Sociedad

España: presente gris, futuro negro

  • Los informes de la OCDE, Unicef, Cáritas, Banco Mundial e INE retratan los peligrosos desajustes del país.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, evoca metódicamente el karma del PIB (+1,2% interanual en el segundo trimestre) para afirmar que España mejora cada día, creando empleo, financiándose a tipos razonables en los mercados internacionales y granjeándose el respeto de las grandes economías entre las que ya no está. Un sinfín de informes procedentes de distintos espectros ideológicos rebate semejante conclusión y arroja un retrato del país goyesco, áspero, seco. La modesta salud de lo macro esconde el imparable deterioro de lo micro.

Recién salido del horno, el VII Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social de Cáritas es contundente: España es el segundo país con un reparto menos equitativo de la renta (índice Gini) tras Dinamarca (han leído bien). El 41,5% de la población está excluida del mercado laboral y otro 29,2% de la vivienda. Apenas un tercio de los ciudadanos están plenamente integrados en la sociedad. En Andalucía, por ejemplo, el 10% más rico ha mejorado su renta un 0,09% entre 2008 y 2012, es decir, ha podido mantenerse, pero el 10% más pobre se ha dejado un 4,32%.

La exclusión corroe por igual a hombres y mujeres, pero se ceba con los jóvenes de hasta 29 años (66,6% del total), los extranjeros (extracomunitarios y nativos de los 12 estados de la ampliación a 27 de la UE) y los peor formados. Incluso entre quienes trabajan, un 15,1% lo hace en pésimas condiciones.

Estas estadísticas pueden combinarse con muchas otras. El 25% de los recién graduados con empleo ejercen uno de baja cualificación, según el Ministerio de Educación. Quizás se trate de la famosa devaluación interna con la que el Ejecutivo dice haber sorteado la crisis. En las carreras de Artes y Humanidades, el nivel de ocupación apenas llega al 49%.

Unicef sostiene que la pobreza infantil en España ha crecido hasta los niveles de hace una década. La inversión por niño se ha contraído un 15,3% entre 2007 y 2013, según la institución, que también advierte que las administraciones dedican un 1,4% del PIB a la protección social de la infancia y la familia frente al promedio del 2,2% de la UE. Sólo Rumanía exhibe un índice de pobreza infantil mayor al hispano (Cáritas Europa). El abandono escolar está en un 23,5% y el fracaso en un 23,1%. La puntuación media de los estudiantes españoles aterriza en los 490 puntos (comprensión lectora, matemáticas, ciencias) cuando la media de la OCDE sube hasta los 497, subraya el informe PISA.

Paro, carencias materiales y marginalidades civiles suelen ir de la mano de un sector público ineficaz en la construcción del Estado de bienestar, la jerarquía del gasto y el castigo de las corruptelas. La ONG Transparencia Internacional ubica a España en el puesto cuadragésimo de su liga de Percepción de la Corrupción con 59 puntos, siendo 100 un paisaje límpido y cero una república bananera. Singapur (86), Barbados y Hong Kong (75), Uruguay (73), Bahamas, Chile y Santa Lucía (71), Emiratos Árabes Unidos (69), Estonia (68), Botsuana (67), Bután (63), Taiwán (61) o Brunei (60) nos sacan los colores. Son datos de 2013. Los ERE, el caso Bárcenas, las tarjetas negras de Caja Madrid, el escándalo de los cursos de formación, la fortuna de los Pujol en paraísos fiscales, la espesa telaraña destapada con la operación Púnica o la calderilla amasada por el líder sindical minero José Ángel Fernández Villa podrían disparar la cotización española en esta muy dudosa competición.

Fundada en 1960 y compuesta actualmente por 34 países, la OCDE prepara cada año otro jugoso estudio, esta vez sobre la calidad de vida. Son los propios habitantes los que puntúan los aspectos clave de sus existencias, siendo la nota final fiel reveladora de virtudes y carencias. España saca un 2,6 sobre 10 en empleo y un 2,9 en ingresos. También suspende en felicidad (how happy you are), 4,7, y aprueban raspados el compromiso con la democracia (5) y la educación (5,3). El medio ambiente (6) y la vivienda (6,8) están en tierra de nadie, y en la cumbre destacan los elixires latinos de la vida en sociedad (8,7) y el equilibrio entre la vida personal y profesional (9,4), con la salud (8,7) y la seguridad (idéntica marca) rozando el sobresaliente. "En general, el 65% de los españoles afirman experimentar más sensaciones positivas (descanso, orgullo por los logros cosechados, diversión) que negativas (dolor, tristeza, aburrimiento) en un día estándar, por debajo del 76% que registran de media los países miembros de la OCDE", enfatiza el documento.

Hablábamos de la salud de hierro del compatriota tipo, fenómeno que choca con el muro de la sangría demográfica. Si Suecia es el país con mayor natalidad en la UE (1,9 hijos por mujer), España se queda en 1,26, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esa tendencia, los nacimientos caerán un 24,8% en 14 años y el país perderá en medio siglo cinco millones de habitantes. El 38%, además, tendrá al menos 66 años. Es un círculo vicioso potencialmente infinito: en 2063, la esperanza de vida de las mujeres se incrementará en nueve años, hasta 94,3, y la de los hombres en casi 11, hasta 90,9. Sociedades gerontocráticas donde la falta de efectivos nos acercará a un paisaje marciano. Japón, asediado por el mismo problema, recurre aún modestamente a robots para el cuidado de sus mayores. Es la estampa del futuro. Para quien pueda pagarla.

Los gastos dependen de los ingresos, y éstos, en gran medida, del músculo que muestre el colectivo para los negocios. Doing Business, la biblia del Banco Mundial al respecto, instala a España en el puesto 33 de 189, aunque perdamos toneladas de prestigio en el detalle. Apertura de un negocio, lugar 74; registro de propiedades, 66; obtención de crédito, 52; pago de impuestos, 76; cumplimiento de contratos, 69; protección de inversores minoritarios, 30; y resolución de la insolvencia, 23.

Congelada ETA con tres años sin atentados, las últimas encuestas del CIS determinan que el paro y la corrupción son las principales preocupaciones de los españoles. La próxima semana, el ente publicará un nuevo barómetro sobre intención de voto. La muestra se recogió en pleno apogeo del caso tarjetas de Caja Madrid, con imputados de renombre como Rodrigo Rato y Miguel Blesa. La indignación y el hastío pueden alimentar la sorpresa. España necesita redecorar un futuro que pinta negro.

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