Salud y Bienestar

Nuevas vías para acorralar a las enfermedades hematológicas

  • La inmunoterapia y otros fármacos demuestran abordajes novedosos frente a estas patologías, según se ha puesto de manifiesto en el último congreso mundial en este campo

"La quimioterapia está injustamente denostada, pero ha salvado muchas vidas", explica desde San Francisco el hematólogo y director médico de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), Jesús San Miguel, tras impartir la conferencia Ham-Wasserman, una de las sesiones estrella del Congreso de la Sociedad Americana de Hematología, que cada año escoge a un investigador extranjero para dar esta charla ante un repleto auditorio.

La aclaración no sobra porque, en este congreso, la quimioterapia ha perdido empuje con respecto a otras opciones que suenan mucho más revolucionarias. Como lleva ocurriendo al menos dos años en el principal congreso sobre tumores sólidos, el de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO), la inmunoterapia ha sido la gran protagonista. Aunque, en esta ocasión, la diana frente a la que se dirigen las estrategias para enseñar al sistema inmunológico a acabar con el cáncer, son los tumores hematológicos, que incluyen enfermedades tan frecuentes como el linfoma de Hodgkin.

Son patologías que suelen tener buen pronóstico y que se manejan bien con la quimioterapia actual. Pero, en algunos casos, la combinación de esta y la quimioterapia no funciona y los pacientes acaban falleciendo. O así sucedía hasta ahora.

En esta reunión científica, en la que han participado más de 26.000 médicos de todo el mundo, se ha demostrado que el nivolumab, un antiPD1 -que activa la vía de la muerte celular programada, la que falla cuando se produce un cáncer- es eficaz para la enfermedad de Hodking que no responde a los tratamientos actuales. Lo mismo ha sucedido con un anticuerpo monoclonal, pembrolizumab que, como el primero, también inhibe la vía PD1.

No son los únicos fármacos que trabajan con el sistema inmunológico. Los llamados sustancias inmunomoduladoras (IMIDS) -algunos ejemplos son la lenalidomida y la pomalidomida- han demostrado eficacia para el que hasta hace poco era uno de los grandes cocos de la hematooncología, el mieloma múltiple.

Como destaca San Miguel, no es que este tumor de la sangre se haya convertido en curable, pero su supervivencia ha aumentado tanto en la última década, que es difícil establecerla en la actualidad. "Cada año salen medicamentos nuevos", explica el especialista de la CUN. En el congreso estadounidense no solo se ha hablado de cáncer, sino de otras enfermedades hematológicas que cursan con anemia y que tienen un gran impacto en la calidad -y duración- de vida de las personas afectadas. Patologías como los síndrome mielodisplásicos (SMD), la beta talasemia o la anemia de células falciformes.

Respecto a los primeros, varios medicamentos se han mostrado prometedores. En concreto, son los pertenecientes a una nueva familia, las proteínas de fusión de los receptores de la activina. Según los estudios presentados, Fármacos como sotatercept y luspatercept prometen cambiar el panorama de los afectados por estas patologías, aumentando la producción de glóbulos rojos y consiguiendo así varias cosas: que los pacientes requieran de menos transfusiones sanguíneas y que, en el caso de necesitar hospitalización, esta sea más corta de lo habitual.

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