del Redentor, ayer durante la preparación de los menús.

Una de las trabajadoras de la Casa de Acogida Madre del Redentor, ayer durante la preparación de los menús. / jordi vidal

Varón, de entre 45 y 60 años y sin apoyo familiar. Ese es el perfil de las personas que acuden a la Casa de Acogida Madre del Redentor que gestiona Cáritas, un centro que a lo largo del año pasado recibió a 1.040 personas, frente a las 965 de 2015, lo que representa un incremento del 7,7% en este periodo de tiempo.

Estos son algunos de los datos que ayer expuso el gerente del programa Personas Sin Hogar, José Luis Rodríguez, durante la presentación del balance anual de este centro, que se puso en marcha en 2001, en el que trabajan una docena de personas y que cuenta con un presupuesto que ronda el medio millón de euros cada año. Rodríguez especificó también que el 86% de las personas atendidas han sido hombres, frente al 14% de mujeres. El tiempo sin domicilio fijo de todas estas personas que acuden al centro de la calle Familia Annea oscila entre menos de un año -un 21% de los casos-; entre uno y dos años -46%-; de dos a cinco años -14%-; y con más de cinco años un 19% de los casos. Según los mismos datos, el 62% son de nacionalidad española y un 38% de procedencia extranjera. Rodríguez apuntó que el 31% son solteros, el 7% están casados, mientras que un 61% se encuentran separados o divorciados. En el caso del nivel de estudios, un 16% de ellos tiene formación de Educación Primaria, mientras que un 61% cuenta con estudios de Secundaria.

En el centro se atienden a 40 personas que residen durante todo el día y a otras 40 que llegan sólo para dormir, en un edificio anexo. Y es que la mayor parte de personas que acuden a la casa no tienen medios, lazos familiares ni sociales, están sin vivienda y tampoco tienen trabajo o contrato que les permita ni siquiera acceder a un alquiler. Allí se les ofrece alimento y alojamiento, pero también se les ayuda a buscar empleo y a la inserción laboral para que puedan normalizar su vida. Por ejemplo, de todas las personas atendidas a lo largo del pasado año, hasta 273 iniciaron procesos de búsqueda de empleo y de recuperación de sus familias y, según añadió Rodríguez, ha habido 97 "casos de éxito. A su juicio, todos estos datos "encarnan vida".

En su intervención, el gerente del programa también aludió a que el "denominador común" de quien acude a la Casa de Acogida Madre del Redentor es "la ausencia de vivienda y escasos lazos familiares". También reconoció que en los últimos años "cada vez acuden más personas con problemas de adicción o patología dual, además de enfermos que necesitan atención sanitaria". No se olvidó tampoco de que hasta las instalaciones también llegan mujeres que son, a su juicio, "más vulnerables". Por ello, recordó que uno de los objetivos de este programa es mostrar que estas personas "crean en sus capacidades y puedan tener una salida digna". Rodríguez también lamentó los problemas a los que se enfrentan, como "la vulneración de derechos fundamentales por limitaciones como que no están empadronados" o no puedan acceder a los servicios públicos de salud. Por ello, hizo un llamamiento a las administraciones públicas para que promuevan reformas estructurales "que garanticen el acceso al derecho humano a una vivienda digna y adecuada, así como un mayor compromiso con las personas más vulnerables de la sociedad".

El balance anual de este centro forma parte de los actos programados con motivo de la celebración este domingo del Día de las Personas Sin Hogar, bajo el lema Somos personas. Tenemos derechos. Nadie sin hogar, según expuso la coordinadora de Acción Social de Cáritas, María Calleja, quien afirmó que "ninguna persona debería vivir así". Explicó también que la mayor parte de las personas llegan a la Casa de Acogida "por derivación de parroquias" o simplemente "porque vienen hasta aquí". En el centro, continuó, "tienen un lugar para cubrir sus necesidades básicas y podemos arreglar la situación". Una vez que llegan, las personas conocen las dependencias del centro y se reúnen con el equipo técnico para abordar cada caso. Hasta el momento, no hay una limitación de tiempo establecida, es decir, que pueden permanecer hasta que encuentren un trabajo o, por ejemplo, reciban una prestación social y tengan una vivienda en la que residir. Para Calleja, "la búsqueda de vivienda es diferente, ya que en muchos casos requiere disponer de un contrato de empleo". Por ello, las estancias pueden ir desde apenas tres o cuatro días o superar el año. No obstante, añadió que "muchos salen con una prestación económica y empiezan a vivir en habitaciones de pisos compartidos". Gran parte de ellos encuentran trabajo como cuidadores de personas mayores, algo que esta trabajadora de Cáritas destacó, si bien, señaló que "muchos no son empleos estables".

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