Provincia

Una militante activa, discreta y con gran capacidad de trabajo

Cuando el pasado sábado juró su cargo como alcaldesa de Priego de Córdoba, María Luisa Ceballos Casas no pensaba ni por un momento que tendría que preparar un nuevo discurso para el 23 de junio, día en el que será elegida nueva presidenta de la Diputación cordobesa. Su nombre ha sonado para el cargo desde que en la misma noche electoral el PP se encontró, sin esperarlo, que tendría que gobernar la institución provincial, pero no ha sido hasta hace sólo unos días cuando esa posibilidad ha cuajado

Ceballos Casas es una de esas jóvenes veteranas de las filas del PP cordobés y una de las cabezas mejor amuebladas del partido en Córdoba. Seria y comprometida con la causa, cuenta con muy buena imagen a nivel interno, con lo que nadie duda de su capacidad para el cargo de presidenta provincial, aunque otra cosa será que más adelante se evalúe si es acertado no que una alcaldesa de una ciudad de más de 20.000 habitantes compagine sus responsabilidades provinciales con las municipales. Lo que sí tienen claro en el PP es que si hay una persona capacitada para ello, esa es María Luisa Ceballos.

Abogada de 42 años, Ceballos ha estado siempre ligada al Ayuntamiento de Priego, ciudad en la "vivo y por la que vivo", según sus propias palabras, desde que en 1999 entró a formar parte de la Corporación como concejal del PP. Ahí comenzó una carrera política brillante, aunque algo discreta, en consonancia con su forma de ser, más partidaria del trabajo que de la exhibición. En 2000 fue elegida ya parlamentaria andaluza y poco a poco se fue haciendo con el control del PP prieguense. En 2003 se presentó por primera vez como candidata a la Alcaldía y logró cuatro concejales, lo que le valió para unirse al PA y conformar un pacto de gobierno con el que arrebataron la Alcaldía al PSOE. Ceballos ocupó una de las tenencias de Alcaldía en ese mandato, si bien la desavenencias entre los populares y andalucistas fueron en aumento y ya en la campaña electoral de 2007, donde de nuevo fue candidata a la Alcaldía, recibió duros ataques de los que habían sido sus aliados durante cuatro años.

Finalmente, el PP subió en votos en aquellos comicios, aunque no superó la barrera de los cuatro concejales, lo que supuso un golpe inesperado para las cuentas de los populares. Hubo quien quiso ver entonces la necesidad de un relevo, pero María Luisa Ceballos se había convertido ya una mujer con prestigio en el seno de su formación, muy valorada y en la que se seguía confiando plenamente. De hecho, sólo un año más tarde -en 2008- fue designada por el Parlamento andaluz como senadora con el fin de representar a la comunidad autónoma, cargo que ocupa hasta el momento y que dejará para centrarse en las tareas de alcaldesa y presidenta de la Diputación.

Ceballos ha demostrado también que es paciente y, pese al mal sabor de boca de las anteriores convocatorias municipales, ha sabido esperar su momento, hacer valer en 2011 su cercanía con los vecinos y aprovechar los vientos favorables hacia el PP para llegar a la Alcaldía.

Ese largo trabajo de años en Priego y su sentido de la responsabilidad es lo que justifica que su felicidad de ayer no fuera completa al comprobar el apoyo de su partido para presidir la Diputación, porque su mente está en su ciudad y en sus 21 aldeas. Ahí es donde había pensado poner en marcha la recuperación del sentido del servicio público que pregonó en su discurso de investidura, donde también aseguró que "son momentos difíciles para la política". Todo un vaticinio.

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