L Informe sobre la venta de viviendas en la provincia

La crisis inmobiliaria se generaliza y arroja caídas en las ventas de hasta el 50%

  • La bajada de las transacciones golpea con fuerza a la capital y a las cabeceras de comarca · Los profesionales del sector califican la situación de los últimos meses de "caótica"

Con una gota de aceite que, al contacto con el agua, se extiende por toda la superficie podría compararse el fenómeno que ha vivido el sector inmobiliario cordobés, sumido desde mediados del año pasado en una profunda crisis que en este tiempo no ha dejado de crecer. Y es que al principio la recesión se notó sólo en la capital y en localidades de gran tamaño como Lucena, pero a día de hoy está prácticamente generalizada en todos los municipios, algo que se comprueba con facilidad si se echa un vistazo al último estudio semestral ofrecido por el Ministerio de Vivienda. Unas cifras oficiales demoledoras que revelan una geografía cordobesa marcada por la parálisis de un sector, el del ladrillo, que hasta ahora había sido clave en la economía y que dejan unos descensos en las ventas que en algunos casos se sitúan por encima del 40% e incluso del 50%. Y lo peor, según dicen algunos especialistas, aún está por llegar.

Los registros computados en Córdoba capital resultan esclarecedores en ese sentido y sirven en cierto modo de ejemplo de lo que está ocurriendo en el resto de la provincia. Según el Ministerio, durante el primer semestre de 2007, cuando la crisis todavía se estaba gestando y apenas ocupaba espacio en el debate público, en la ciudad se vendieron 2.157 viviendas, bien fueran de primera o de segunda mano. Un año después, sin embargo, esas cifras se han encogido de forma considerable y las estadísticas computadas entre enero y junio precisan que tan sólo se realizaron en ese periodo 1.575 transacciones inmobiliarias. Hablamos por tanto de un descenso del 26,9%, que en la práctica significa que si antes se vendían casi 12 viviendas por día natural ahora mismo tan sólo se rubrican algo más de ocho contratos. Se trata de datos fríos, pero sus consecuencias se pueden ver en la calle: muchos trabajadores de la construcción o de sectores afines en la cola del paro, obras paradas desde hace semanas o incluso meses, inmobiliarias cerradas o reconvertidas y la ciudad plagada de carteles de gente agobiada por las subidas del Euríbor. Personas que, en general, ya no confían en vender a través de la inmobiliarias y que optan por anunciarse al estilo más tradicional. Un ejemplo real tomado de una parada de autobús ayer mismo: "Edisol. Tres habitaciones. Un baño. Todo reformado. Terraza. 129.000 euros".

Pero si la situación en la capital resulta preocupante, más aún lo parece en la segunda ciudad por número de habitantes de la provincia, Lucena. El municipio de la Subbética vivió un desarrollo espectacular durante los últimos años, al calor de la bonanza económica, pero sin embargo ahora sufre con mayor intensidad que otras geografías las turbulencias económicas. Los datos del Ministerio lo dejan bien claro y cifran en un 43% la caída de las transacciones inmobiliarias. Es decir, que si en el primer semestre de 2007 se llegaron a vender 420 viviendas en el mismo periodo de 2008 tan sólo se han vendido 236.

Estas cifras hablan por sí solas, pero, además, los profesionales del sector lo confirman. "La situación es caótica", afirma Francisco Viso, de Inmobiliaria Viso, quien reconoce que en los últimos meses apenas se ha vendido nada en la ciudad, lo que hace pensar que las próximas estadísticas semestrales, una vez que concluya el año, pueden ofrecer unos descensos aún más acusados. Viso agrega que el único movimiento que ahora se aprecia es en el mercado del alquiler, que ha crecido auspiciado por las duras circunstancias económicas, y sostiene que en la localidad de la Subbética hay varias promociones de viviendas nuevas que se encuentran paradas. "Difícilmente se van a poder vender estos pisos", sentencia.

La situación en la capital y en Lucena, con sus matices, es por tanto muy similar, pero si se observan las estadísticas oficiales se comprueba que casi todos los municipios de gran dimensión se encuentran en circunstancias parecidas, aunque en general algo menos acusadas. En la Campiña Sur, por ejemplo, la crisis también es palpable y sus dos mayores municipios, Puente Genil y Montilla, arrojan cifras negativas en lo que se refiere a la venta de viviendas. En el primero de ellos el descenso se sitúa a estas alturas en un 14,5%, mientras que en el segundo, que preveía un gran impulso para estos años por la llegada del AVE a la ciudad, ese porcentaje aumenta: un 23,15%. La misma situación se da en el Guadajoz, con un descenso del 11,7% en Baena; en el Alto Guadalquivir, con un 30,6% en Palma del Río, o en la Subbética, donde Cabra, además de Lucena, también arroja un balance negativo. Tan sólo Priego mantiene unos datos que llaman al optimismo, ya que las estadísticas señalan que en el primer semestre de este año se han vendido 190 viviendas, las mismas exactamente que el año pasado.

Y del sur de la provincia pasamos al norte, donde la situación alcanza en algunos casos cifras récord. Es el caso, en concreto, de Peñarroya-Pueblonuevo, la cabecera de la comarca del Alto Guadiato, una ciudad que se ha desangrado durante décadas por la crisis de la minería, el sector que impulsó el desarrollo de la zona, y a la que las actuales turbulencias están dejando en una situación todavía más complicada. En concreto este municipio lidera el descenso provincial, al menos en lo que se refiere a las localidades más pobladas, y acumula una bajada de las transacciones del 54,2%, ya que de vender 118 viviendas al semestre se ha pasado a sólo 54. O sea, que, prácticamente, se vende un piso a la semana.

Ésa es la situación en la principal ciudad del Guadiato y parecida, aunque con matices, es la que viven los pueblos más significativos por población de la vecina comarca de Los Pedroches. Allí no hay excepciones y las tres localidades más pobladas acumulan descensos considerables en la transacción inmobiliaria. En Villanueva de Córdoba, un 54%, cota prácticamente igual a la de Peñarroya; en Hinojosa del Duque, un 31,2%; y en Pozoblanco, la cabecera de la comarca, un 10,3%.

"Aquí nadie se libra de la crisis", sostiene un agente inmobiliario de una empresa que opera en toda la zona. En su opinión, además, los datos del primer semestre no son nada comparados con los que ahora se avecinan, puesto que el tercer trimestre ha sido muy malo y el cuarto, con el paro en las nubes, se espera aún peor. "Hay obras paradas en Pozoblanco y en otros pueblos, no cesan los rumores sobre la mala situación que viven algunas de las principales empresas del valle y así es difícil que nadie tenga la suficiente confianza como para comprarse un piso", agrega. Aún así, considera que sí hay personas que tienen liquidez y que están a la espera de que los precios desciendan aún más para intentar comprar en condiciones ventajosas. "Quizá sea por ahí por donde llegue una recuperación que antes o después tiene que llegar", concluye. Un momento que, eso sí, parece aún lejano, muy lejano.

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