Salud y Bienestar

Agua de mineralización muy débil, clave para la salud renal

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) predice un aumento del 17% de la enfermedad renal.

Una de cada diez personas padece algún tipo de enfermedad en los riñones. Así lo ha subrayado el jefe del Servicio de Nefrología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Alberto Ortiz, en una sesión sobre Las aguas minerales naturales en los procesos renales celebrada esta semana en la Real Academia Nacional de Medicina junto al Instituto Tomás Pascual Sanz (ITPS).

Ante esta situación, el seminario ha abordado la utilidad de una medida muy simple: el consumo de aguas minerales naturales de mineralización muy débil. Esto, explica Ortiz, no es otra cosa que aguas que constan de menos de 50 mg. de residuo seco por litro. Las aguas de mineralización débil pueden aumentar este porcentaje hasta 500 mg. por litro, mientras que el contenido de residuo seco en el agua de grifo es "muy variable", comenta el nefrólogo.

¿Quiere esto decir que todas las personas han de tomar agua de mineralización muy débil? Ortiz subraya lo que dice la evidencia científica: que se ha demostrado que el consumo de este líquido frena la hormona antidiurética (ADH), un mecanismo del organismo "para ahorrar agua" que va en detrimento de la salud renal. En concreto, se ha comprobado que disminuir esta hormona es positivo para la poliquistosis renal autosómica, la causa de entrada en diálisis del 10% de los pacientes con afeciones renales en España.

Así, el consumo de agua de mineralización muy débil sería recomendable con seguridad para todos los afectados por esta enfermedad pero, según señala Ortiz, gran parte de otras enfermedades renales también van acompañadas de formación de quistes en los riñones, por lo que datos preliminares "parecen sugerir" que la reducción de ADH también sería una medida eficaz para estas. La formación de piedras en el riñón (litiasis) o las infecciones frecuentes de orina serían otros procesos que podrían beneficiarse del consumo de agua de mineralización muy débil.

Desde el ITPS, su director, Alfonso Perote, comenta que se propuso abordar este tema en colaboración con "colaboradores de prestigio como la RANM" porque la hidratación es "imprescindible para mantener la salud, ya que interviene en muchos procesos corporales como la termorregulación, los procesos digestivos, la digestión, la lubricación de articulaciones o el tránsito intestinal correcto, además de ser el medio en el que se dan la mayoría de las reacciones bioquímicas del cuerpo". Ninguno de los expertos participantes en la sesión científica cargó contra el agua de grifo. Según subraya Perote "es un servicio público básico que debe cumplir todas las normativas de calidad establecidas por la legislación para este tipo de abastecimiento". Sin embargo, el director del ITPS señala que "es una agua tratada química y físicamente para asegurar su potabilidad", lo que la distingue del agua de mineralización, que no tiene ningún tratamiento químico, "tan solo una filtración justo antes de envasarla en envases estériles y cerrarla hasta su consumo".

En la misma línea, Ortiz comenta las ventajas del agua mineral -embotellada- y, en concreto, de la de mineralización muy débil. "Es agua con muy pocos extras y muy pocos minerales", resume. "Las etiquetas de las botellas de agua mineral nos dicen todo lo que debemos saber sobre esa agua y su mineralización, pudiendo elegir aquella que más nos conviene según nuestros gustos y necesidades", añade Perote.

En cualquier caso, los especialistas destacaron que, además de la calidad y el tipo de agua que se escoge, no deja de ser importante la cantidad. Así, Ortiz resalta la importancia de consumir entre "dos y tres litros" de agua al día, para equipar esa misma cantidad en la orina, excepto en situaciones en que se pierda agua de otra manera como trabajos muy físicos en los que se sude mucho, en los que la recomendación sería aumentar aún más el consumo de agua.

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