Martes Santo · La Agonía

El paso firme de los valientes

  • La hermandad decide salir y, aunque acelera su recorrido, es sorprendida por la lluvia en su camino al barrio de El Naranjo.

EN los momentos en los que hay que decidir si dar un paso al frente, la hermandad de la Agonía lo tiene claro. Ya lo demostró el año pasado cuando sorprendió a todos saliendo a la calle minutos después de que cayera un fuerte aguacero y ayer lo volvió a hacer. Ni siquiera necesitaron una prórroga para tomar una decisión que al principio no se veía clara. La lluvia había caído durante gran parte de la mañana y el cielo oscuro hacía pensar lo peor. Algunas cofradías decidieron quedarse en sus templo pero no fue el caso de la Agonía, a la que le persigue la lluvia desde que se cambió el punto de salida de la estación de penitencia a la Catedral. Pero esta es una hermandad valiente y sobre las 16:45 el hermano mayor, Francisco Carbonero, salió por una de las puertas laterales de la Catedral para llamar a los músicos de la banda de Nuestra Señora de la Salud y confirmar que salían a la hora prevista, las 17:10. En el interior, casi todos contaban con esta opción y permanecían ajenos a las pequeñas gotas que empezaban a caer en el Patio de los Naranjos. Fuera los fieles dudaban, sobre todo cuando llegaban noticias de otras hermandades que se habían quedado en sus templos o, incluso, cuando los vecinos de Sevilla también confirmaban que se esperaban lluvias.   

En el Patio de los Naranjos la multitud empezó a creerse que la hermandad iba en serio cuando salieron los miembros de la banda, a los que recibieron con un fuerte aplauso como agradecimiento a su valentía. En el público expectante se mezclaban fieles del barrio de El Naranjo, cofrades con ganas de ver una procesión en la calle y turistas de muy lejos que se habían encontrado, casi por sorpresa, con el acontecimiento. Con la cruz de guía la emoción afloró. Ya sólo quedaban segundos para ver al Cristo de la Agonía en la calle, luciendo este año la orfebrería de su paso al completo, obra de los cordobeses José Carlos y Rafael Rubio Valverde. 

 

Los hermanos sabían el riesgo que corrían y la orden que recibieron los costaleros fue la de paso firme y ligero para llegar lo más pronto posible al barrio. Al paso por la calle San Fernando esquina con Claudio Marcelo, la Agonía ya llevaba una hora de adelanto. Ante la previsión de lluvia decidieron no pasar por la carrera oficial y seguir directamente por Alfaros y Santa Marina para encarar el camino de regreso a la parroquia de Santa Victoria. Tremendo el esfuerzo que realizaron todos los integrantes del cortejo, desde costaleros a nazarenos, intentando ir más deprisa que las nubes amenazantes llenas de lluvia. Pero no pudo ser. Sobre las 21:00 al Cristo le cayó un fuerte aguacero y tuvieron que protegerlo con plásticos a la altura de Fuente de la Salud. El tramo final fue duro para esta hermandad que mantuvo la compostura hasta el último minuto y acabó refugiándose en la nave de la Asociación Cultural de la Salud, en Chinales.

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