Provincia

Una devoción serrana sin límites

  • La comarca se vuelca con la visita extraordinaria de la patrona al Cerro

Después de este mes de septiembre queda patente que la Subbética se echa a la calle cada vez que la Virgen de la Sierra se mueve. La última muestra tuvo lugar este fin de semana con la visita extraordinaria que, con motivo del recién inaugurado Año Jubilar Mariano concedido por el Papa Francisco, esta protagonizando la milenaria imagen en la iglesia de San Juan Bautista del barrio del Cerro. Según las crónicas, la imagen era venerada en este lugar desde los albores del cristianismo, en este caso bajo la advocación de Santa María la Mayor. Sede episcopal de la primera diócesis de Egabro, tuvo que ser desalojada durante la dominación musulmana. Ello conllevó la ocultación de la Virgen en la cueva del Picacho hace ahora 1.300 años, uno de las efemérides que sustancian este año de gracia junto con el 775 aniversario de su aparición al cautivo -germen de la devoción actual bajo la advocación de la Sierra- y el décimo de la Coronación Pontificia. Miles fueron las personas que, literalmente, abarrotaron las calles del barrio viejo para contemplar el histórico tránsito de su milenaria vecina. Un regreso a los orígenes no sólo del amor a la imagen, sino también a los de la propia historia del cristianismo en el centro de Andalucía.

La amenaza de lluvia que planteaban todos los pronósticos no se materializó y permitió que el itinerario se completara con normalidad. Las estrechas y vetustas calles empedradas del Cerro fueron exquisitamente engalanadas por sus vecinos, sabedores de lo extraordinario e histórico de esta ocasión. Pancartas, cadenetas de colores, guirnaldas y kilos de pétalos desde los balcones y azoteas. Amor a raudales y un ambiente de verdadera fiesta alrededor de la patrona que lucía esplendorosa en sus andas de viaje, trono que por sus reducidas dimensiones permitió superar las típicas arcadas que de fachada a fachada sustentan el ancho del viario y suponen el icono más característico de esta zona.

En apenas una hora y media la Señora se encontraba en la plaza denominada con su antiguo nombre, lugar en el que se bendijo un precioso retablo cerámico diseñado por el pontanés Javier Aguilar y que viene a dejar constancia para la posteridad de esta memorable jornada.

Y para dejar claro la devoción serrana no tiene límites, ayer domingo, de nuevo, egabrenses y foráneos cumplieron masivamente con una cita muy especial. La patrona les esperaba a ras de suelo, en besamanos, una ocasión única para estar cerca de esta milagrosa imagen que no suele exponerse de esta forma habitualmente. Las reducidas dimensiones de San Juan Bautista no fueron óbice para que todo el mundo se acercara a besar sus manos.

Desde las ocho de la mañana hasta la medianoche la Señora de la Sierra no estuvo sola en ningún momento. Un acto piadoso que también contó con un claro componente solidario gracias al esfuerzo de la asociación de vecinos del Cerro y varias organizaciones solidarias que, durante todo el día, recogieron alimentos y organizaron una barra a beneficio de las familias más desfavorecidas de la población. La guinda a un fin de semana inolvidable, preludio al regreso de la Virgen a su santuario que tendrá lugar el próximo domingo. El fin simbólico del verano en la localidad.

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