Provincia

La devoción gana a la lluvia

  • Belalcázar, Espiel y Montoro celebran sus romerías, en las que participan cientos de personas, en una jornada marcada por la inestabilidad del tiempo

La devoción y cumplir con la tradición ganaron ayer la partida a la lluvia y al mal tiempo, puesto que cientos de personas participaron en las romerías que se celebraron en distintos puntos de la provincia al ser el último domingo del mes de abril. Las citas marianas se celebraron en honor de la Virgen de Gracia de la Alcantarilla, en Belalcázar; Nuestra Señora de la Fuensanta, copatrona de Montoro; y la Estrella, patrona de Espiel.

Así, la lluvia y el frío no impidieron que se celebrara una edición más de la romería de la Virgen de Gracia de la Alcantarilla, en Belalcázar. Se trata de una cita que tiene lugar el último fin de semana de cada mes de abril y que ya comenzó el sábado, jornada en la que se celebró la tradicional procesión con antorchas hasta el río, como preludio a la jornada del domingo. Con más de 800 años de historia, cientos de romeros de la comarca del Valle de los Pedroches se dirigieron hacia la ermita para rendir culto a la Virgen. Sin duda, uno de los momentos más emotivos y más conocidos de la fiesta belalcazareña es el paso a hombros de la imagen por el río Zújar. La salve y el final del vado del río dieron paso a la comida de la mañana, donde se repusieron las fuerzas para el resto del camino hasta Las Lastras; un trayecto en el que cayó una fuerte lluvia. Sin embargo, la romería continuó hasta que la Virgen llegó a la zona conocida como Las Piedras de San Pedro, donde esperó hasta que cayó la noche y desde la que dio comienzo la procesión de antorchas que llevó la imagen hasta la parroquia de Santiago El Mayor. La Virgen de Gracia de la Alcantarilla permanecerá en Belalcázar hasta el primer domingo de octubre.

Último domingo de abril es sinónimo de Domingo de Veleras en Montoro. Así es como se le denomina a la romería que en honor de Nuestra Señora de la Fuensanta, copatrona de Montoro, se celebró ayer en su ermita enclavada en el valle del Corcomé. En la explanada contigua a la ermita y junto al arroyo Corcomé los romeros disfrutaron de un día de campo. Este año la Virgen de la Fuensanta fue traslada a Montoro para rendirle culto como otros años, siendo "devuelta" a su ermita ayer. Durante el camino hacia el santuario se realizaron numerosas paradas -en las que los grupos de amigos y familias ofrecen sus viandas al resto de peregrinos- y una de las más destacadas es la que tuvo lugar en el paraje denominado Rosines.

El Valle del Guadiato también tuvo ayer su romería; en este caso la celebraron los vecinos de Espiel, en honor de la Virgen de Estrella. La jornada comenzó con la salida de carrozas y caballistas desde el paseo hasta la ermita, donde se celebraron la tradicional ofrenda floral y la misa. La imagen regresó a Espiel por la tarde, donde se vivió el momento más emocionante de la fiesta: el encuentro de la Virgen, que llegó con el manto lleno de billetes por las donaciones de los romeros, con su Hijo. Ambas imágenes, como manda la tradición, iniciaron una marcha rápida, que acabó en carrera. Los porteadores de las imágenes se colocaron unos frente a otros, al tiempo que los de delante se arrodillaron para conseguir que las dos figuras dieran la imagen de que se fundían en un abrazo.

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