Córdoba es una ciudad que guarda multitud de rincones singulares que se pueden disfrutar en cualquier época del año. Ya sea de paso por la ciudad como turista o en el día a día, la capital cordobesa sorprende a diario con lugares de belleza cotidiana que, en la rutina del día a día, quizás pasan más desapercibidos de lo que deberían para quien acostumbra a contemplarlos. Uno de ellos es sin duda el Palacio de Orive, joya de la arquitectura civil cordobesa del Renacimiento, en la calle San Pablo y a escasos metros de él se ubica el Bar-Tapas Doña Blanca de Orive, el proyecto profesional de Fátima y Eva El Khamlichi, dos jóvenes hermanas cordobesas que han virado su futuro profesional hasta la hostelería y que para ello han elegido un lugar emblemático de la ciudad, en el que ofrecen buena comida casera y un servicio muy atento.

El pasado día 2 de diciembre abrió sus puertas este renovado bar de tapas al mando de las hermanas El Khamlichi. Fátima y Eva se embarcaron así en un reto profesional que siempre resulta "complejo" a la hora de arrancar, pero que poco a poco va aportando satisfacciones, asegura Fátima. "Poco a poco vamos ganando clientela y a pesar de que hace muy poco que hemos abierto el bar ya empieza a animarse el trabajo", apunta Fátima, la menor de las dos hermanas.

El Doña Blanca de Orive es un bar principalmente de mediodía, un lugar idóneo para disfrutar de un alto en el camino cuando uno visita el casco histórico de Córdoba. Para ello, Fátima y Eva ofrecen sabrosas tapas que el cliente puede elegir con su consumición. Por su ubicación en la ciudad, el turismo es una parte importante de la clientela que va forjando poco a poco este local, aunque también hay muchos cordobeses que ya se han dejado caer por el negocio de Fátima y Eva, y han podido disfrutar de su cocina. "Además de una cartas con las tapas que ofrecemos, también tenemos platos combinados y raciones", apunta Fátima, que define la cocina que puede degustarse en su negocio como "comida casera y de recetas tradicionales". Entre sus especialidades, el Doña Blanca de Orive destaca por "las albóndigas de carne, las croquetas de bacalao, el pollo al ajillo o al curry", según cuenta Fátima, la encargada de la cocina, que aplica poco a poco en su negocio las recetas aprendidas en la familia.

Pero no sólo al mediodía tiene bastante actividad el Bar-Tapas Doña Blanca de Orive, pues a partir de las ocho de la mañana, Fátima y Eva ya sirven desayunos para los más madrugadores, con el lunes como único día de descanso semanal.

Tanto de los desayunos como de la cocina de este negocio hostelero se puede disfrutar en un cómodo y acogedor salón o en su amplia barra. Además, a partir de enero Fátima y Eva dispondrán en su local de servicio de terraza, un atractivo más para disfrutar de uno de esos rincones singulares que ofrece la ciudad de Córdoba y que son mucho más atractivos si uno puede disfrutarlos con una buena muestra de la cocina tradicional cordobesa.