Contrapunto

Dulce historia con rúbrica de papel

  • Dos hijos del fundador de La Campana (1885) fueron hermanos mayores de Montesión y la Soledad de San Buenaventura

  • Adolfo Ferrer, de la Papelería de 1856, lo fue de la Estrella

José Antonio y Borja Hernández, primos hermanos y bisnietos del fundador de La Campana, en el balcón de la confitería.

José Antonio y Borja Hernández, primos hermanos y bisnietos del fundador de La Campana, en el balcón de la confitería. / reportaje gráfico: víctor rodríguez

Un viaje de ida que nunca se hizo a las Américas. Un viaje de vuelta de las Filipinas. Origen de dos historias del siglo XIX que siguen asombrando en el siglo XXI. Historia dulce con rúbrica de papel en una Campana que debe el nombre a la campana que antiguamente estaba en un almacén y que sonaba en caso de incendio. Rosa de los vientos de las cofradías antes de la carrera oficial. Rubicón del espacio, como el Miércoles Santo del tiempo.

La Campana estrenó el obrador y al final de la Semana Santa 2017 le quitaron los veladores

"La Campana es más antigua que la Torre Eiffel y que la Estatua de la Libertad". Lo dice Borja Hernández (Sevilla, 1964), uno de los dos responsables de la histórica pastelería, que comparte el timón con su primo José Antonio Hernández (Sevilla, 1980). En la oficina de la primera planta hay una fotografía fundamental. El conde de las Natillas aparece entre los padres y los abuelos de estos primos hermanos. La segunda y la tercera generación. José y Carlos Hernández Nalda, abuelos de José Antonio y de Carlos, respectivamente. Y José Antonio Hernández Tierno y Carlos Hernández Requejo, hijos de aquéllos y padres de los propietarios. La historia la inicia un gaditano de Rota, Antonio Hernández Merino, que en noviembre de 1885 volvió a España desde Filipinas, ya casado con Margarita Nalda, hija de un médico tagalo, y abrió la pastelería trabajando con la técnica de los dulces árabes.

Tuvieron ocho hijos. Uno de ellos, Eduardo Hernández Nalda, fue presidente del Betis hace justamente un siglo. Otro, José, cogió el testigo pastelero. Un tercero, Carlos, fue convencido para que se olvidara de una vez de los estudios de Ingeniería en Madrid y se incorporó al negocio. El 9 de febrero de 2017 inauguraron el nuevo obrador de Santiponce. El 18 de abril de ese año, el Ayuntamiento les retiró los veladores. Una mezcla, dice Borja, de "unos técnicos un poquito radicales y unos políticos poco sensibles". Unos veladores donde Pérez-Reverte tomaba notas para La piel del tambor y que eran la oficina informal de Manuel Garrido, autor de las Sevillanas del Adiós.

Dos hermanas de la Cruz, blanco y negro de clasicismo por la Campana. Dos hermanas de la Cruz, blanco y negro de clasicismo por la Campana.

Dos hermanas de la Cruz, blanco y negro de clasicismo por la Campana.

Los abuelos de Borja y de José Antonio fueron hermanos mayores de Montesión y de la Soledad de San Buenaventura. Borja recuerda que cuando pasaban esas hermandades, un camarero salía con dos bandejas de torrijas. "Esa costumbre se perdió porque los faldones se manchaban de miel". Carlos, el hermano de Borja, murió en un accidente de tráfico. Él sale de nazareno en Montesión con su hija María. José Antonio es costalero de varias cofradías.

Estrella Ferrer forma parte de la cuarta generación de Papelería Ferrer. Se llama así por la Virgen de Triana. "Mi tío Adolfo fue hermano mayor". El hermano de su padre, Manuel Ferrer, que llevaron las riendas del negocio que de forma bastante fortuita abrió el abuelo de ambos, Josep Ferrer i Poch, un barcelonés que en 1856 llegó con su joven esposa, Josefa Vidal, a Sevilla, con la intención de coger un barco que les llevara a las Américas. Salía uno cada seis meses y entre tanto abrió una papelería con material que le enviaron de Cataluña. Cuando iba a salir el barco, decidieron que las Américas estaban en la calle Sierpes. La tradición cofrade la mantienen más los varones. Lucía, hija de Estrella, nació el 4 de octubre de 1982, el mes que acabó con el triunfo electoral de Felipe González. Alberto, hijo de Mari Carmen, es de 1988, sale de nazareno con la Estrella, forma con su prima la quinta generación. Arregla el escaparate de este negocio de mediados del XIX y acepta encantado un café que le trae un camarero de La Campana. Miguel, hijo de Estrella, es nazareno de la Estrella pero está trabajando en Barcelona, patria del patriarca.

Miguel Debada, en el 'destierro' del centenario quiosco de Curro. Miguel Debada, en el 'destierro' del centenario quiosco de Curro.

Miguel Debada, en el 'destierro' del centenario quiosco de Curro.

El quiosco de Curro es de 1917. Lo abrió el abuelo de Miguel Debada, hermano de Curro, que falleció en 2012. Cada Viernes de Dolores mueven de sitio el quiosco a O'Donnell esquina con Velázquez, junto a la estatua de Pastora Imperio, así bautizada por Valle-Inclán. Miguel salió de nazareno con San Benito y San Roque. Judith, su madre trianera, le planchaba las túnicas.

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