Provincia

Calles centenarias convertidas en legado

  • Media docena de historiadores recopilan sus estudios en el libro 'Historia de las calles de Palma del Río'

"Calles como las de ayer, con piedras en el suelo y blancas de pared, calles de plateros, de guitarras, yo que sé". Así describe el grupo Los Aslandticos, en una de sus canciones, los rasgos de las típicas callejuelas de Andalucía. Música, poesía o cine no serían lo mismo si no se hubiesen basado en tantas anécdotas extraídas de las calles, un elemento urbanístico al que personas de a pie -y algunos pícaros de antaño- le deben cierta sapiencia adquirida en cualquiera de sus recovecos.

Precisamente para conocer qué dicen las arterias de una localidad con el paso de generaciones sobre sus adoquines, empedrados, bordillos, seis historiadores palmeños han recopilado sus estudios en el libro Historia de las calles de Palma del Río, como documento de investigación cuyo espíritu radica en "la búsqueda de una verdad histórica, reflejada en las calles y plazas de la localidad. Al final, "la historia es la de las personas y no la de condes y reyes, porque ellos son quienes han dado forma a estos lugares", relata el historiador y director del libro, Muñoz Rojo.

El primer periodo que recoge la obra habla desde la Prehistoria hasta la Romanización, a través de la arqueóloga Reyes Lopera. "En el término municipal de Palma del Río y su comarca se han documentado numerosos yacimientos arqueológicos con materiales adscritos al Calcolítico, lo cual demuestra la importancia de este periodo en la zona" apunta Lopera. Elementos como una plaza ánades, espada Lengua de Carpa o ánforas romanas demuestran la actividad de entonces entre los ríos Guadalquivir y Genil.

La Edad Media queda en manos del historiador Emilio Navarro, quien aporta como novedad "el texto que nos habla del entorno de baldat Balma" o la aldea de Palma por primera vez de manera historiográfica a finales del siglo VIII -entre el año 798 y 799-, aunque se pensaba que el privilegio lo ostentaba otro una mención sobre la aparición y recogida del cuerpo del mártir San Luis del 855. En este caso, la tipografía andalusí se produjo bajo el contexto de la guerra de sucesión en el trono omeya tras la muerte del emir Hisham I.

El tercer capítulo lo aborda Manuel Velasco sobre el esplendor palmeño de los siglos XVI y XVII. En la Edad Moderna, la más conocida y estudiada sobre la localidad, se produce la formación de enclaves urbanísticos que hoy son legado patrimonial como la iglesia o el monasterio de San Francisco, convento de Santo Domingo, el palacio de Portocarrero, entre otros. "En el siglo XVI uno de los hechos más significativos es que los mudéjares asentados en el ámbito del obispado cordobés se localizan en dos núcleos: Córdoba y Palma del Río. Y en la segunda mitad del siglo, la aljama de Palma tiene más potencial demográfico que la de Córdoba", relata Velasco.

El doctor en Historia Juan Antonio Zamora aporta toda su indagación sobre la villa de Palma en la Ilustración, un trabajo que empleó para su tesis doctoral. Zamora se basa en el Catastro del Marqués de la Ensenada para estudiar las calles desde una perspectiva social y política. "Desde el punto de vista social, la división de la población palmeña responde al modelo general en Época Moderna que distingue entre nobles, clérigos o miembros del estado llano", describe Zamora.

Las aportaciones de este libro llegan con los siglos XIX y XX, ya que se trata de un tramo poco investigado a nivel local. El municipio decimonónico que expone Carlos Corredera comienza con las Actas Capitulares y relatos "románticos" o "asépticos" de viajes en su transitar por esta zona situada entre dos ríos. "Leyendo entre líneas, podríamos hacer una aproximación bastante certera a la vida y el sentir de nuestros paisanos de hace unos doscientos años aproximadamente", según Corredera. El ejemplo de estás crónicas viajeras se encuentra en la del colombiano José María Samper, quien narra su viaje por Europa y descubre el Valle del Guadalquivir. Datos sobre el ferrocarril, la construcción del puente de hierro o nombres y nuevas calles, completan este apartado sobre dicha centuria; además de corroborar la existencia del famoso arco de la calle Ancha y su derribo en 1872, un elemento arquitectónico muy en boca de los palmeños pese a no haberlo conocido.

Las últimas páginas muestran el siglo XX en un recorrido por cuatro acontecimientos: el reinado de Alfonso XIII, la II República, la dictadura franquista y la llegada de la Democracia. El autor, Muñoz Rojo, destaca "el uso que la Restauración hizo del callejero palmeño, es decir, le puso nombre a todo lo que pudo". Sin embargo, en el periodo republicano, "se combina los nombres de los anteriores" con nuevas nomenclaturas de exaltación del republicanismo, como Paseo 14 de abril -actual Paseo Alfonso XIII- o calle Pablo Iglesias, actual Castillejos.

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