Provincia

Los desalojados por la explosión logran recuperar algunas de sus pertenencias

  • Aunque tuvieron que esperar casi una hora y media, los vecinos pudieron acceder a sus casas durante unos minutos en pequeños grupos · Los afectados lamentan que llevan ya cuatro días fuera de sus pisos

La vuelta a sus casas de las 60 personas que el lunes fueron desalojadas de un edificio de Pozoblanco tras una explosión en la cuarta planta del mismo es todavía una incógnita. La continuas inspecciones y la investigación judicial está dilatando el regreso de estos vecinos, que al menos ayer pudieron entrar durante unos minutos para recoger algunas de sus pertenencias y objetos de valor que dejaron en sus pisos tras el suceso. A las 10:00, los afectados comenzaron a agolparse en las inmediaciones del edificio, en el número 2 de la calle Paseo de la Herradura de la ciudad vallesana.

La Policía Local custodiaba la entrada, si bien las familias no pudieron entrar hasta que llegara la última autorización del Juzgado de Pozoblanco. Casi una hora y media después (a las 11:20) la Policía Judicial permitía la entrada de los desalojados, aunque no a la misma vez, sino con una separación temporal de 30 minutos a los inquilinos de cada planta. Según comentaron los afectados, las ordenes eran muy claras y disponían de muy poco tiempo para llevarse lo más esencial, ropa y otros objetos de valor. Sólo se fue más permisivo con aquellos que, además, debían desalojar todo lo que tuvieran en los frigoríficos.

La misma operación en cada una de las cuatro plantas se fue repitiendo de manera calcada durante toda la mañana, hasta que todos los afectados pudieron entrar a su vivienda. Los vecinos comentaron que están ansiosos por volver y no se explican cómo en cuatro días no se han podido solventar todas las cuestiones administrativas que faciliten el realojo.

Añadieron que los peritos han examinado ya el inmueble y que ahora serán los técnicos de las aseguradoras los que inspeccionen una por una cada vivienda. De momento, la cuarta planta, que es donde se produjo la deflagración, sigue apuntalada por el riesgo de que se desprendan algunas paredes.

Hasta ahora, la hipótesis que se mantiene es que la explosión fue provocada por el único fallecido en este suceso, un hombre de 77 años que vivía en la planta cuarta. La investigación sospecha que la deflagración se produjo tras manipular una bombona de gas y los vecinos insisten en que el fallecido acumuló en los últimos días varias bombonas de butano y de camping gas. Algunos de ellos han asegurado que habían advertido este hecho y que habían mostrado su preocupación, pero nadie lo denunció. Además, los afectados señalan que el hombre sufría una enfermedad y que recientemente había estrado en tratamiento psiquiátrico.

Su cuerpo, totalmente carbonizado, fue entregado a la familia, que a última hora de la tarde del martes presidió su funeral en la parroquia de Santa Catalina de Pozoblanco. Posteriormente, fue enterrado en el cementerio local. Durante estos días, los responsables de la investigación han tomado declaración a los vecinos de esta zona de Pozoblanco para intentar aclarar lo sucedido.

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