Hospitales

El diagnóstico precoz es clave para abordar la enfermedad renal

  • Ricardo Quintero, urólogo del Hospital San Juan Grande, subraya la importancia de la hidratación y la dieta cardiosaludable.

Un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno en las enfermedades renales son clave para su curación, según manifiesta el doctor Ricardo Quintero, especialista en Urología en el Hospital San Juan Grande (Jerez de la Frontera), que atiende anualmente alrededor de 50 casos de insuficiencia renal y advierte sobre los falsos mitos que circulan con respecto a las dificultades de curación de las enfermedad de los riñones.

El especialista de este centro jerezano, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, explica que es importante atender a distintos síntomas que pueden indicar si se precisa un estudio nefrológico o urológico, como el dolor en la zona lumbar con o sin fiebre asociada, y siempre que no sea un dolor de tipo mecánico como la lumbalgia; la detección de sangre en la orina, aunque solo ocurra en una ocasión; la aparición de edemas o hinchazones blandas y no dolorosas de las extremidades; o la hipertensión de reciente comienzo. El doctor Quintero aclara que "no siempre serán indicativos de fallo renal, pero hay que someterlo a valoración clínica".

La prevención en este tipo de patologías es posible y recomendable, pues según Ricardo Quintero, "la dieta cardiosaludable que nos recomiendan desde todos los foros científicos es también una dieta nefrosaludable con determinadas puntualizaciones, como no abusar de las proteínas, es decir, de la carne, el pescado y los huevos, ni de la sal". Esto sería una dieta equilibrada y protectora para los riñones siempre y cuando se acompañe con una adecuada ingesta de líquidos, pues "beber de un litro y medio a dos de agua al día no es ningún mito, sino una necesidad básica".

El doctor de la Orden de San Juan de Dios añade que exceptuando aquellas personas en las que se aconseje una reducción de ingesta de líquidos por insuficiencia renal, cualquier persona con una actividad baja o moderada debe consumir en torno a estas cantidades todos los días, y si la actividad fuera elevada, al aumentar las pérdidas hídricas, el aporte de líquidos debe aumentar también.

"El riñón es una de las dos grandes depuradoras de residuos del organismo, siendo la otra el hígado. La sangre, después de recorrer con oxígeno y nutrientes el organismo, necesita liberarse de todos los productos potencialmente nocivos que ha recogido en todos los órganos. Cuando esa sangre llega al riñón, y gracias a un delicado y complicado sistema de túbulos, consigue reabsorber lo que necesita y expulsar lo que no necesita o es nocivo para el cuerpo, que es de lo que nos deshacemos a través de la orina", explica el urólogo.

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