La historia de Marie Heurtin. Drama, Francia, 2014. Dirección: Jean-Pierre Améris. Música: Sonia Wieder-Atherton. Intérpretes: Isabelle Carré, Ariana Rivoire, Brigitte Catillon, Gilles Treton, Laure Duthilleul, Sonia Laroze, Noémie Churlet, Martine Gautier, Patricia Legrand, Stéphane Margot. 

Entre El pequeño salvaje de Truffaut y El milagro de Ana Sullivan de Arthur Penn, esta película trata del caso real de la educación de una joven sorda y ciega a cargo de una religiosa, después que sus padres la internaran en una institución de la Iglesia que acogía y educaba a niñas afectadas por tales carencias. Educación quiere decir aquí humanización en el sentido total de ser tratada como un ser humano y, a partir de ahí, desarrollar sus capacidades afectivas y cognitivas humanas. La monja, en esta historia real que se desarrolló en la Francia de finales del siglo XIX, lo hará a través de los sentidos que conserva la joven, desvelándole poco a poco el esplendor del mundo. Con lo que la película, alejándose de toda blandura monjil, da un salto apasionante a la epifanía sensorial que adquiere el tono franciscano del Cántico de las criaturas ("Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sostiene y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas").

Así se unen lo que el tópico quiere distante -religión y sensualidad, sacrificio y goce de lo existente- en un ejercicio cinematográfico de altísima precisión visual. Porque el desafío es presentar la belleza del mundo sensible como se le representa a quien no puede verlo ni oírlo, pero sí sentirlo. Dado que las armas del cine son la imagen y el sonido, Jean-Pierre Ameris (autor de la conmovedora La vida y de la notable Tímidos anónimos) demuestra un gran talento y una innegable sensibilidad para sensorializar, a través de la extraordinaria dirección fotográfica de Virginie Saint-Martin, esta historia extraordinaria que recupera para el gran público dos personajes en su día famosos -la hermana Sainte-Marguerite, autora del método de Larnay para la educación de sordociegos, y su educanda Marie Heurtin- que marcaron un hito en la educación de los discapacitados, sobre todo tras la divulgación del caso en el libro Un alma en prisión, publicado por el doctor Louis Arnould a principios del siglo pasado.

Sin sensiblerías, con interpretaciones de gran intensidad que se corresponden a la severa puesta en imagen -lo que no excluye esa belleza fotográfica que reproduce las sensaciones de la joven ciega y sorda-, esta película merece ser recomendada y vista. A veces se puede hacer buen cine con buenos sentimientos. Y conviene no olvidar que han existido, y existen, seres que dedican su vida a hacer humanamente vivibles las de los demás.