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La aparición de una grieta en el Adarve obliga a cortar el tráfico en el Barrio Bajo

  • Los técnicos de la Diputació calculan que la obra necesaria para evitar un nuevo derrumbe de la ladera cuesta 500.000 euros El Ayuntamiento descarta que las casas sufran daños

Los problemas de deslizamientos de tierras se suceden en la provincia, y el temor a un nuevo derrumbe en la ladera del paseo Adarve ha reaparecido en Santaella. El Ayuntamiento de este municipio de la Campiña Sur acaba de emitir una nota informativa en la que prohíbe la circulación y el estacionamiento en el Barrio Bajo del municipio durante la Cuaresma debido al corte de la calle Médico Alijo, conocida popularmente como la Cárcel, a causa del "riesgo de desprendimiento" existente en la vía.

El problema conecta con el espectacular derrumbe que sufrió parte de la ladera en el año 2010, reconoció ayer el alcalde, José Álvarez (PSOE). En marzo de aquel año, un deslizamiento de tierras arrastró parte del acerado del paseo y dejó al descubierto cimientos y tuberías de desagües de algunas viviendas del Barrio Bajo. La lengua de tierra arrastrada por el desplome llegó, incluso, a tapar parte del arroyo Chinito. Tras aquel suceso, la Junta de Andalucía invirtió 1,7 millones de euros en las obras de estabilización del terreno. El problema surge ahora, precisamente, en la zona del Adarve que no se estabilizó, dijo Álvarez.

El primer edil explicó que la alerta entre los vecinos surgió ante la aparición de un desnivel cada vez mayor en mitad de la calle, lo que hizo que el taquete de hormigón con el que está recubierta la calzada empezara a moverse. Cuando los técnicos levantaron la losería, corroboraron las evidencias: una grieta de 20 centímetros de profundidad y unos 12 metros de longitud. El problema es grave, reconoció el regidor: "Estamos pendientes de que la ladera no se venga abajo", resumió Álvarez. Las lluvias de estos últimos días, desde luego, están ayudando poco a la estabilidad del terreno. En la zona hay una decena de viviendas, aunque el alcalde aseguró que los vecinos "no corren peligro", pues los técnicos no han apreciado la aparición de grietas en las construcciones.

El alcalde agradeció la "comprensión" de todos los santaellanos y asumió las molestias del corte de tráfico al Barrio Bajo durante la Cuaresma, pues la zona suele tener gran afluencia de público debido a todas las actividades que organizan las hermandes. El corte también obliga a realizar cambios en la Semana Santa, pues todas las cofradías deberán modificar su recorrido debido al corte de Médico Alijo.

En los últimos días, el equipo de gobierno ha realizado una ronda de conversaciones con las administraciones para recabar ayuda. Álvarez se ha reunido ya con el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, institución que sufragará el informe técnico. Los contactos incluirán al Gobierno central y a la Junta de Andalucía, que en 2010 afrontó las obras merced a un covenio con la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA). El alcalde confió en la implicación de las administraciones, pues se "negó" a invertir la partida de los Planes Provinciales del nuevo cuatrienio a resolver esta emergencia.

El informe redactado por el Servicio de Carreteras de la Diputación de Córdoba plantea dos opciones para recuperar la zona. La más cara, siempre que no se produzcan derrumbes en la ladera, asciende a 500.000 euros. Consistiría en la ejecución de una pantalla de micropilotes, de similares características a la realizada en el derrumbe anterior. Esta intervención "evitaría el deslizamiento completo, aunque dada la diferencia de cota no quedaría asegurada la estabilidad del tramo". Por tanto, sería necesario construir además un muro al borde de la calle.

La segunda opción, presupuestada en 250.000 euros, consiste en la realización de una pantalla de pilotes a lo largo de 68 metros, en el borde exterior de la Cárcel. La pantalla se iniciaría en la zona verde existente y el propio paseo Adarve y finalizaría junto al muro existente en la actualidad. Los técnicos proponen además la realización de unos pozos drenantes, aunque ello dependerá de los resultados que aporten unos sondeos geológicos que determinasen la estratigrafía de la zona. Los expertos advierten, sin embargo, de que esta opción no impide posibles movimientos futuros.

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