Diario de un cocinero

Marzo avanza con buenas noticias

  • Balance. El chef analiza las primeras semanas de la nueva temporada de Noor y su estancia en Bruselas por la gala Michelín de la UE

Imagen de grupo de los chefs europeos reunidos esta semana en Bruselas para la Gala Michelín

Imagen de grupo de los chefs europeos reunidos esta semana en Bruselas para la Gala Michelín

Y A estamos en marcha. El Año 1 de Noor ha comenzado. Lo hizo a inicios de mes y la primeras sensaciones son positivas, yo diría que inmejorables. Cuando uno cambia la carta y presenta nuevas propuestas siempre existe la duda por muy seguro que se esté, pero los clientes van dando su opinión y nos van confirmando que nuestras intuiciones eran buenas y que nuestra labor tiene un sentido y una recompensa. Lo que nos cuentan a ese respecto es que encuentran en esta nueva temporada una cocina más reconocible, con un sello más identificable, y ese me satisface. Platos, según me explican, más redondos, que en este caso, como ya se contó aquí mismo hace unas semanas, parten de un intento de evolucionar desde perspectivas contemporáneas el recetario y los sabores que fueron característicos de los reinos de Taifa. Una época que no tiene el esplendor de la anterior, de la etapa califal, pero que aún así mantiene esa línea y alcanza cotas importantes en las casas de mayor poder económico. Platos como el pichón asado con raíz de perifollo y aceite argán o el karim, que nosotros hacemos con pistacho, creo que representan ese espíritu y están sorprendiendo gratamente a nuestros visitantes. Sólo puedo decir que la temporada ha empezado con buen pie y eso nos transmite al equipo una gran seguridad después de dos meses de trabajo callado a la espera de estos días.

Las alegrías de Noor, sin embargo, no vienen sólo por ahí, pues también nos ha resultado muy grato y estimulante que Michelín nos haya invitado esta misma semana a la presentación de su guía en la ciudad de Bruselas, en Bélgica. Allí nos reunimos 200 chefs del Viejo Continente y fue una ocasión para conocer a otros profesionales y tomarle el pulso a la gastronomía europea. Por la mañana, antes de la presentación, se celebraron unas jornadas que sirvieron para profundizar en diversos aspectos, bajo el título de Gastrotrends. Y yo salí de allí con la sensación de que vamos por el buen camino. Allí se apreciaba, desde luego, que la gastronomía europea vive un buen momento, con muchísima gente haciendo cosas interesantes, pero también me vine con la sensación de que lo que nosotros hacemos en Noor no hay nadie que lo haga.

Lo nuestro tiene que ver con nuestra propia cultura, con eso que tanto decimos de comernos nuestra propia historia, y eso nos da una singularidad que nos hace reconocibles y nos distingue con claridad del resto de compañeros. Sin eso, pienso ahora, no creo que hubiésemos sido el único restaurante de Andalucía representado allí, donde estaban los chefs de los restaurante europeos de tres estrellas. Si nos llamaron a este evento teniendo una sola estrella, algo que tienen otros muchos restaurantes, creo que fue porque se nos valora que estamos haciendo algo diferente. Estar en Bruselas fue, en fin, una gran recompensa por el intenso trabajo, las dudas y las ilusiones que existen detrás de un proyecto como Noor, que está trascendiendo los límites de nuestro barrio y quizá de nuestra ciudad para llegar cada vez a más gente y más gente.

El balance no puede ser pues otro que el que es: muy optimista. Y eso es así porque la ilusión la mantenemos intacta y porque sabemos que ninguna de estas distinciones, por importantes o estimulantes que sean, nos pueden distraer de nuestro objetivo de ir mejorando día a día y de darle de comer a nuestros clientes cada vez mejor. Porque la gastronomía, más allá de esos brillos pasajeros, es un oficio que procede del trabajo duro y del trabajo en equipo. Ningún chef podría brillar si no tuviese detrás un amplio grupo humano que se implica, trabaja duro y juega un papel absolutamente vital en un restaurante como Noor. Ahí está la clave y ahí está el milagro de un mundo muy profesionalizado y exigente en el que en realidad no puede haber milagros que no queden en flor de un día. O sea, que en Noor seguimos trabajando y así habrá que seguir en un futuro que esperamos se mantenga repleto de buenas noticias y alegrías tal como ha ocurrido hasta el día de hoy.

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