La suma de ser mujer y tener discapacidad se traduce, según datos recogidos por el INE, en una clara posición de desventaja en el mercado de trabajo.

La tasa de inactividad laboral de las mujeres alcanza un 32%. En el caso de las mujeres con discapacidad esta tasa se dispara hasta cerca del 70%.

Según estimación de AFEM (Asociación FEAPS para el Empleo de Personas con Discapacidad Intelectual), si las mujeres con discapacidad presentan una tasa de paro cercana al 25%, la tasa se eleva hasta el 40% en el caso de mujeres con discapacidad intelectual.

Son muchas las mujeres con discapacidad que intentan día a día progresar a nivel personal y profesional. Mujeres como Manoli, trabajadora del Centro Especial de Empleo LML y Servicios del Grupo AMÁS, que compagina su trabajo en la lavandería con sus estudios para ordenanza. “Tenemos derechos a tener un trabajo como los demás, somos compatibles con la vida laboral, la sociedad y la familiar”, afirma.

Para no condenar a estas mujeres a la invisibilidad es necesario un nuevo modelo de inclusión laboral, que las ayude a establecer itinerarios personalizados.

 “En 2012 vamos a crear un área de mujer en FEAPS Confederación, vamos a trabajar aspectos como la imagen de la mujer con discapacidad en los medios de comunicación el tema de la violencia de género o el tema de la vida familiar, así como el acceso al empleo o la educación en igualdad de condiciones”, afirman desde FEAPS.  En definitiva, incluir plenamente a estas mujeres en la sociedad.