El sector de las cervezas artesanales ha experimentado un gran crecimiento en Córdoba en los últimos años. Hace apenas un lustro la producción alternativa de esta bebida era prácticamente inexistente, pero tan sólo han hecho falta unos años para que surjan cerca de una decena de productores que están abriendo el mercado local y exportando el nombre de Córdoba. Aunque cada productor y marca trabaja de manera diferente, todos ellos tienen una cosa en común: el mimo en la elaboración de un producto que para conservar su etiqueta artesanal se produce sin ningún tipo de químicos y con una receta simple: lúpulo, levadura, cebada y agua. Cuatro elementos que conforman cervezas de diferentes sabores y aromas, todas bajo el sello de Córdoba.

Uno de los impulsores de la cerveza artesanal en Córdoba fue Cervezas Califa, cuyo proyecto arrancó "hace cuatro años como un recurso para el autoempleo", según cuenta Alejandro Díaz, uno de los dos socios de esta marca que además tiene sus propios locales en los que ofrece su cerveza. En apenas cuatro años, Califa ha pasado de ser el proyecto de dos amigos a tener 15 empleados y de producir 200 litros semanales a los actuales 6.000. Su secreto: la fabricación propia y la asociación de su marca con Córdoba, lo que le permite hacerse fuerte a nivel local.

Estos productores, además de apostar por una cerveza de primera calidad, llevan consigo un modelo de trabajo alternativo al de las grandes marcas. De ese compromiso social nació Transformando, la cooperativa que elabora y comercializa, entre otras, la Bandolera, una de las marcas cordobesas más conocida. Esta cooperativa está localizada en Algallarín, y además de producir sus propias cervezas, trabajan con pequeños productores nómadas.

Tal es el caso de la Cerveza Turdetana, un proyecto nacido también en Algallarín y que pusieron en marcha tres socios. Para Alejandro Luque, uno de sus responsables, la principal preocupación es "ofrecer un producto de gran calidad". La Turdetana ha salido al mercado con una producción cercana a los 5.000 litros en su primer año y trata de abrirse paso en Córdoba -donde ya están presentes en algunos restaurantes y tiendas gourmet- como en la provincia, pero también en distintas localidades de Sevilla.

La provincia es protagonista también en el caso de la Cabbeer, producida en Montilla. Inma López es una de los dos socios que gestionan un proyecto que arrancó en 2012 y un año más tarde ya producía sus cervezas Cabbeer y Camacha, además de hacerlo para pequeños productores. Su producción, unos 4.500 litros mensuales, se vende "principalmente en Córdoba, aunque también vendemos bastante en el resto de España", según cuenta Inma.

El trabajo de estos productores ya comienza a ser reconocido a nivel nacional. Es el caso de Cordobeer, productora con raíces en El Viso cuyo responsable es Manuel Roldán, que destaca que el año pasado alcanzaron una producción de "unos 32.000 litros"; de ellos, "el 80% se vende en Córdoba". La Cordobeer acaba de alzarse con la Medalla de Oro en la I Feria de Cerveza Artesana de Vigo, un reconocimiento a un producto que Roldán asocia más "a los vinos como competencia, más que a las cervezas industriales, porque son bebidas perfectas para marinar".

Los productores cordobeses destacan que el mercado es aún floreciente y el margen de crecimiento es amplio, aunque también denotan un creciente interés de los clientes por adquirir un producto de calidad. Además de las marcas mencionadas, otras como Tres Palmas o Perro Flaco, están también abriendo camino en el apasionante mundo de la cerveza artesanal, fortaleciendo a base de productos de gran calidad el nombre de Córdoba en este sector.