lucena

Clase de cocina sobre ruedas

  • Biodiverxa acerca a los escolares una 'food truck' para demostrarles que la comida sana no es aburrida

Lucena ha sido el primer destino elegido por Candela para iniciar su andadura por la Subbética formando a escolares en la elaboración de sus meriendas o postres con ingredientes saludables. Bajo la premisa de que la comida rápida no tiene por qué ser perjudicial para el organismo, la responsable de Candela, una food truck incluida en el proyecto Biodiverxa, la chef Miriam Cózar explica a El Día que su objetivo es "utilizar la cocina como medio de motivación para que los jóvenes visiten más los huertos urbanos y para que puedan ayudar a realizar recetas sencillas". Su furgoneta está totalmente equipada para elaborar platos como sándwiches, gelatinas o crepes y permite a los participantes disfrutar de un taller que incluye, entre otras actividades, una cata de frutas con los ojos tapados con un antifaz. "Con esto, los sacamos de su mundo porque hoy en día todos nos guiamos por la vista y nos olvidamos un poco de los olores y los sabores", detalla. La chef muestra su sorpresa por que muchos niños -dice- "no pueden distinguir la fruta que están tomando", pues "no han desarrollado el sentido del gusto".

El taller, además, enseña a los pequeños a trabajar en equipo, "como si fuera una cocina real, y compiten durante 25 minutos para ver qué equipo de los dos concluye antes la receta", explica. En Lucena, los pequeños elaboraron un postre con gelatina y frutas naturales y unos sándwiches evitando el jamón y queso. El hecho de que ellos los preparen los hace probar ingredientes que a lo mejor en casa no testarían, dice.

Cuatro grupos de 40 escolares, acompañados de tres monitores de Biodiverxia y dos profesores voluntarios participaron en la iniciativa, a la que también acudieron Elena y Nicolás, dos jóvenes escolares que consideran que les parece una experiencia "muy buena y divertida" y aseguran que seguirán poniendo en práctica las enseñanzas en casa.

Biodiverxa, con sede en Córdoba y Santaella, es un proyecto que une la alta gastronomía, la protección de la biodiversidad y la responsabilidad social y cultural, creando un modelo de restauración dirigido a traer a la mesa a comensales, productores y creadores de vida y riqueza desde la cocina, describió su responsable. La apuesta es "clara y decidida por el producto cordobés y la gastronomía local, mezclando una forma de consumir callejera con nuestra food truck pero proporcionando alimentos tradicionales y saludables", anota la chef.

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