montilla | comienza la época de vendimia

El viaje de las primeras uvas

  • Los dedicados al mundo vinícola la definen como una de las vendimias más tardías de los últimos años La variedad pedro ximénez estará lista para su recolección la semana próxima

Cuando agosto deja sus últimas huellas y los primeros rayos del sol de septiembre comienzan a despuntar el olor a vendimia baña las calles y rincones de Montilla. Tradición y mucho esfuerzo, sobre todo con las altas temperaturas que asolan la región, se unen una temporada más para comenzar con el proceso de creación de uno de los habitantes mejor conocidos por los montillanos: el vino. Estos días se da el pistoletazo de salida a una vendimia tardía, "como hacía años que no se veía", declaran los entendidos de la vid, y la Denominación de Origen (DO) Montilla-Moriles lo pone todo a punto para recibir el cultivo que más tarde se convertirá en sus famosos caldos.

Aunque la campaña no está todavía en pleno apogeo, ya se hacen cábalas de la calidad de la uva, el tamaño de las cosechas o el precio del kilo. Las variedades más tempranas ya están siendo recogidas -verdejo, sauvignon blanc, moscatel, chardonnay- al igual que las uvas tintas cultivadas en la región -merlot o syrah-. "La próxima semana las cooperativas abrirán para vinos finos pero creemos que los grados aún son cortos y se empezará una vendimia muy lenta", cuenta el representante de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en el Consejo Regulador de la DO, Juan Manuel Centella.

En cuanto al avance de la variedad más famosa en la zona, la Pedro Ximénez (PX), "su graduación está entre los 11 y 12 grados, por lo que aún le queda un grado, o grado y medio para que se pueda recolectar", explica el representante de Asaja, quien recalca la "calidad excepcional" del fruto durante esta campaña, ya que las "buenas condiciones" y los días cálidos con noches frías hacen que "la uva esté sana y madure de forma lenta".

Echando la vista atrás, esta campaña está siendo de las más pausadas de los últimos años, por lo que las cuadrillas alargarán sus estancias en las viñas hasta "mediados de octubre con casi toda seguridad", subraya Centella. Sin embargo, esto no influye en el volumen de cultivo que, a pesar de los pronósticos que esperaban un 10% más de cosecha, será "como el del pasado año o incluso un poco más baja". "Porque lo que llevamos recolectado, se está confirmando que ninguna de las parcelas tiene mayor volumen de cosecha, lo cual se generalizará en el momento en el que la vendimia vaya avanzando", destaca Centella. Montilla espera una cosecha similar a la de 2015, "en torno a los 45 millones de kilos".

La climatología y los fenómenos atmosféricos son algunas de las principales causas por las que una cosecha puede aumentar su medida o reducirla. Las cálidas temperaturas que experimentó la zona durante el pasado verano y que continuaron durante el año e incluso el invierno ha hecho que "la viña en su brotación presentase menos uva y un racimo más pequeño". "Cuando llegó el mes de mayo y cayeron esas lluvias primaverales creíamos que eso iba a dar una uva más grande, pero ese agua cayó en el momento de la floración, por lo que dificultó que esta fuese la adecuada", argumenta el representante del consejo.

El gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, comparte estas previsiones, ya que "ha habido zonas donde hubo ataque de mildiu lo que ha hecho que algunas parcelas estén bastantes afectadas, aunque la humedad de las lluvias primaverales ha hecho que se desarrollen de manera normal". Sin embargo, estas bodegas, distinguidas por sus vinos ecológicos, ha recolectado un 15% más que la pasada campaña durante la recogida de la variedad verdejo. "Durante esta cosecha pensamos recolectar alrededor de los 900 kilos de uva, de los cuales casi el 20%, se destina a la pasera, ya que nuestro PX, que no está envejecido, está saliendo muy bien", relata Robles, quien concluye que "interesa más el rendimiento de la uva que los kilos recogidos".

En cuanto al precio del kilo de uva, la incógnita aún sigue en el aire. El representante de Asaja tiene la esperanza de que "sean algo superiores a los del año pasado, cuando el kilo de uva estuvo alrededor de los 30 céntimos, pero no es una realidad que se pueda constatar". "Tenemos una vendimia corta y hay que estar atentos a la evolución del precio del vino durante esta campaña", recuerda Centella. Bodegas Robles, según su gerente, mantendrá "los precios del año pasado, entre un 3% y 4% por encima del precio general".

A la espera de confirmar el valor en mercado del kilo de uva, ambos expertos en la materia están de acuerdo en una cosa, los vinos generosos atraviesan una "mala racha" y cada vez se demandan "vinos más ligeros" y con menor graduación. "Uno de los atrasos que tienen para mi los vinos generosos", apunta Robles, "es que siempre estamos vinculados al concepto de alcohol y no estamos vinculados al concepto de la uva".

La primacía del sistema de crianza por encima del grado de alcohol es una de las modificaciones que las tendencias vinícolas están imponiendo debido a las exigencias del mercado y los consumidores. "Es un error enológico estar condicionados por los grados del alcohol", subraya el responsable de Bodegas Robles. "El nombre del vino debería estar determinado por el origen y la crianza, nunca por el grado de alcohol", expone el bodeguero. Sin embargo, la DO Montilla-Moriles es característica por la alta graduación de sus caldos, algo que en la actualidad está alejado de las tendencias de consumo. A pesar de esto, recuerda Robles, los vinateros de la zona "deberíamos de potenciar y fomentar el que nuestros vinos se hagan en condiciones extremas del clima", algo que no sólo sufren las vides y el fruto, sino también los trabajadores que cada temporada acuden a los viñedos. "Los empresarios del vino deberían hacer más hincapié en el cultivo del viñedo que en la bodega, porque si partimos de una materia prima de primerísima calidad tenemos muchas más opciones de llegar a buenos vinos", señala Robles, quién también está de acuerdo con la "excelente calidad de la uva para esta cosecha".

Respecto a la tardanza, "es una evidencia que el incremento de las temperaturas está generando una variación de maduración en la planta". "Las plantas, como las personas, cuando tienen muchos días de calor se alteran, se estresan y su labor de madurar y hacer crecer el racimo no lo están haciendo bien", especifica el bodeguero. Sin embargo, y pese a las altas temperaturas, "este año yo creo que volvemos a lo que es lo normal". "Cuando hablas con los agricultores y bodegueros todos te dicen que nos va a dar la uva en Navidad, pero es que aquí lo normal era que la vendimia comenzara en el mes de septiembre y acabara a finales de octubre", recuerda Robles.

A esta cosecha más tardía que otros años también "afecta el exceso de tratamientos que tienen los viñedos", ya que hacen la piel del fruto esté cada vez "más frágil" y haya muchos problemas de "podredumbre y hongos". "Esto es algo que nosotros vemos y que los viñedos ecológicos no tienen con tanta asiduidad", destaca el gerente de la bodega, cuyas cepas se cultivan con ausencia total de productos de síntesis química y generan sus propias levaduras.

"La vendimia más retrasada de los últimos 12 años", así es como la define el gerente de la Cooperativa La Unión, Antonio Martínez, quién achaca esta tardanza a la "falta de aguas otoñales e invernales que han provocado el retraso en la floración y el arrojo del producto". "Nosotros llevamos 20 días de vendimia y hemos cogido variedades blancas como la chardonnay, sauvignon blanc y moscatel", aclara Martínez. En cuanto a los viñedos de uvas tintas, "hay variedades que ya estamos recogiendo, como la merlot" y "con respecto al PX, creemos que aún tenemos que esperar de ocho a diez días", insiste el gerente de La Unión, "la cooperativa con mayor volumen de elaboración de toda Andalucía".

"Para nosotros la graduación no es tan interesante como la maduración, si el ph y la acidez están compensadas es el momento de la recolección", justifica Martínez, quien coincide con sus compañeros de profesión al afirmar que las expectativas en cuanto a calidad de la uva son "muy buenas", aunque no sucede lo mismo con el tamaño general de la cosecha, que para esta campaña se situará en los mismos niveles que "el año pasado, no mayor".

En definitiva, Montilla está a las puertas de una vendimia como "las de antes", en las que el aroma a mosto se alargaba hasta finales de octubre. La inclemencias del tiempo, el clima cálido y los tratamientos utilizados han sido las principales causas de esta maduración más ralentizada con respecto a años anteriores.

Con una previa en la que las cosechas tempranas de uvas como verdejo o merlot están teniendo muy buena calidad, aunque el volumen sea paralelo al del año pasado, los vendimiadores de la zona esperan a que la gran conocida, la PX, esté lista para su recogida. Aún queda una semana para que las paseras, bodegas y cooperativas reciban a la variedad más característica de esta DO, pero el particular ambiente de la vendimia ya se respira por la Campiña Sur cordobesa. El sector vinícola se prepara su época con más actividad y trabajan para que los vinos de Montilla-Moriles sigan siendo famosos por su calidad.

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