Provincia

Córdoba es la cuarta provincia de toda España con más robos en el campo

  • Las sustracciones en las explotaciones agrícolas y ganaderas bajaron un 1,5% en 2013 y se atisba que el repunte ha cesado en los datos de los primeros seis meses de este año

Desde que comenzó la crisis económica en 2007, la espiral de los robos en el campo ha sido imparable. Tanto es así que Córdoba se convirtió el año pasado en la cuarta provincia de toda España con mayor criminialidad en el agro, sólo por detrás de Sevilla, Almería y Valladolid. Pero la tendencia podría cambiar, ya que se observa una ligera bajada o, al menos, una estabilización del número de sustracciones. En el primer semestre del año fueron denunciados 711 robos y hurtos de frutos, animales o maquinaria en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia. En todo el año pasado fueron 1.431.

Este dato supone una media de algo más de 3,9 robos diarios, similar al año anterior, según los datos ofrecidos por el Gobierno central en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Miguel Ángel Heredia. La puesta en marcha de un plan de seguridad en el campo por parte del Ministerio del Interior, con la creación de los equipos Roca de la Guardia Civil hace justo un año, ha tenido mucho que ver como medida disuasoria en la bajada de la tendencia al alza que mantenían estos delitos en los últimos años.

Los robos en campos y fincas se dispararon desde finales de la década pasada, coincidiendo con la crisis económica. Desde entonces, en la provincia de Córdoba el número de robos no ha parado subir cada año. Así, la estadística policial comenzó en 2008 cuando se registraron 679 sustracciones en el agro cordobés. Dos años más tarde, en 2010, las sustracciones denunciadas alcanzaron las 739. El mayor aumento se produjo en 2912, ya que ese año se produjeron 1.453 robos que bajaron ligeramente un año después, cuando se produjeron 1.431.

Córdoba es la tercera provincia andaluza con más robos registrados, sólo por detrás de Sevilla y Almería, con 1.771 y 1.592, respectivamente, el año pasado. Andalucía es, por su propia extensión y morfología, la comunidad que acumula más denuncias, con 3.966, lo que supone un tercio del total del país.

En el ámbito nacional, y según los datos extraídos de la respuesta parlamentaria al PSOE, la provincia cordobesa también sale mal parada en comparación con el resto, ya que ocupa el número cuarto del ranking de las más afectadas por los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas, sólo por detrás de las dos andaluzas ya mencionadas y de Valencia. Y eso sin tener en cuenta que en muchas ocasiones estos delitos ni siquiera se denuncian, sobre todo cuando se trata de pequeñas sustracciones de cosechas.

La situación es desesperante para el sector, ya que los ladrones no dudan en destrozar explotaciones enteras si pueden hacerse con piezas de metal que puedan luego refundirse o venderse. La subida del precio del cobre, hierro y demás metales hizo que los delitos en el campo se multiplicaran en la mayoría de demarcaciones españolas. Este repunte desmesurado obligó al Ministerio del Interior a reforzar la vigilancia de los campos creando unidades especiales de la Guardia Civil llamadas Roca, conocidas así por las siglas de las llamadas patrullas de lucha contra el robo en el campo.

En la actual campaña, la Comandancia de Córdoba moviliza a alrededor de 300 agentes para combatir y evitar los delitos vinculados a las campañas agrícolas. En el operativo especial volverán a participar, aparte de los equipos Roca, los agentes de caballería, los guardias del Servicio Especial de Protección de la Naturaleza (Seprona) y helicópteros para vigilancia aérea. En las sucesivas campañas, el Instituto Armado ha detectado que Bujalance y Baena son los dos términos municipales más sensibles a esta delincuencia.

La misión de vigilar que no se produzcan delitos en las explotaciones agrícolas y ganaderas no resulta tarea fácil teniendo la gran actividad en el agro cordobés. Sin embargo, los propios agricultores reconocen que como medida disuasoria está teniendo efecto y al menos las cifras tienden a estabilizarse.

Aún así, atajarlos por completo no resulta tarea fácil porque la mayoría se estos robos se producen por la tarde-noche, cuando ya los agricultores y temporeros han terminado su jornada laboral. Según la Guardia Civil, hay veces incluso en que son los propios jornaleros contratados en una finca los que después de terminar su día de trabajo se dedican a ir a otras para sustraer todo aquello que después puedan vender y sacarse un dinero extra.

Los ladrones se llevan todo lo que encuentran en su camino. Los grupos electrógenos, por las bovinas de cobre que tienen, son algunos de los objetos más codiciados, además de los sistemas de riego y los cortijos de donde se llevan herramientas, aperos, remolques y cualquier maquinaria.

El material sustraído por los ladrones, que suelen actuar en grupos muchos de ellos procedentes de países del Este y la mayoría son itinerantes que vienen de otras provincias como las de Sevilla, son vendidos luego en el mercado negro. Eso hace que los agricultores exijan mayores controles en los puntos de venta.

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