Los terrenos que había vendido el Ayuntamiento de Belmez para la construcción de la planta gasificadora vuelven a ser propiedad del Consistorio, ya que la empresa promotora no ha hecho efectiva la compra de la parcela en el plazo que se acordó de un año. Este hecho no desecha la materialización del proyecto, pero se convierte en un obstáculo más.

La instalación de esta gasificadora por arco de plasma ha estado rodeada de polémica, ya que algunos colectivos del Valle del Guadiato se han opuesto al levantamiento de la planta. Este es el caso de Ecologistas en Acción, cuyo portavoz, Daniel López, señaló que "se trata de una energía no probada que trataría residuos no sólo de España, sino de toda Europa, y la mayoría de estos restos serían calificados como peligrosos", a lo que añadió que "varias plantas de este tipo están fracasando", apuntó. El representante de la Plataforma Guadiato Sostenible, Francisco Escudero, dijo que el colectivo ya ha recogido más de 2.000 firmas para evitar la construcción de la planta.

La alcaldesa de Peñarroya-Pueblonuevo, Luisa Ruiz (PSOE), apoyó esta idea al argumentar que "hace unos años, a Baena también le ofrecieron la instalación de una gasificadora antes de que se la ofrecieran a Belmez y el Ayuntamiento baenense desestimó el proyecto".

Para discutir este tema, ayer se organizó una mesa de debate a la que asistieron la regidora belmezana, Aurora Rubio (IU), su homóloga peñarriblense, Daniel López y Francisco Escudero. Esta cita también se aprovechó para tratar la situación de la planta de valorización o minitérmica.

Rubio informó de que ya ha obtenido todos los permisos y licencias correspondientes para la construcción de esta planta energética, aunque admitió que está a la espera de conseguir un punto de conexión. La regidora belmezana destacó que el proyecto cuenta con el respaldo tanto de su Consistorio como el de Peñarroya-Pueblonuevo.

El portavoz de Guadiato Sostenible indicó que la plataforma no se opondrá a la construcción de minitérmica si se cumplen ciertos requisitos, entre los que se encuentran que las instalaciones estén alejadas a más de dos kilómetros del núcleo urbano y no a medio kilómetro tal y como está proyectado. Daniel López también destacó que el colectivo se opone a que la planta trate orujillo u otra forma de biomasa, centrándose sólo en las escorias de carbón. Además, la plataforma solicita que se desmantele la planta de valorización en cuanto se haya eliminado toda la cabeza de escoria de carbón. Aún así, el representante apuntó que la planta "tiene más cosas negativas que positivas, ya que su funcionamiento supone una emisión anual de alrededor de 3,5 millones de toneladas de dióxido de carbono", indicó el miembro de la plataforma.