castro del río

Tartas inspiradas en el Siglo de Oro

  • El I Concurso de Repostería Villa Cervantina reúne a una docena de participantes profesionales y aficionados

En las páginas de El Quijote, Miguel de Cervantes da de comer a sus personajes gato asado, fritada de ratas, pies de vaca, olla podrida o manos de cerdo. Castro del Río, afortunadamente, reivindicó ayer la parte más dulce de la gastronomía de la época con su I Concurso de Repostería Villa Cervantina, un certamen con el que el municipio quiso estrechar sus vínculos con el autor cumbre de la literatura española. Miguel de Cervantes llegó a Castro en 1587 con el objetivo de efectuar una buena saca de trigo; sus comisiones fraudulentas lo llevaron a la cárcel situada en lo que hoy son los bajos del Ayuntamiento y aquí, según algunos cervantistas, se gestaron las primeras páginas de las aventuras del caballero de la triste figura.

Quizás Cervantes -esto es pura ficción- probó en Castro la repostería local, con influencia de la época andalusí, de donde deriva el uso de la almendra, y de la cocina sefardí. Quizás no. Pero la docena de personas que ayer participó en el concurso, entre aficionados y profesionales, intentó plasmar sus vínculos con el autor a través de rosas de merengue, campanas de caramelo, brazos de gitano y hasta una creación con forma de tintero. "El nivel ha sido altísimo, sorprendente", describió José Roldán, integrante de la selección nacional de repostería. En el jurado también estuvo su colega Francisco Recio.

"Los participantes han cuidado mucho la presentación, las texturas y, sobre todo, los sabores", dijo Roldán. Algunos optaron por ingredientes tradicionales como la naranja, el clavo y la canela; otros por la innovación, con perlas de agua de azahar y mousses de compleja ejecución. Hubo terminaciones con manga "sensacionales", presentaciones tipo cupcake, arándanos, chocolate, cremas...

Al final, los ganadores fueron Antonio Bello Luque en la categoría de aficionado y Ángel Corpas Savariego en la modalidad de profesional, ambos castreños. Bello ejecutó una tarta artesanía y Corpas, una tarta de tres chocolates en tres texturas. Alberto Gay Caravaca, por último, ganó el premio al mejor participante local. El alcalde, José Luis Caravaca (IU), calificó de "exitoso" el estreno de este concurso provincial que tendrá más ediciones.

"Vivimos un momento dulce para la cocina, la repostería y la panadería", destacó José Roldán, que animó a los aficionados a recurrir a los productos de la tierra para que sus postres lleguen a un nivel de calidad superior. "En Castro, por ejemplo, tenemos una empresa de producción de huevos. Hay que acudir al producto de cercanía, pues nos dará los mejores resultados", sostuvo. Porque, para este experto, lo mejor no siempre está en los restaurantes con tres estrechas Michelin: "Me chiflan las natillas con su galleta y su toque de limón y canela o un buen arroz con leche. Las de mi abuela son insuperables. Al final, lo que puede parecer más fácil es lo más complicado". No vamos a contradecir al chef.

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