Crítica 'La profesora de Historia'

Una película necesaria

La profesora de Historia. Drama, Francia, 2014, 100 min. Dirección y guión: Marie-Castille Mention-Schaar. Fotografía: Myriam Vinocour. Intérpretes: Ariane Ascaride, Ahmed Dramé, Geneviève Mnich. 

El cine francés tiene las mejores películas que se hayan rodado sobre los problemas de la educación y el universo escolar porque Francia ha tenido claro desde el siglo XVIII -el enciclopedismo y la Ilustración- y ha puesto en práctica desde el XIX que el futuro de la nación -no sólo el económico, sino el social, político y cultural- dependía la universalización de la excelencia educativa. Cito tres de mis favoritas: El niño salvaje, Au revoir les enfants y Hoy empieza todo. Desde finales del siglo pasado las nuevas formas de marginación dentro de las sociedades opulentas y los conflictos de integración está dañando el modelo que fue referencia para toda Europa. De eso trata esta película, basada en una experiencia real escrita por uno de los alumnos que la vivieron junto a la realizadora Marie-Castille Mention-Schaar.

Un liceo de la periferia de París. Problemas de integración cultural y marginación. Alumnos desencantados, cínicos, sin horizonte, llenos de una rabia que no pueden expresar más que destructiva y autodestructivamente. Una profesora llena de esperanza, es decir, de vocación. Una de las peores clases. Y un reto que la profesora les propone para sacarlos de sí mismos, ayudarles a confiar en sus capacidades e interesarlos en el conocimiento: participar en un concurso nacional de Historia haciendo un trabajo colectivo sobre el Holocausto.

A través de una realización sobria, con una gran emoción contenida, Mention-Schaar describe el proceso real de investigación y redacción del trabajo haciendo contagioso el entusiasmo de la profesora. El momento del testimonio del superviviente real del Holocausto es desgarrador, pero no es lo desgarrado ni lo sentimental el tono escogido por la directora, sino el testimonio directo y simple. Hasta podría haber prescindido de la música.

La interpretación de Ariane Ascaride como la profesora es perfecta, intensa, logrando contagiar la empatía, confianza y esperanza del personaje real en la enseñanza como único camino para no sucumbir a la presión ambiental. El entorno de los chavales les cierra muchas puertas. Pero algunas quedan abiertas. Sobre todo la de la educación. La protagonista de esta sencilla y necesaria película llena de una esperanza no engañosa -recuerdo que uno de aquellos chavales es el coguionista- les anima a cruzarla. Esto hace necesaria esta pequeña película.

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