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Fimart cierra su tercera edición con un volumen de negocio de 600.000 euros

  • La Feria de Innovación Smart Rural ha contado este año con más de medio centenar de expositores y ha servido para que se celebren más de 600 encuentros profesionales

Algunos drones para extinguir incendios, otros para fumigar y fertilizar los cultivos. El gran robot Mercurio -que causó furor el día de su presentación y que está diseñado para atender al cliente-, empresas que ofrecen servicios de teledetección del estrés del campo... Así, hasta más de 40 compañías tecnológicas -que han ocupado 52 espacios expositivos- han participado en la edición de este año de la Feria de Innovación Smart Rural (Fimart), una muestra que cerró ayer sus puertas y en la que se han superado los 600.000 euros de cifra de negocio, según las primeras estimaciones. La vicepresidenta segunda de la Diputación, Ana Carrillo, fue la encargada ayer de ofrecer estos datos tras clausurar la muestra, que ha mostrado durante los últimos tres días las bondades que procura al campo la aplicación de la tecnología.

Una feria más que consolidada y que, a juicio de Carrillo, "ha servido para apostar por Córdoba y que sea un referente en tecnología e innovación". La diputada socialista destacó también que la muestra ha permitido que se celebren más de 600 encuentros profesionales, entre los empresarios y potenciales clientes. Subrayó también el papel que ha jugado el conocido como Job Corner, un espacio reservado para que los profesionales tecnológicos pusieran a disposición de las empresas que asisten sus currículums y en el que, según indicó, se han seleccionado hasta 45 personas, que pueden obtener un empleo en este sector.

Otro de los puntos a los que aludió Carrillo fue el hecho de que aún hay agricultores y ganaderos que se resisten a contar con el apoyo tecnológico para el desarrollo de su trabajo. Así, recordó que "uno de los objetivos que tenemos es la aplicación de la tecnología y el acercamiento de esta tecnología" al sector y, por eso, de manera previa a Fimart se han celebrado algunas jornadas técnicas en municipios como Pozoblanco, Palma del Río o Baena, donde se presentaron las novedades que ya se están poniendo en marcha.

Quien también mostró su satisfacción por el resultado y la acogida de Fimart fue el director de Rurápolis, Miguel Ángel Molinero, quien aludió al "feedback -retroalimentación- que ha surgido entre los expositores y los patrocinadores" durante estos tres días. Para Molinero, todos ellos han visto en Fimart "un foro único, un foro muy singular en la tecnología y su aplicación a la agricultura se dan la mano". No se olvidó tampoco de la cierta resistencia que aún mantienen los agricultores ante el uso estas tecnologías y, por ello, aludió a la figura del técnico, que es el "elemento intermedio entre la agricultura y el que genera la tecnología". Es él, incidió, el "que traduce la tecnología en un ahorro de costes".

Sin duda alguna, lo que ha puesto de manifiesto la feria han sido los logros del desarrollo de las tecnologías en el campo, éxitos que ha mostrado todas las empresas que han participado. Una de ellas es, por ejemplo, Bioibérica, una multinacional con capital español y alemán y que ha presentado su servicio de detección de estrés en las plantas a través de la teledetección. Para entender en qué consiste su trabajo, su responsable, Mauro Bernal, explicó que "el estrés es la definición de aquellos factores que hacen que una planta no se desarrolle en su máximo potencial". Pues bien, su empresa se encarga de hacer estos análisis mediante el uso de cuatro índices: vigor, que es la biomasa en la planta; el parámetro térmico, que mide el estrés hídrico de la planta; la cantidad de clorofila, relacionada con la nutrición de la planta y que sirve para detectar carencias; y el cuarto factor, que es la eficiencia fotosintética, es decir, cómo trabaja la planta haciendo la fotosíntesis. Para hacer estos trabajos, esta compañía en lugar de utilizar los drones se sirve de avionetas, ya que "podemos poner más cámaras a la vez y cubrir mucha más superficie en un mismo tiempo de vuelo", anotó. Bernal también aludió al recelo que muestran los agricultores, si bien, anotó que lo que quieren "es un asesoramiento a medida", que es lo que ellos ofrecen para determinar el estado de sus cultivos.

El uso de drones para fumigar o fertilizar la superficie de cultivo agrícola es lo que ofrece la empresa madrileña Drone Hopper Pesticide Spraying. Según indicó una de sus responsables, Isabel Montero, su aplicación "permite reducir en un 40% el gasto económico" en los cultivos.

Junto a estas dos compañías, el resto de las que han participado en Fimart han dado buena cuenta de que el campo no puede vivir de espaldas al sector de las tecnologías, dada la potencialidad de sus aplicaciones y beneficios que reporta al sector.

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